Como ustedes saben, el mes de julio es para México símbolo de cambios muy relevantes en nuestras instituciones públicas. Hace 20 años, el 23 de julio de 1996, el Presidente de la República y los cuatro partidos políticos que tenían registro y representación en el Congreso, firmaron en Palacio Nacional el proyecto de reforma constitucional en materia electoral que dio un cambio definitivo y fue dejando atrás los males y vicios de nuestras elecciones.

Hoy, 20 años después vivimos en México los beneficios de aquella firma y de aquella Reforma en Palacio Nacional. Así como hace 20 años se firmó aquel importante acuerdo en materia electoral, hoy 20 años después, 18 de julio de 2016, el Presidente de la República en presencia de su gabinete, de Órganos Constitucionales Autónomos, de Gobernadores, de los Grupos Parlamentarios, partidos políticos, legisladoras y legisladores, pero principalmente el día de hoy con la presencia de ciudadanas, ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, el Presidente de la República promulgará el paquete de leyes que le dan vida, a partir del día de hoy, al Sistema Nacional Anticorrupción.

Con este paso histórico, se pretende ir dejando atrás, como hace 20 años en materia electoral, hoy dejar atrás los vicios y los males de la corrupción.

La presente reforma del Sistema Nacional, Anticorrupción tiene grandes virtudes en su confección y también en su contenido. En su confección, el Presidente de la República participó enviando la iniciativa y trabajándola aun siendo candidato.

Los partidos políticos, los Grupos Parlamentarios, legisladoras y legisladores trabajaron en este proyecto de reforma, adecuándola a lo largo de casi cuatro años y, principalmente, en esta confección debemos reconocer la decidida participación de ciudadanas, ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, que con su iniciativa dieron impulso definitivo y aceleraron la aprobación de esta reforma que hoy se habrá de promulgar.

En su contenido, la reforma del Sistema Nacional Anticorrupción tiene una virtud fundamental, serán los ciudadanos los que tengan la responsabilidad de establecer las directrices del propio Sistema Nacional Anticorrupción y de las instituciones públicas que integran el Sistema, entre ellas, la Secretaría de la Función Pública.

Para la Secretaría de la Función Pública se ha establecido en la reforma un aspecto fundamental: que el Secretario de la Función Pública que participe en el Sistema Nacional Anticorrupción, sea nombrado por el Presidente y ratificado por el Senado de la República.

Es así como tenemos el día de hoy el inicio de una nueva era en la Secretaría de la Función Pública. Por tal motivo, decidí presentar el día de hoy al Presidente de México mi renuncia como Secretario de la Función Pública, a fin de que el Ejecutivo Federal cumpla a cabalidad con el mandato constitucional de contar dentro del Sistema Nacional Anticorrupción, con un Secretario de la Función Pública debidamente nombrado y ratificado por el Senado.

Hoy finaliza, por lo tanto, en la Secretaría de la Función Pública, la era de la administración tradicional del control interno para dar paso a un nuevo episodio ciudadano y plural.

Tengo la convicción de que el Sistema Nacional Anticorrupción requiere que todas sus instituciones funcionen con la plenitud constitucional que sus normas dictan para consolidar su confianza. A ello obedece mi determinación personal de haber presentado la renuncia a este cargo.

En todo caso, la Secretaría de la Función Pública ofrece hoy condiciones en su estructura, en sus sistemas, en sus vínculos institucionales e internacionales y también en sus mesas de diálogo, las condiciones para desde el día de hoy, realizar aportaciones importantes al Sistema Nacional Anticorrupción.

En lo personal, agradezco desde luego al Presidente de la República su confianza al haberme conferido este cargo, agradezco a mis amigas y amigos del gabinete y de los órganos de Estado de todos los niveles, por su cooperación con esta dependencia.

A quienes apoyaron de manera permanente el proyecto de esta Secretaría, gracias por su orientación. También mi gratitud a los críticos y opositores, porque con su reflexión tenemos siempre oportunidad de establecer mejoras continuas.

Desde luego, mi gratitud al equipo de la Secretaría, por su entrega y por su trabajo y, por supuesto, a quienes me acompañan el día de hoy, y a mí familia por su afecto y por su cariño. Muchas gracias por todo, muy buenos días.

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