Ricardo Flores Magón nació el 16 de septiembre de 1873, en San Antonio Eloxochitlán, Oaxaca, situado en la Sierra de Nautla, un área territorial habitada por comunidades de habla mazateca y nahua.

A decir de algunos biógrafos, los primeros años de vida en su tierra natal fueron decisivos no sólo en la conformación de su personalidad, sino además en la adopción, firme e inexorable, de una filosofía social que tuvo como modelo las comunidades agrarias asentadas en esa región.

/cms/uploads/image/file/749475/WhatsApp_Image_2022-09-15_at_12.43.52_PM__1_.jpeg

Desde muy joven radicó en la Ciudad de México, en donde otras experiencias influirían considerablemente en su pensamiento y en sus obras: la formación intelectual en la Escuela Preparatoria, los estudios profesionales en la Escuela de Jurisprudencia y las lecturas de los filósofos sociales de fines del siglo XIX, que le llevaron a comprometerse apasionadamente en la política y en el periodismo.

Junto con su hermano Jesús y Antonio Horcasitas, fundó el periódico “Regeneración” -de corte antiporfirista- cuyo primer número apareció el 7 de agosto de 1900. Por su crítica al gobierno fue clausurado en varias ocasiones y sus editores enviados a la cárcel, pero, aun así, siguió imprimiéndolo en Estados Unidos hasta 1918.  

En 1904 salió exiliado a los Estados Unidos y al año siguiente funda el Partido Liberal Mexicano en San Luis, Missouri. El programa del Partido, incluía importantes reformas como: la cancelación de la reelección; la mejora de la educación -mediante un mayor número de escuelas, una enseñanza netamente laica, la educación obligatoria hasta los catorce años y buenos sueldos a los maestros-; la jornada laboral de ocho horas; reglamentación del trabajo doméstico; mejoras de higiene y seguridad en las minas, fábricas y talleres; prohibir el trabajo infantil; dotar de tierras a quien lo solicite sin más condición que dedicarlas a la producción agrícola; el Estado fijará la extensión máxima de terreno cedida a cada persona; la creación y fomento de un banco agrícola con préstamos para los agricultores pobres con poco rédito y redimibles a plazos; supresión de los jefes políticos; y protección a las comunidades indígenas, entre otras.

Ya en el exilio, la lucha de Flores Magón no sólo se reducía a las transformaciones que consideraba que debían llevarse en el país, sino que adquirió un carácter internacional que lo llevó a la cárcel nuevamente y a su posterior muerte.

Como lo ha señalado el historiador David Flores Magón Guzmán, en el periodo de 1911-1918, “Regeneración” se había convertido en un periódico internacionalista, con importante influencia entre las organizaciones obreras estadunidenses. No sólo cubrió la difícil situación de los mexicanos al sur de la frontera, sino que también tomó la bandera de las comunidades marginadas en Estados Unidos, criticó el racismo generalizado y la satanización de los movimientos de los trabajadores en la prensa dominante de Los Ángeles.

Se dice que esto generó la animadversión a Ricardo Flores Magón, por parte de Harrison Gray Otis propietario de Los Ángeles Times y con grandes intereses económicos en México, razón por la cual inició una campaña en la que lo mostraba como un villano y en la que condenaba a todos los movimientos pro-laborales. A esto se suman, acontecimientos como el crecimiento y expresión de movimientos sociales en Estados Unidos, la Primera Guerra Mundial y la Revolución Bolchevique, que generaron una preocupación para la política interna estadounidense.

En este contexto, el gobierno norteamericano reaccionó con una campaña antirradical y antiextranjera desde 1916, arremetiendo por medio del espionaje, para perseguir y encarcelar a cientos de lo que ellos llamaban “radicales” nacionales y extranjeros a lo largo de todo el país. Es así como en 1918 y tras la publicación de un manifiesto antibélico en el número 262 del periódico “Regeneración”, Ricardo Flores Magón y Librado Rivera son encarcelados.

Son enjuiciados y condenados a 20 años de prisión, al considerárseles enemigos del estado por sus ideas, quedando claro que la justicia estadounidense había centrado su acusación y penalización en el discurso, más que sobre una conducta o una acción concreta. El 3 de noviembre de 1919, lo trasladaron a la Penitenciaría de Leavenworth en el estado de Kansas, donde se convirtió en el prisionero 14596-L.

Frente a las presiones que realizaron las organizaciones de defensa de derechos políticos y civiles estadunidenses, así como a las diligencias de la propia defensa para gestionar su libertad, en 1920, el Departamento de Justicia le propuso a Ricardo Flores Magón liberarlo con la condición de que firmara una petición de perdón y arrepentimiento de sus ideales. Como ya se había anticipado, rechazó tal ofrecimiento, diciendo que: “…no voy a pedir perdón. ¡No lo haré! En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones… en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celos fanáticos, y esa cosa es mi honra como luchador”.

/cms/uploads/image/file/749476/WhatsApp_Image_2022-09-15_at_12.43.52_PM.jpeg

La madrugada del 21 de noviembre de 1922 se notificó oficialmente su muerte. En este día que se conmemora su nacimiento y en este 2022, que fue declarado como el “Año de Ricardo Flores Magón”, es preciso recordar que, como pocos personajes de la historia, en él es difícil hacer la separación entre personalidad y pensamiento. En este caso su credo fue su carácter y su carácter su credo. El radicalismo y su rebelión sin claudicaciones, que lo caracterizaron hasta su muerte, describen tanto al hombre como a sus ideas