La palma africana o de aceite es una planta perenne, productiva desde los dos hasta los 28 años, y proviene de la zona del Golfo de Guinea, en África Occidental. Las primeras plantaciones en México se cultivaron en Chiapas, en los años 50 del siglo pasado.
Este arbusto produce un fruto oleaginoso que debido a sus características físico-químicas debe procesarse en un periodo muy corto después de ser cosechado. Es por esta razón que no puede comercializarse en el mercado mundial, como el resto de las oleaginosas; lo que se distribuye es el óleo.
Los racimos de la palma llegan a pesar 70 kilogramos. De una porción en plena madurez se extrae hasta 20% de su peso en aceite crudo. De este producto se obtienen dos tipos de aceites:
- El de palma, que se adquiere de la pulpa y es utilizado en la elaboración de margarina, manteca, alimentos congelados, aceite para cocina, entre otros.
- El de almendra o palmiste, que se extrae de la semilla y posee un alto contenido de ácido laúrico, que es utilizado como materia prima en la producción de jabones, detergentes, cosméticos, tintas, así como en la fabricación de biodiesel.
Dentro de sus cualidades destacan las siguientes:
- Es un antioxidante
- Rico en beta caroteno
- Contenido equilibrado de ácidos grasos
- Aporta vitaminas A, D y E
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) publicó la producción nacional de palma africana o de aceite para el 2017, siendo de 873,518 mil toneladas, en una superficie cosechada de 65,805 hectáreas.
Esta planta se desarrolló en cuatro entidades; en el Golfo de México se encuentran Veracruz y Tabasco, los que en conjunto aportaron 28.9% del volumen total; en el Pacífico Sur, Chiapas aportó 57.3%; mientras que en la Península de Yucatán, Campeche participó con el 13.8% restante.
Para mayor información de éste o cualquier otro producto agrícola, consulte el Anuario Estadístico de la Producción Agrícola y el Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta (SIACON).