En un entorno externo que mostró una clara mejoría, al disiparse parcialmente la incertidumbre sobre las políticas de Estados Unidos, la economía mexicana crece y lo hace a un ritmo mayor a lo esperado por los analistas privados. De acuerdo con cifras oportunas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el crecimiento económico de México fue de 3.0 por ciento real anual desestacionalizado en el segundo trimestre de 2017 (el más alto desde el primer trimestre de 2013), acumulando 30 aumentos anuales consecutivos.

Por actividad económica, este crecimiento se debió al sólido incremento de 4.1 por ciento en las actividades terciarias (el más alto de los últimos 17 trimestres) y al crecimiento –más moderado– de 1 por ciento y de 0.6 por ciento en las primarias y secundarias, respectivamente.

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Con relación al trimestre previo, el Producto Interno Bruto (PIB) de México se incrementó 0.6 por ciento real en el segundo trimestre del año, lo que implicó el décimo sexto aumento trimestral consecutivo, y que superior a lo esperado por el consenso (Bloomberg +0.2 por ciento). Esto también fue producto del avance de 0.8 por ciento en las actividades terciarias (comercio y otros servicios) y, en menor medida, del aumento de 0.1 por ciento en la producción industrial.

En su comparación anual, con cifras originales y oportunas, el PIB avanzó 1.8 por ciento en el segundo trimestre de 2017, apoyado por el crecimiento de 3.2 por ciento de las actividades terciarias y de 0.7 por ciento de las primarias.

En términos acumulados, durante el primer semestre del año el crecimiento de la economía mexicana fue de 2.3 por ciento real anual, y cercano al límite superior del rango actual previsto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para todo 2017, de entre 1.5 por ciento y 2.5 por ciento.

Por una parte, la trayectoria positiva y el avance mejor a lo esperado se debe a

  • Buena dinámica del empleo formal. Al 30 de junio de 2017, el número de trabajadores afiliados al IMSS alcanzó la cifra record de 19.13 millones de personas, que representa un incremento en el primer semestre del año de 517.4 mil puestos, lo que implicó la más alta generación para un periodo semejante que se haya reportado. Reflejo de la fortaleza del mercado laboral, la tasa de desempleo en junio pasado se ubicó en su menor nivel en casi once años. Con cifras desestacionalizadas, la Tasa de Desocupación Nacional (TDN) fue de 3.3 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), la menor desde mayo de 2006.
  • Mayor acceso al crédito. El saldo del crédito vigente de la banca comercial al sector privado al mes de junio mostró un incremento real anual de 7.1 por ciento, ante el incremento de 9.2 por ciento del crédito a las empresas, de 3.7 por ciento del crédito al consumo y de 3.3 por ciento del crédito a la vivienda.
  • Importante flujo de remesas hacia nuestro país. El dinero que enviaron los mexicanos residentes en el extranjero a sus familias en México continúa en ascenso. A junio de este año, las remesas sumaron 13,946 millones de dólares (mdd), el mayor nivel enviado para un primer semestre que se tenga registro.

La evolución de estos indicadores apoya el incremento del consumo privado: La producción y exportaciones de automóviles en México registran niveles record, con incrementos anuales de dos dígitos en el primer semestre del año (12.6 por ciento y 14 por ciento, respectivamente).

Las ventas en los establecimientos al menudeo reportan crecimiento real anual de 4 por ciento en promedio en los primeros cinco meses del año con cifras originales, y de 4.8 por ciento con datos desestacionalizados; mientras que las ventas en las tiendas departamentales asociadas a la ANTAD muestran un importante crecimiento nominal anual promedio de 7.7 por ciento en unidades totales y de 4.6 por ciento en unidades iguales en el periodo enero-junio.

Por el lado del gasto, vemos que el favorable desempeño de la economía mexicana también se explica por la combinación de varios factores que tienen que ver, por una parte, con la mejoría de la demanda externa:

  • Las exportaciones repuntan. La aceleración gradual de la producción de manufacturas en Estados Unidos se refleja en un mayor dinamismo de las exportaciones no petroleras de México. Durante el segundo trimestre de 2017, estas crecieron 9.7 por ciento anual, el mayor crecimiento desde el primer trimestre de 2012.

El buen desempeño de la actividad económica de México, con un mejor balance entre sector interno y externo, es posible gracias a la combinación de políticas macroeconómicas adecuadas y, en especial, a la instrumentación de las reformas estructurales que cambió la manera en que opera nuestra economía[1], lo que contribuye a elevar la capacidad de resistencia de la economía mexicana frente a los choques externos, dando una perspectiva muy sólida para el avance de 2017, generando revisiones al alza en las expectativas de crecimiento del sector privado, como ejemplo de ello JP Morgan elevó su pronóstico de 1.9 por ciento a 2.4 por ciento, Citibanamex de 1.7 por ciento a 2.0 por ciento, CIBanco de 2 por ciento a 2.3 por ciento, y Bank of America de 1.8 por ciento a 2.1 por ciento.

El fortalecimiento de la economía mexicana es reconocido por las agencias calificadoras. En este sentido, Standard & Poor’s (18 de julio) y Fitch (2 de agosto) mejoraron la perspectiva de la calificación soberana de México de negativa a estable.

Con base en el desempeño económico durante el primer semestre del año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público decidió mantener el rango de crecimiento económico de México para todo 2017, entre 1.5 por ciento y 2.5 por ciento, con perspectivas al alza. Como en ocasiones anteriores, éste rango podría revisarse después de que el INEGI publique las cifras del PIB del segundo trimestre de 2017 (22 de agosto).

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El Gobierno de la República reconoce que 2017 sigue siendo un año complicado, donde enfrentaremos incertidumbre y volatilidad por diferentes factores, pero que es alentador saber que la economía mexicana está dando señales de mayor resistencia y que tiene elementos que le dan fortaleza, como el contar con la línea de Crédito Flexible por aproximadamente 86 mil millones de dólares que el pasado 23 de mayo el Fondo Monetario Internacional (FMI) ratificó para nuestro país.

Esto, gracias a que México mantiene la fortaleza de sus políticas económicas y a los sanos fundamentos económicos, que le permiten acelerar su crecimiento, como un nivel adecuado de reservas, finanzas públicas sanas, inflación baja y estable, y una implementación ininterrumpida de la agenda de reformas estructurales, entre otros.

[1] La Reforma Fiscal nos dio fortaleza frente al descenso de los precios del petróleo; la Reforma Laboral nos ha permitido acelerar la generación de nuevos empleos; la Reforma Financiera permite que haya más crédito y más barato; la Reforma de Telecomunicaciones permite un sector con mayor participación y más competitivo; y la Reforma energética trae tecnología y capital al sector.