La fascinación por el futuro ha sido una constante a lo largo de la historia y en la mayoría de las civilizaciones. Desde la antigüedad, las sociedades han buscado diversas formas para conocer “aquello que está por venir”. De ahí quizá, la seducción de personajes como Casandra o lugares como el Oráculo de Delfos en la mitología griega; en tanto que, en el mundo náhuatl prehispánico, esta tarea estaba a cargo del tlapouhque o tonalpouhque quien interpretaba y pronosticaba el destino.

En la actualidad, esta función está a cargo de la prospectiva, que es la disciplina que permite anticipar y pronosticar el futuro mediante diversas metodologías y que suele emplearse para analizar distintos sectores o ámbitos humanos, en especial, aquellos que tienen un mayor impacto o que están más expuestos al riesgo y la volatilidad.

En el caso del mundo del trabajo y del sector agroalimentario, es un hecho que factores como la transformación tecnológica -que incluyen dispositivos digitales inteligencia artificial, robots y big data- así como el cambio climático, la globalización, las presiones demográficas y el aumento en las plagas y enfermedades transfronterizas, son impulsores que están modificando drásticamente la forma de producir, transformar, consumir y aprovechar los alimentos, pero también están influyendo en los tradicionales patrones de empleo a lo largo de la cadena.

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En este contexto, la Deakin University y la Griffith University  -ambas de Australia- realizaron un importante estudio sobre los 100 empleos del futuro. El trabajo comprendió diversas esferas, entre ellas, la relacionada con los alimentos. Aquí te presentamos algunos de los nuevos empleos que estarán vinculadas a este sector. Es probable que algunos sean variantes de los que ya existen, pero con otras o nuevas habilidades que requerirán para su desempeño.

  1. Corredor de Financiamiento Agrícola Comunitario. Muchas granjas y pequeños productores buscan de manera permanente financiamiento. De tal forma que el Corredor de Financiamiento Agrícola Comunitario fungirá como un intermediario de apoyo financiero, vinculando a los agricultores con personas o familias preparadas para invertir, no sólo en un negocio, sino también en su propia producción de alimentos. El agricultor continuará administrando su finca y produciendo alimentos, mientras que los financistas recibirán productos o dinero por su inversión.  Entre las habilidades que deberán poseer están: que sean buenos con los números, que motiven a las personas a tomar decisiones con mentalidad comunitaria, una clara comprensión de las prácticas agrícolas agroecológicas y sobre todo, comunicadores de alto nivel y convincentes.
  2. Apicultor digital. Si bien se han desarrollado opciones tecnológicas para la polinización de plantas, mantener abejas vivas sigue siendo la mejor manera de garantizar que los cultivos alimentarios y otras plantas estén saludables y sigan reproduciéndose. Lamentablemente las abejas se han reducido por varios factores, sin embargo, gracias al trabajo de los apicultores digitales, la población de estos insectos está creciendo. Los apicultores digitales trabajarían en granjas inteligentes en regiones urbanas y también en áreas silvestres. Serían expertos en salud de colmenas y abejas, procesos de polinización, diseño de colmenas y selección adecuada de colonias de abejas para el perfil de la planta en diferentes áreas. Visitarían las colmenas en persona, pero también, usarían sensores digitales dentro de las colmenas, en las plantas y el suelo para monitorearlas. Deberán amar a la naturaleza y trabajar con plantas y animales, además de poseer un gran conocimiento de la biología de los insectos.
  3. Especialista en Gestión del Agua. El agua es el elemento vital para la producción de alimentos, la fabricación avanzada, las comunidades y las áreas silvestres, sin mencionar las necesidades individuales de supervivencia. Estos especialistas deberán gestionar las fuentes de agua, la eficiencia, la protección, la distribución y la puesta en marcha de medidas para garantizar que el agua se recicle, reacondicione y distribuya adecuadamente. No olvidemos que la agricultura es el principal consumidor de agua en el mundo. Las personas que desarrollen esta labor tendrán experiencia en hidrología y deberán tener espíritu colaborativo, ya que trabajarán con muchos otros especialistas en diseño, ingeniería y ecología.
  4. El Agricultor Agroecológico. A través de sistemas agroecológicos o agroforestales, utilizará técnicas de cultivos intercalados para crear microclimas, que además de producir alimentos y reducir plagas y enfermedades, contribuirá a la restauración del equilibrio agrícola. Proporcionará riego dirigido a los sistemas de raíces de las plantas, evitando la escorrentía que podría causar erosión y pérdida de nutrientes del suelo. Los agricultores agroecológicos deberán utilizar una amplia gama de tecnologías en su trabajo, además de contar con habilidades prácticas en el trabajo de campo y en el análisis de datos.
  5. Granjero de insectos comestibles. La gente está recurriendo cada vez más a fuentes de proteínas más eficientes. El cultivo de insectos comestibles representa una importante alternativa para producir grandes cantidades de proteína de alta calidad, micronutrientes, calcio, hierro y zinc, sin menoscabo del entorno y de los recursos, como sucede con la ganadería. Estos profesionales diseñarán sistemas verticales -que requieran muy poco espacio- donde se “cultivarán” los insectos en condiciones óptimas de crecimiento. Se auxiliarán de sistemas inteligentes, para monitorear insumos y tasas de crecimiento. Los granjeros de insectos comestibles utilizarán una variedad de tecnologías y tendrán un alto nivel de alfabetización digital, además de que deberán ser buenos colaboradores y hábiles comunicadores.
  6. Comunicador de conocimientos sobre alimentos. Este profesional ayudará a cambiar la relación humana con los alimentos. Mediante el diseño y ejecución  de campañas de comunicación, ofrecerá información, en tiempo real, sobre productos alimenticios, presentando detalles sobre la producción de cada producto y sus valores nutricionales, para que puedan utilizarse como parte de un plan de nutrición personalizado. Este experto deberá comprender a las personas y en particular, deberá comunicar de manera convincente los beneficios que brindan los alimentos saludables. Tendrán un amplio conocimiento en temas de alimentación, agroecología, salud, así como en comercio global y ética alimentaria.

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Los sistemas alimentarios del mundo estarán presionados en las próximas décadas para que además de producir alimentos, sean eficientes, sustentables, inclusivos y saludables. Una parte de esta transformación está en las habilidades y empleos que se requerirán para este cambio. A finales de la década pasada, el Foro Económico Mundial estimaba que hasta 65 por ciento de los niños -que en ese momento ingresaban a la escuela primaria- probablemente se emplearían en trabajos que aún no existían.

Imaginar futuros, es sin duda una actividad imprescindible, en particular en tiempos y retos que son interesantes. Quizá por eso Albert Einstein señalaba que: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.