La zarzamora (Rubus fructicosus) es un arbusto cuyos frutos son apreciados por su aroma, sabor, color y textura, así como también, por sus propiedades antioxidantes.
Todas las frutillas mejor conocidas como berries, entre las que se incluye la zarzamora, se caracterizan por tener una vida muy corta debido a que son extremadamente sensibles a las condiciones del clima, sobre todo, durante el periodo posterior a la cosecha.
Para su mayor protección, se recomienda que la recolección se realice manualmente durante las primeras horas de luz del día. Una vez cortadas, se debe evitar el contacto con la tierra. Posteriormente, su proceso de embalaje debe ser en recipientes especiales y trasladarse a cámaras de pre-enfriado a temperaturas reguladas, con la intención de alargar el periodo de envejecimiento del fruto.
Productores de 13 entidades del país se han especializado en producir esta fruta que actualmente es una de las más demandas, no solamente a nivel nacional, sino internacional. Cada vez son más los destinos de venta de este producto; tan sólo en 2017 se exportó a 31 países, siendo Estados Unidos el principal consumidor, con más de 65 mil toneladas.
Por su parte, el Atlas Agroalimentario 2012-2018 destaca que México ocupa el primer lugar en producción de zarzamora a nivel mundial.
De acuerdo con cifras de este Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2017, esta frutilla alcanzó una producción nacional de 270.4 mil toneladas, en una superficie cosechada de 12,561 hectáreas. Esto significó 8.8% más que el año previo.
Para 2018 se espera una intención de cosecha de 289.9 mil toneladas, 7.2% por arriba de lo obtenido el 2017.
Si deseas conocer más información de éste y otros cultivos, consulta el Anuario Estadístico de la Producción Agrícola, Intención de Cosechas y las Monografías de productos agroalimentarios mexicanos.