En las unidades de producción lechera un punto de vital importancia lo constituye la recría de becerras. Esta tarea se realiza con el fin de sustituir del hato aquellas vacas adultas que han disminuido su rendimiento de leche para integrar al proceso a un animal nuevo, el cual tiene la capacidad de dar cierta cantidad de litros de leche al día, permitiendo —en conjunto con las vacas en producción— mantener el negocio en números negros.

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Si se considera que en la mayoría de los establos, entre 20 y 30% de los animales en producción se desechan cada año, es de vital importancia tener el reemplazo listo para que no decaiga el nivel de productividad logrado.

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Esta tarea requiere de atenciones especiales para asegurar un buen vientre productor de leche. Y es que es la etapa de crianza la de mayor vulnerabilidad para el animal, ya que el mayor índice de mortalidad se da en este periodo, principalmente en el primer mes.

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En las etapas de la recría los cuidados se caracterizan por acciones que, bien realizadas, aseguran un animal sano al que, literalmente, se le puede ordeñar ganancias. Por ejemplo: en la etapa de lactancia (0-2 meses), asegurar buen calostro al animal, vacunarlo, mantenerlo en casitas individuales, y dispensar agua y alimento nuevo en horarios fijos, trae como beneficio una cría con buenas defensas biológicas; mayor higiene y disminución de contagios. Posteriormente, en la etapa de crecimiento (2-6 meses) suministrarle fuentes de fibra de calidad (alfalfa achicalada y/o henificada) permite al animal adaptar su aparato digestivo a alimento más tosco. En el desarrollo (6-14 meses) el suministro de forrajes como ratrojos, maíz, avena, rollos de pasto, silos de maíz, entre otros, contribuye a la conformación una buena capacidad abdominal y torácica del animal. Ya en la etapa de vaquilla (12-14 meses) inseminar tomando en cuenta el peso y el tamaño del desarrollo del lomo, lograrán formar un animal con alta fertilidad.

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Con alrededor de 2 millones y medio de cabezas de animales, los productores lecheros de México predominantemente trabajan cuatro sistemas de producción: especializado, semiespecializado, familiar y doble propósito.

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En conjunto, estas acciones impulsan la economía de México mientras se alimentan de manera confiable y adecuada a las generaciones de ayer, de hoy y del futuro.