El equinoccio de primavera de este año ocurrirá el día 20 de marzo. Es el fenómeno astronómico que marca el inicio de la primavera. El término deriva del latín y significa “noche igual”, haciendo alusión a que en los equinoccios, el día y la noche tienen exactamente la misma duración.
Las características de la época primaveral son principalmente dejar atrás las bajas temperaturas propias del invierno, comenzando a sentir más calidez en el ambiente, lo que propicia el crecimiento y desarrollo de la vegetación, siendo conocida como la estación de la vivacidad, asociada a la alegría, al desarrollo y a la llegada de la vida.
Para el sector agrícola la llegada de la primavera es de suma importancia, ya que las zonas del campo que habían iniciado un proceso de letargo debido a las condiciones adversas que se presentan en el invierno, vuelven a su punto óptimo para ser utilizadas, potencializando la productividad de las tierras dedicadas al cultivo.
La primavera es un momento perfecto para el crecimiento de los cultivos, ya que la cantidad de luz solar que obtienen la tierra y las plantas permite el proceso de fotosíntesis, del que los vegetales extraen la energía para sobrevivir y desarrollarse.
Sin embargo, los cultivos no son lo único que prolifera en la primavera, los animales encuentran esta época propicia para su reproducción, y aunque generalmente el aumento y proliferación de fauna y flora silvestres se asume como algo positivo, también se puede ver un incremento en el crecimiento de poblaciones de insectos que se han considerado plagas o que generan un impacto negativo en los cultivos.
El crecimiento de estas plagas se ve potenciado por el incremento en la humedad del ambiente, las temperaturas cada vez más cómodas y las ligeras lluvias primaverales, entre otros factores.
Las plagas de artrópodos y pulgones son algunas de las que más se presentan en primavera, pues estos inician un proceso de reproducción masiva. No obstante, no son los únicos, la proliferación de hongos que afectan a los cultivos es común, especialmente el oídio, la verticilosis o la roya, que se ven estimulados por el aumento de humedad en el ambiente.
Teniendo en cuenta todos estos factores es necesario que los agricultores tomen sus debidas precauciones, con el fin de aminorar el impacto negativo que puedan tener dichas plagas en la productividad de las cosechas y en la calidad de las mismas. De tal forma que la primavera siga siendo considerada como un periodo de alta productividad y desarrollo del campo.