En aspectos de nutrición es muy común que se identifique a las carnes magras como las ideales para llevar una dieta balanceada. Dentro de éstas, es poco común que se contemple a la carne de cerdo debido a una idea errónea de que es sumamente grasosa, cuando lo que en realidad potencia los altos niveles de grasa son las maneras en que ésta puede prepararse. Además, el lomo, la paleta y el solomillo son considerados cortes magros en la carne de porcino, demostrando que es el desconocimiento el que permea al momento de elegir un tipo de carne a consumir.

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La carne de cerdo presenta un alto contenido en proteínas de gran valor biológico y aporta diversos minerales como potasio, fósforo, zinc y hierro, además de que es fuente de vitaminas del grupo B como la B1, B3, B6 y B12. Este conjunto de elementos son necesarios para el crecimiento y el desarrollo de los huesos y ayuda a conservar la masa muscular, entre otras características también importantes.

En aspectos económicos hay que destacar que es previsible que el consumo nacional de carne de cerdo mantenga su ritmo de crecimiento que ha presentado en los últimos  años. Mencionar que tan solo en 2015 el consumo nacional per cápita fue de 16.3 kilogramos, mientras que el año anterior se ubicó en 15.1 kg.

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En el plano internacional es de esperarse que el nivel de exportaciones alcance un máximo histórico, ya que se han obtenido certificaciones para exportar a mercados asiáticos. Ahí está el caso de Japón quien es el principal importador de carne de cerdo mexicana: compra cuatro de cada cinco toneladas que se exportan.

En cuanto a aspectos nacionales es importante mencionar que al cierre 2016 se logró una producción total de 1,376.2 miles de toneladas (1.38 millones de t), con un valor de 56,893 miles de millones de pesos, obtenidos de 16,794 miles de animales sacrificados. Jalisco, Sonora y Puebla se mostraron como líderes en esta producción, ya que en conjunto aportaron cerca de 50% del total nacional con 285 mil; 238 mil y 163 mil  toneladas, respectivamente.

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Los consumidores son cada vez más conscientes de los aspectos de nutrición al momento de alimentarse, por lo que es de esperarse que sigan incluyendo en su dieta básica la carne de porcino, así como la de res y la de ave ya que, juntas, son una fuente de proteína animal que complementan de manera importante el cuadro básico de una alimentación suficiente y sana.

Le invitamos a que consulte el cierre de la producción pecuaria.

Para mayores detalles, consulte Atlas agroalimentario 2016, págs. 184-185.