• Al segundo trimestre del año, la economía mexicana tocó su punto más bajo, derivado del cierre de actividades económicas por la contingencia del COVID-19 y su impacto en la economía.
  • En el segundo trimestre del año se observan signos de recuperación económica, paulatinos y sostenibles, en algunas actividades esenciales.
  • Ante la actual coyuntura económica y financiera, Hacienda reitera que México cuenta con un sistema financiero fuerte y resiliente, y su compromiso de no usar endeudamiento adicional al aprobado por el Congreso.

 

Resumen ejecutivo

 

  • La posición de las finanzas públicas y la deuda al cierre del segundo trimestre refleja las acciones de política fiscal y financiera establecidas para mitigar el impacto de la drástica contracción económica experimentada en los meses de abril y mayo, efecto de la suspensión de actividades para contener la propagación del COVID-19, y garantizar un entorno macroeconómico estable que abone al ímpetu de la recuperación.
  • Hacia el final del segundo trimestre se observaron signos de mejoría parcial de la economía global, en línea con la reapertura iniciada por distintos países. La velocidad de la reactivación es todavía incierta, debido entre otros factores a la persistencia de la pandemia del COVID-19; la incertidumbre sobre el momento en que estará disponible una vacuna o tratamiento para la enfermedad, que permitan una reapertura amplia y segura; y el resurgimiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
  • Los mercados financieros internacionales recuperaron la mayor parte de las pérdidas del primer trimestre y la volatilidad disminuyó notablemente, derivado de las medidas implementadas por gobiernos y bancos centrales de todo el mundo.
  • En México se observó una disminución significativa de la actividad económica en el segundo trimestre, aunque con señales de mejoría en junio, particularmente en el comercio exterior y en los sectores de construcción y manufacturas, que por sus características reanudaron actividades.
  • En la parte financiera, durante el segundo trimestre se observó una apreciación del peso, disminución en la prima de riesgo de los bonos gubernamentales y una mejoría en los mercados accionarios, entre otros resultados positivos que muestran tanto el efecto de las medidas para proveer liquidez a los mercados y asegurar el funcionamiento ordenado del sistema financiero, como la confianza en los fundamentos macroeconómicos de nuestro país.
  • En este marco, destaca la conducción de las finanzas públicas del Gobierno de México, orientada a asegurar la sostenibilidad de largo plazo y a preservar la estabilidad, que se manifiesta en un superávit primario de 61 mil 196 millones de pesos y en un déficit público menor al programado en 17 mil 753 millones de pesos.
  • Los ingresos tributarios aumentaron 0.1% real anual en el primer semestre de 2020, en un entorno económico sumamente complejo, resultado que se compara positivamente con lo experimentado en contracciones económicas previas, y que se explica por los cambios implementados durante esta administración para fortalecer permanentemente el cumplimiento de los contribuyentes y combatir los espacios de evasión, aumentando así la recaudación manteniendo el marco fiscal.
  • En el primer semestre de 2020 los ingresos no tributarios se incrementaron 65.2% real anual, derivado del uso de activos financieros para financiar las actividades gubernamentales sin recurrir a endeudamiento adicional.
  • Los ingresos petroleros disminuyeron 41.3% real anual en enero-junio, a pesar de un aumento de 1.7% anual en la producción de petróleo, debido a la drástica caída en el precio del bien y en el consumo de hidrocarburos y combustibles. Esto explica la contracción de 3.7% real anual en los ingresos presupuestarios totales.
  • El gasto programable de la Administración Pública Centralizada se incrementó en 7.8% real anual y la inversión física en 16.0% real anual. Lo anterior está ayudando a atender la emergencia sanitaria y a proteger la economía de hogares y empresas, complementado con diversas medidas financieras y regulatorias.
  • El gasto no programable decreció 3.2% real anual en enero-junio, debido a la caída de 7.4% real anual de las participaciones a los Estados. Estos han recibido 21 mil 91 millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) para compensar lo anterior y permitir la ejecución adecuada de sus programas y proyectos.
  • El aumento en el gasto programable, de 4.4% real anual en el primer semestre del año, condujo a un incremento del gasto neto pagado total de 2.1% real anual en el mismo periodo.
  • La política de manejo proactivo y flexible de la deuda pública permitió cubrir las necesidades de financiamiento del Gobierno Federal en condiciones favorables, mejorar el perfil de vencimientos y asegurar el buen funcionamiento y liquidez en los mercados de deuda. Al cierre de junio, la deuda neta del Gobierno Federal se ubicó en 9 billones 300 mil 79 millones de pesos, con una evolución alineada a los objetivos de la política fiscal para este año.
  • Por su parte, la deuda neta del Sector Público se situó en 12 billones 335 mil 962 millones de pesos y el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) ascendió a 12 billones 73 mil 416 millones de pesos, donde el 68.0% del aumento respecto a la cifra de 2019 se debió a un efecto de valuación por la depreciación del peso frente al dólar de Estados Unidos.
  • El Gobierno de México reitera su compromiso con políticas económicas, fiscales y de manejo de la deuda pública que contribuyen a preservar los equilibrios macroeconómicos, como medio para proteger el bienestar de los hogares mexicanos y los pilares de la actividad productiva.

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