El 13 de abril de 1875 la Academia Mexicana de la Lengua celebró su primera sesión en la Ciudad de México, con el objetivo de cuidar la pureza de la lengua española. En esta institución cultural han pertenecido muchas de las más ilustres figuras de las letras mexicanas, desde filólogos, gramáticos, filósofos, escritores, historiadores, etc.

En sus comienzos, la Academia Mexicana de la Lengua constaba de doce miembros, llegando la cifra hasta treinta y seis, organizada a través de una mesa directiva. La labor de la academia se realiza en juntas, de carácter público o privado, una o más veces al mes. El tipo de trabajos que se analizan y discuten en las juntas son de carácter lexicográfico, lingüístico y literario.

De acuerdo con lo establecido en sus estatutos, aprobados en sesión del 2 de diciembre de 1931, los fines de la Academia Mexicana de la Lengua son: velar por la conservación, la pureza y el perfeccionamiento de la lengua española, mantener una constante comunicación de carácter científico y literario, fomentar y propagar el estudio de la lengua española y resolver las consultas que le hagan las autoridades o los particulares.

Entre los proyectos que ha llevado a cabo la Academia Mexicana de la Lengua están el Diccionario geográfico universal, el Refranero mexicano, el Diccionario de mexicanismos y el Diccionario escolar.

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