El término yunta proviene del latín iunctus que significa juntos.

A dos bueyes o mulas que trabajan aunados, unidos por un yugo, se le denomina yunta. Esto también aplica para aquel amigo inseparable, claro, en sentido figurado.

Con la llegada de los españoles a México, hubo una revolución agrícola muy importante, y poco a poco fue penetrando la técnica de rotación de cultivos, el uso de abonos animales y de la yunta, el arado y la rueda.

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Para que el par de bueyes o mulas puedan tirar del instrumento, se necesita de una serie de arreos que los una, siendo el yugo, el horcate, la collera y las guarniciones y tiros, los fundamentales. Uno de los principales instrumentos usados en la yunta es el arado, cuya función consiste en abrir surcos y remover el suelo antes de sembrar.

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La yunta de bueyes siempre ha sido más ventajosa que la de caballos o mulas, principalmente por ser animales más resistentes a enfermedades, a esfuerzos prolongados y a una manutención mucho más económica.

Ahora no sólo los arados más modernos sino todo implemento agrícola usado para las labores culturales están acoplados a un chasis y pueden ser enganchados a un tractor, son íntegramente de metal, y de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en 16.6 millones de hectáreas fue utilizado algún tipo de maquinaria en la labor de preparación de suelos, labores culturales y/o de cosecha, esto es, 75.7% de la superficie total sembrada en 2016.

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Para más información de datos consulta la Estadística de uso tecnológico y de Servicios en la superficie agrícola 2016