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Una de las grandes problemáticas sociales en la actualidad a nivel mundial sigue siendo el hambre, desafortunadamente los recursos alimentarios no se encuentran distribuidos de forma uniforme en toda la humanidad, lo que ha acarreado que existan regiones que padecen en extremo la escasez de los alimentos básicos.

Esta problemática social es una de las principales prioridades de organizaciones como la ONU y la FAO, que buscan, a través de programas anuales, generar conciencia acerca de las diversas alternativas que se pueden promover para aminorar este gran problema.

Las principales acciones que se coordinan en torno a este día recaen precisamente en el análisis de la problemática social, con lo que se espera, puedan surgir alternativas que sean efectivas y viables en su implementación con el objetivo que den fin o presenten un impulso importante contra el fenómeno del hambre a nivel mundial.

En este 2022, existe una gran preocupación por los efectos de la pandemia aún presentes, que han provocado el encarecimiento de alimentos y recursos, lo que agrava la situación de disponibilidad de los mismos, acarreando con ello una ola de reducción en la ingesta alimentaria, en especial, en las regiones del  mundo más castigadas por el hambre.

A su vez, las desigualdades sociales y las tensiones políticas a las que nos enfrentamos en el panorama internacional, han generado preocupaciones adicionales, pues es evidente que afectan de forma drástica al sector alimentario de los países.

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La propuesta más viable que se ha derivado del análisis de la hambruna a nivel mundial es que se deben incentivar proyectos referentes a la alimentación sostenible y sustentable, pues de acuerdo con lo expertos en materia de alimentación, esto generaría que los recursos y las capacidades para producir alimentos fueran más accesibles para las personas y por lo tanto, éstas serían capaces de abastecer sus necesidades básicas por sí mismas, haciendo frente a la grave desigualdad alimentaria que se observa cada vez más marcada en todo el mundo.

De acuerdo con la ONU, los gobiernos, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil deben trabajar juntos para priorizar el derecho de todas las personas a la alimentación, la seguridad alimentaria y la nutrición, haciendo evidente que éste no es un problema que se pueda tratar solo por parte de las organizaciones, sino que es un trabajo social que debe desarrollarse y dar frutos en conjunto. 

Las acciones colectivas de más de 150 países relacionadas con esta importante fecha, han hecho de ella una de las efemérides más celebradas en todo el mundo. Aun así, el trabajo por hacer es insuficiente, teniendo en cuenta las complicaciones derivadas de la pandemia por COVID-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Es por ello que se requiere  incrementar y retomar con más fuerza el apoyo a las causas en contra de hambre, ya que sólo esto podrá generar un verdadero cambio en materia de estabilidad alimentaria en el mundo.