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Palabras del Secretario de Hacienda, en la ceremonia de entrega de premios a la excelencia académica de la Universidad Anáhuac

Secretaría de Hacienda y Crédito Público | 18 de febrero de 2015
Muchas gracias, muy buenas noches.
Saludo en primer lugar al señor rector de esta institución de excelencia, que es la Universidad Anáhuac, al Padre Jesús Quirce. Le agradezco sus muy afectuosas palabras no sólo para conmigo, sino para mi familia. Muchas gracias Padre, es de verdad un privilegio estar aquí.
Saludo a los directivos y académicos de la Universidad. Saludo a los alumnos, particularmente a quienes son reconocidos el día de hoy por la excelencia con que llevan a cabo sus estudios. Y saludo, por supuesto, a los padres de familia, que son quienes han hecho posible que sus hijos estén aquí.
Quiero, en primer lugar, felicitar a la Universidad Anáhuac. 50 años es una vida corta para una universidad, y sin embargo en sólo 50 años la Universidad Anáhuac se ha consolidado como una de las grandes instituciones académicas, y si se me permite, no solamente académicas, sino sociales de México, como un agente de cambio, de transformación, de acción positiva.
Y estamos seguros que estos 50 años son solamente el principio de lo que es una universidad que, a final de cuentas una universidad no solamente es un espacio de inteligencia, de estudio; es un espacio de pensamiento y es un espacio de cambio.
En las universidades se han gestado tal vez los cambios más importantes en la historia de la humanidad, porque son los cambios que trascienden incluso generaciones, e incluso siglos, porque son los cambios de la mente y los cambios del espíritu.
Y sin duda, la Universidad Anáhuac es un motivo de orgullo para quienes tienen el privilegio de ser parte de esta gran casa de estudios, y creo que para toda la nación. Muchas felicidades.
Los han felicitado mucho, jóvenes, el día de hoy, y déjenme felicitarlos yo por algo. Los felicito por ser mexicanos, porque ustedes al ser mexicanos, son parte de un gran país, un país que tiene un potencial increíble, que tiene hombres y mujeres que están dispuestos a transformar para que la vida sea mejor, que tiene una gran riqueza cultural y que tiene, sobre todo, un brillante futuro.
Y tal ustedes si ven las noticias pueden decir “bueno este señor ya se volvió loco, qué no ve todos los problemas que hay en México”. Pues déjenme decirles que yo soy un optimista irredento, y soy optimista y entusiasta sobre nuestro país, y para poner en perspectiva por qué les digo que soy optimista, déjenme platicarles un poquito cómo era aquél México hace muchos años, específicamente 26 años, yo creo que ninguno de ustedes había nacido hace 26 años cuando yo empecé a estudiar la universidad.
Primero que nada México, aunque no lo crean, hace 26 años todavía no era una verdadera democracia. Hoy se nos hace normal, lo damos por hecho, pero esto es algo que México conquistó, y que las generaciones que vinieron antes que ustedes lograron que México de manera pacífica lograra lo que hoy tenemos como un valor especialísimo de la convivencia política y social que es la democracia.
Cuando yo era estudiante todas las elecciones las ganaba el mismo partido. Todos los gobernadores, y por supuesto los presidentes de la República durante 60 años eran parte de un mismo partido; hoy no es así, afortunadamente hoy no es así. No sólo eso, hoy México es un país donde tenemos plena libertad de expresión, cada quien puede decir lo que quiere.
Cuando yo entraba a la universidad, en 1988, no se podía criticar en los medios de comunicación al Presidente de la República, un poco diferente a lo que ocurre hoy, y eso es una cosa buena para México porque hoy somos un país libre, somos un país donde cada opinión de cada ciudadano cuenta lo mismo.
En materia económica recuerdo yo, apenas en 1987 que había que ir al súper y comprar a lo mejor dos litros de leche más porque no sabíamos si al día siguiente iba a subir la leche, o si iba a subir el pan, o si iba a costar más cargar el tanque de gasolina porque las cosas subían todos los días.
Teníamos inflaciones, teníamos crisis cada 6 años como reloj. México tenía una profunda crisis que generaba pobreza, que destruía valor; hoy, tenemos un México mucho más estable, además una economía que se abrió al mundo.
En aquella época, estamos hablando antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, lo que hoy para ustedes es absolutamente normal que es ir a cualquier tienda y poder tener bienes, comprar cosas, tenerlas al alcance de la mano de cualquier lugar en el mundo era absolutamente imposible; bueno, vamos, hasta los juguetes eran diferentes los importados que los juguetes que se hacían en México. Todo eso ha cambiado. Y qué decimos de la tecnología, estaba yo haciendo memoria cuando ingresé al primer semestre de la universidad, en el ITAM, mi primer trabajo lo hice en una máquina de escribir.
