Año con año, la  FAO como organismo internacional busca con ahínco encontrar soluciones a las problemáticas y retos que constantemente surgen en la dinámica social en los pueblos de todo el mundo. Las mayores preocupaciones giran en torno a la seguridad alimentaria, lo que ha llevado a dirigir las investigaciones, acciones y propuestas hacia nuevas formas de consumo y producción de alimentos sustentables, que a su vez sean ricos en nutrientes y  que sean viables para su siembra en gran parte del globo terráqueo.

 

En 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó al 2023 como el Año Internacional del Mijo, siendo un cultivo de gran importancia a nivel mundial, que por sus características físicas y de desarrollo puede prosperar en tierras áridas con una cantidad de insumos como agua y fertilizantes mínimos, haciéndolo una excelente alternativa para afrontar los estragos generados por el calentamiento global. Por esto y más, el mijo contribuye precisamente a lograr al menos seis de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda internacional.

 

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Dichos objetivos son los ejes fundamentales bajo los cuales se centran las premisas y el trabajo de los gobiernos de todo el mundo, junto con la sociedad civil, para poder impulsar acciones de gran trascendencia, en este caso la recuperación y expansión del cultivo del mijo.

 

Conociendo un poco más acerca de este valioso producto agroalimentario, hemos podido darnos cuenta que su cultivo representa y acarrea múltiples ventajas sociales, especialmente ante los retos derivados del cambio climático que sufre la tierra.

 

Objetivos de desarrollo sostenible que se verán impulsados en el Año Internacional del Mijo:

 

1.- Acción por el clima: si hubiese una palabra para describir el cultivo del mijo, ésta sería “resiliencia”. El mijo es altamente resistente ante los cambios o perturbaciones climáticas abruptas, además de que posee una alta resistencia a enfermedades y plagas, en comparación a otros cereales que reportan mucho más alto porcentaje de pérdidas de las cosechas debido a los factores antes mencionados. Todo esto aunado a que el cultivo no requiere cantidades abrumadoras de recursos hídricos para prosperar.

 

2.- Vida en ecosistemas terrestres: de acuerdo con la FAO, incluir o integrar la producción del mijo en los sistemas agrícolas, puede favorecer a que estos evolucionen, siendo cada vez más eficientes, resilientes y sostenibles.  Las ventajas que los ecosistemas terrestres podrían obtener derivado de la inclusión del mijo en los sistemas de producción alimentaria son una realidad sustentada por las características del mijo como cultivo. Puede crecer en todo tipo de suelos, sin agotar sus nutrientes, por lo que ayuda a reducir también la degradación de éstos, apoyando a la restauración y conservación de la biodiversidad local.

 

3.- Hambre cero: las necesidades de alimentación en zonas áridas son una de las principales preocupaciones de organizaciones internacionales como la FAO, ya que en estos territorios la agricultura depende de los cultivos que puedan soportar las duras condiciones en situación de sequía prolongada. Afortunadamente el mijo es uno de estos cultivos, convirtiéndose en parte fundamental de la alimentación de las personas que viven en este tipo de zonas. De esta forma el mijo puede ayudar a superar la escasez de alimentos en periodos difíciles, contribuyendo así a la reducción del hambre en las poblaciones más vulnerables.

 

4.- Salud y bienestar: los beneficios nutricionales del mijo son extensos y variados, por una parte es una fuente excelente de minerales, fibra, antioxidantes y proteínas. Por otro lado, es también de bajo índice glucémico, lo que lo hace una opción ideal para las personas que padecen de elevados niveles de azúcar en la sangre. Debido a la susceptibilidad de gran parte de la población al gluten, el mijo se vuelve un gran apoyo alimentario, pues al no contenerlo puede ser consumido sin efectos colaterales como diarrea, fatiga, náusea, vómito, hinchazón y gases.

 

5.- Trabajo y crecimiento económico: sabemos que el arroz, el maíz y el trigo, al ser los cereales más producidos en todo el mundo, pueden haber contribuido a la disminución de la demanda del mijo, por lo que en este año 2023, se espera que se impulse la inserción de este cultivo en los sistemas agrícolas alimentarios, de manera que pueda ser consumido de forma regular por la población, generando así una mayor demanda, lo que posibilitará la creación de trabajos e ingresos adicionales para los pequeños productores, impulsando su propio crecimiento económico.

 

6.- Producción y consumo responsable: en este eje de acción, la transparencia de los mercados en relación a los volúmenes y el precio del mijo es indispensable para asegurar la estabilidad de su producción. Es entonces, una prioridad que los comerciantes del mijo se vean remunerados y beneficiados de la misma forma que los productores de otros cereales.

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Valorando todos los beneficios que el mijo representa para la sociedad, es entendible por qué este año se incrementarán las acciones de concientización acerca de sus propiedades nutricionales, alimentarias y económicas.

Fomentemos entonces el consumo responsable de este cultivo y apoyemos su inserción en la muy diversa gastronomía de nuestro país.