A lo largo de la historia, el hombre se ha servido de los recursos de la naturaleza para su beneficio, sin embargo, la sobreexplotación y aprovechamiento excesivo de los productos derivados de los  animales, hizo necesario el surgimiento de leyes que los protegieran de la compulsiva obsesión de la humanidad por consumirlos y explotarlos.

El auge del movimiento pro derecho de los animales tuvo su auge en la década de 1970, pues fue precisamente en el año de 1977 que se promulgó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, teniendo como principal consigna, que son seres vivos sensibles e inteligentes que merecen respeto y dignidad, aunque ellos por sí mismos no lo puedan exigir.

Es por ello que se recurre a diversos enfoques ambientalistas para intentar concientizar a la sociedad sobre la importancia de respetar a los animales, así como los entornos en donde se desarrollan.

Los animales de crianza para consumo humano no son ajenos a esta situación, pues a pesar de que el fin último sea su sacrificio con fines alimenticios, los derechos de los animales indican que estos deben tener una vida saludable, libre de sufrimiento y que su sacrificio debe realizarse alejado de prácticas que les generen estrés, ansiedad y miedo. Dando así una muerte digna.

En el caso de los animales de compañía o mascotas, también se han emitido leyes que los benefician, exigiendo que los dueños les proporcionen cuidados, comodidades, servicios de salud y alimentación. Al mismo tiempo hay regulaciones que indican, qué animales son propios para domesticar y cuáles se deben preservar en vida silvestre, respetando sus entornos y no ser considerados como animales de compañía.

Este 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos de los Animales, el cual tiene por objetivo, difundir la cultura del cuidado de los animales, especialmente protegerlos del maltrato propiciado por el hombre, al involucrarlos en espectáculos de entretenimiento o experimentación científica.

Con nuestras acciones también podemos contribuir a esta noble causa, alejándonos de productos, espectáculos y artículos que provengan o involucren el maltrato animal.

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