La política económica aplicada en las últimas dos décadas le ha permitido a México consolidarse como una de las principales economías emergentes en el
mundo. La apertura comercial y la disciplina fiscal y monetaria aplicada en este periodo han permitido elevar la competitividad de un amplio número de sectores de la economía, así como mantener la estabilidad macroeconómica en el país. No obstante, en ese mismo periodo, la tasa de crecimiento económico se encuentra por debajo de 2.6% anual en promedio debido tanto a factores externos como internos que no han permitido a nuestro país alcanzar su potencial de crecimiento.
Particularmente, en 2014, el crecimiento económico se vio afectado principalmente por un entorno internacional complejo y las perspectivas para 2015 muestran que todavía enfrentaremos retos importantes. Por ejemplo, en los últimos meses se observa un incremento importante en la aversión al riesgo por parte de los inversionistas internacionales, lo que aunado al esperado incremento de tasas en Estados Unidos, generará el traslado de capitales hacia los bonos que emita ese país, por considerarse de menor riesgo.