Las piñatas son una de las costumbres más emblemáticas de las fiestas navideñas en México, y aunque esta celebración no es de origen mexicano, la hemos adoptado con tanto cariño que esta también se ha vuelto parte de nuestra esencia nacional.

Las piñatas llegaron a México en el periodo de la colonización, y fueron utilizadas como un método de evangelización de la iglesia católica para representar la lucha del bien contra el mal. En un principio las piñatas tenían como base una olla de barro, la cual representaba las tentaciones, la maldad y el diablo. Esta olla era decorada con siete picos de cartón, los cuales representaban cada uno de los pecados capitales (ira, lujuria, envidia, gula, avaricia, pereza y soberbia). Y los colores llamativos y vistosos hacían alusión a cómo algunas veces el pecado puede ser tentador.

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La costumbre indica que la piñata se rellena con fruta, colaciones y dulces que representan el premio por vencer la maldad y al pecado. Actualmente las piñatas se han modificado un poco, las ollas de barro, por ejemplo, ya no se utilizan pues llegaban a ser peligrosas al romperlas, pero algunas cosas que no cambian es poner fruta y dulces en ella.

Algunas de las frutas más utilizadas para rellenar la piñata son: Jícamas, cañas, naranjas y cacahuates, las cuales son sumamente resistentes, con lo que se asegura que no terminarán destruidas después de recibir tantos golpes dentro de la piñata.

Una vez más vemos como los productos del campo están presentes en nuestras tradiciones y en nuestra vida cotidiana.

Si deseas consultar información estadística de productos como la jícama, la caña, las naranjas y los cacahuates, te invitamos a visitar la página del SIAP en el apartado de Producción agrícola.