Empecé a utilizar una computadora, la primera que me tocó tener frente a mí, creo que ya iba por ahí de tercer o cuarto semestre de la carrera; por supuesto no había Facebook, no había Twitter y nadie tenía un Smart Phone, eso no existía.
Ha cambiado mucho la realidad, y México ha avanzado de manera muy importante, y hoy México es una de las economías que tiene mejores perspectivas hacia adelante. Miren, les doy un dato: En 1985 el 85% de lo que exportaba México, es decir, lo que le vendía México al resto del mundo era petróleo crudo. Hoy, 85% de lo que le vende México al resto del mundo son manufacturas, son productos con valor agregado, automóviles, bienes electrónicos; somos, por ejemplo, algo que poca gente sabe, el país donde más pantallas planas se fabrican y se exportan en el mundo es México.
Somos un país líder en la industria aeroespacial, somos un país donde todos los días llegan empresas globales a establecer presencia en México, no necesariamente porque tengamos los salarios más bajos del mundo, sino porque somos un país altamente competitivo, y eso se ha logrado gracias al trabajo de muchas y muchos mexicanos que han permitido que tengamos el país que hoy tenemos.
Y por supuesto, tenemos enormes retos, y déjenme señalar tres retos muy grandes: El primero, que es algo que nos debe de preocupar a todos, es la desigualdad. México no es el país más pobre del mundo, sin duda hay países en África, en el sur de Asia que son más pobres que México, pero México es parte de la región más desigual del mundo que es América Latina y eso representa una fuente permanente de conflicto y es algo que social y moralmente debe ser inaceptable.
Los mexicanos tenemos enfrente, y ustedes tendrán desde la trinchera que escojan, la academia, las empresas, el gobierno, a lo mejor algún despistado entra al gobierno, las organizaciones sociales, México tiene que tener el problema de la desigualdad como una gran prioridad.
Es cierto, en México tenemos algunas de las industrias más competitivas del mundo, tenemos lugares como el Bajío, piensen ustedes por ejemplo en las plantas automotrices en Silao, hoy tuve la oportunidad de platicar con el Presidente de General Motors, el Presidente de esta empresa global que me decía, la planta de Silao que tienen ahí es la planta más eficiente que tienen en todo el mundo, y sin embargo, no muy lejos de ahí, un poco al sur, en el Estado de Guerrero tenemos regiones como la montaña de Guerrero, la sierra de Guerrero, donde están ocurriendo tragedias que le han dado la vuelta al mundo y nos han dolido a todos mexicanos.
Es esa desigualdad, piensen ustedes la diferencia que hay en un joven que tiene las oportunidades que sus padres le han dado a aquel comparado con un joven que está en la mixteca oaxaqueña que no tiene ni siquiera la oportunidad, no de estudiar en una universidad, a veces no tiene la oportunidad de desayunar antes de salir de su casa. Ese es el México que no podemos tolerar, ese es el México para el que debemos trabajar.
Un segundo problema que tiene México, de los tres que quiero aquí señalar, es que México no crece a su verdadero potencial. Piensen ustedes, una nación que tiene una ecología privilegiada, tres mil kilómetros de frontera con los Estados Unidos, con costas al Pacífico, con costas al Atlántico, recursos naturales, una demografía, es decir, una estructura de población joven, que somos competitivos, y sin embargo México crece menos que economías muy comparables a las nuestras.
De hecho en los últimos treinta años, México es el país de América Latina, quitando la excepción de El Salvador, que menos ha crecido. Tenemos que hacer algo para destrabar el crecimiento. Mucho de lo que hemos hecho en los últimos dos años, reformas trascendentes, muy importantes, en materia de energía, de telecomunicaciones, financiera, por mencionar algunas, es precisamente para destrabar el crecimiento económico y que México aproveche su potencial.
Y un tercer reto que para mí es tal vez hoy el más importante, el reto de la confianza. El reto de que los mexicanos creamos en nuestro país, y es la confianza que solamente se construye, no a través de discursos, no a través de palabras, sino a través de hechos, de transparencia, de rendición de cuentas, de hacer prevalecer el estado de derecho. Esos son los retos que tiene hoy México.
Ustedes tienen una gran oportunidad al ser egresados de una de las mejores instituciones académicas de América Latina, al ser además alumnos que han sabido aprovechar su tiempo en la universidad siendo alumnos de excelencia. Ustedes tienen la oportunidad pero tienen que tomar una decisión, ¿quieren ser espectadores o quieren ser protagonistas?
