El agua es un recurso fundamental para el ser humano, así como para el resto de animales y seres vivos. Dentro de las actividades agropecuarias, se requiere de un aprovechamiento óptimo de este líquido vital debido a su limitada disponibilidad en varias partes del país.

Un adecuado sistema de riego, aporta la cantidad necesaria de agua en el momento que se necesita, humedeciendo el suelo hasta la profundidad que requiera el cultivo.

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Actualmente existen diferentes sistemas de riego recomendables para cada región y/o cultivo,  algunos de ellos son: riego por goteo, por aspersión, por bombeo y por gravedad, entre otros.

El riego por goteo se caracteriza por ser una fuente eficiente de ahorro de agua, el cual consiste en suministrar la cantidad necesaria para cada planta por medio de un sistema de válvulas, tuberías y mangueras con emisores.

Puede utilizarse tanto a cielo abierto como en siembras bajo invernadero. Se recomienda para cultivos como huertas, montes frutales, agricultura orgánica, jardinería y sistemas agroforestales.

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Otra técnica es por aspersión, en este tipo de riego el agua llega a la siembra por medio de tuberías y mediante pulverizadores llamados aspersores que humedecen el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia.

El objetivo es aplicar una lámina que sea capaz de infiltrarse en el suelo sin producir escurrimientos.

La uniformidad de riego debe cubrir el área en un 80 por ciento para que su uso sea eficiente.

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El riego por bombeo se lleva a cabo a través de la utilización de equipo para la extracción de agua de pozos de diferente profundidad.

Las principales razones por las que se emplea este sistema, son  para asegurar la cantidad necesaria de agua, cuando las lluvias se presenten muy irregulares y/o sean insuficientes, así como para tener la posibilidad de riego durante todo el año.

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El riego por gravedad, también conocido como riego de superficie, consiste en la distribución del agua a través de canales o surcos, que se colocan a lo largo del área sembrada.

Para realizarlo, el agricultor debe contar con un estanque lo suficientemente grande. En él se acumulará toda el agua, que por medio de largos canales se dirigirá a los puntos de riego.

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Cada día es mayor el número de productores que toman conciencia sobre la importancia que tiene en sus cultivos, el uso del agua en los sistemas de riego.

Se ha comprobado que la forma de regar, puede generar mejores cosechas y mayores ingresos, sabiendo que el vital líquido es un recurso cada vez más escaso, del cual hay que hacer el mejor uso posible.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), informó que en 2016 se obtuvieron 320.4 mil millones de pesos de lo cultivado bajo algún sistema de riego. Estados como Baja California Sur, Sonora y Baja California son los que más producen utilizando agua, 100, 94.6 y 88.7% de su superficie sembrada, respectivamente.