Es lo que ustedes tienen que pensar. Claramente en la universidad ustedes han decidido ser protagonistas pero la pregunta es hacia adelante, y sobre todo, pensando en su país porque un espectador es quien convierte la inconformidad en apatía, a lo mejor escribe algo en 140 caracteres y lo pone en Twitter y ahí se acabó la protesta. El protagonista es el que convierte la inconformidad en acción, por supuesto, en acción positiva. Quien está dispuesto a tu problema, a decir, y porqué a nadie se le ha ocurrido esta solución, está dispuesto a tomar una parte de su tiempo y decir yo quiero, voy a dedicar un poco de menos tiempo a una
actividad personal y un poquito de más tiempo a la comunidad que me rodea, al país del que soy y en el que voy a vivir.
Ser un protagonista también implica estar informado, tener una opinión propia, por supuesto, ser críticos, pero no ser críticos porque lo oyeron al de al lado, o porque leyeron cinco renglones de algo que apareció en su Facebook, sino es ser informado porque ustedes han hecho el esfuerzo de formar una opinión y se vale tener una opinión distinta y no solo se vale ser críticos, hay que ser críticos, hay que ser inconformes pero esa inconformidad para ser protagonista tiene que convertirse en acción positiva.
A mi generación que es la que hoy está en el gobierno, le ha tocado el reto de ser una generación en la transición, la transición hacia la democracia, la transición hacia la economía abierta y de mercado y nos ha tocado también ser una generación de reformas, de cambios y México ha logrado en tiempos recientes cosas que antes parecían imposibles y que mucha gente nos dijo “eso no se puede”.
Ustedes no se deben de acordar porque no lo vivieron pero casi se nos decía como si fuera un dogma que era imposible pensar en cambiar el Artículo 27 constitucional para romper el monopolio público en materia de petróleo, de gas y de electricidad y lo acabamos de hacer y esto nos abre un gran potencial para que tengamos electricidad, luz, gas más baratos para las familias pero también para las empresas y para la tranquilidad de la economía, para generar empleos. ¿Por qué? Porque México se ha atrevido a dar esos pasos, a cambiar.
A ustedes les va a tocar un reto distinto, cada generación tiene un reto diferente y no crean que faltan muchos años, está a la vuelta de la esquina, ya los está viendo a ustedes a los ojos y de su generación va a depender el futuro de México, y esto que hoy tiene México, estos problemas y este potencial, la solución descansa en proteger los valores de la democracia y los valores de la economía de mercado y créanme y dense una vuelta por algunos países de América Latina que eso no está garantizado.
Hay países donde se ha caído en tentaciones de lo que llaman “populismo” y donde se ha rendido la población ante la seducción del populismo y que hoy están al borde del colapso. A ustedes les toca decidir que México vamos a tener.
Y por último, déjenme tomar algo del discurso de Mary Paz que me pareció extraordinariamente relevante y en tu discurso Mary Paz decías: “para ser exitoso y para ser de excelencia también hay que ser humildes y hay que atrevernos a equivocarnos”.
Solamente quien toma riesgos, solamente quien está dispuesto a intentar algo nuevo lo puede hacer si está dispuesto a equivocarse, sino se quiere equivocar, la única manera de lograrlo es no haciendo absolutamente nada y será un sujeto pasivo, ser un espectador.
Créanme que nosotros lo hemos aprendido, y en épocas muy recientes y en las coyunturas actuales, hemos aprendido que no basta con ganar el voto mayoritario de los mexicanos, hay que ganar la confianza, y la confianza se gana todos los días, con hechos, con resultados, con la consistencia en la forma de gobernar.
Ese es el reto que nosotros tenemos, el reto que ustedes tienen, ustedes lo van a definir, ustedes van a definir qué quieren hacer con su país, ojalá escojan ser protagonistas como lo han escogido ahora que se han convertido en alumnos de excelencia.
Y déjenme terminar con una felicitación y con un agradecimiento, pero esta felicitación y perdónenme que sea así, alumnos de excelencia, no es para ustedes, es una felicitación y un agradecimiento para sus padres, porque si ustedes están aquí es gracias a sus papás, a sus papás que desde que eran muy chicos han decidido formarlos con valores, con educación, haciendo un enorme esfuerzo para que ustedes lleguen a tener la oportunidad que hoy tienen y créanme que hoy esto se los digo a los papás no como Secretario de Hacienda, lo digo también como papá y gracias a los papás y a las mamás y también a los maestros y a los directivos por darle a México estas generaciones, estos 180 mujeres y hombres, mexicanas y mexicanos de excelencia que estoy seguro que han decidido y decidirán ser protagonistas para cambiar a su país.
Muchas, muchas felicidades y muchas gracias Padre Quirce.

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