Discurso de Otto Granados – Presentación de la revista El mundo de la educación

Fecha de publicación:
10 de mayo de 2018

Sinopsis


Secretaría de Educación Pública Gobierno de la República.

Otto Granados Roldán, secretario de Educación Pública: Si hasta este punto, la conclusión es que la educación importa, entonces la cuestión relevante es saber si la actual Reforma Educativa responderá a los retos que enfrentará México en el siglo XXI y por qué consolidar su ejecución y defenderla frente al oportunismo y la demagogia, ya sean electoral, pseudoacadémica o mediática es una alta prioridad.

La respuesta es en ambos casos afirmativa, siempre y cuando exista conciencia colectiva de la complejidad del mundo educativo, laboral y profesional en el que los niños y jóvenes mexicanos vivirán en las próximas décadas y que, si se quiere competir con las mejores herramientas, la educación de gran calidad no es una opción, sino la opción más importante y de mayor profundidad que México tiene para ofrecer a su población un desarrollo incluyente, equitativo y sostenible.

Los mayores éxitos de esta Reforma Educativa se van a ir registrando en los próximos años, en la medida en que como sucede en todos los países, su instrumentación siga con igual o mayor energía y eso va a depender de una constelación muy amplia de actores, porque al final del día, la educación es un bien público y corresponde preservarla como tal.

Por muchos años, sin embargo, México vivió en materia educativa entre la simulación, la inercia y la frustración. Se escolarizaba sí, pero no se educaba. Los arreglos políticos desplazaron a la calidad; el clientelismo sustituyó al mérito; los intereses privados suplantaron el interés público.

La primera fortaleza de la Reforma Educativa, sin duda, es haber tenido a su favor el consenso de los partidos políticos más grandes de México. Si bien, en otras reformas estructurales las diferencias introdujeron matices, en lo educativo se presentó, desde un principio, un compromiso común con la urgencia de establecer mecanismos de igualdad de oportunidades para toda la población, a través de una educación de calidad.

Si se asegura una educación así, la lucha por la equidad registrará a mediano plazo una de sus mayores victorias, pues sin importar el origen social del que procedan, los estudiantes mexicanos tendrán mejores condiciones para alcanzar el éxito profesional y la movilidad social y económica. Y esta será la segunda fortaleza de la reforma.

Para ello no bastan buenos maestros, que los tenemos, y muchos más de los que se piensan, ni tampoco bastará solamente buenas escuelas, que las hay más de lo que se piensa, sino también buenos contenidos.

Ahí reside precisamente el corazón del Nuevo Modelo Educativo, cuya primera etapa se pondrá en marcha a partir del próximo agosto.

Una tercera fortaleza de la reforma es haber dado origen al Servicio Profesional Docente con el objetivo principal de establecer un sistema orgánico que promueva la selección, la formación, la actualización y la evaluación del personal docente en el que, hasta ahora, han participado casi un millón 300 mil profesores y proyectamos otros 490 mil durante el resto del año, es decir, un millón 790 mil sustentantes.

Con ello, se institucionaliza un sistema transparente, basado en el mérito, en la capacidad y en el talento de los docentes para que impartan una enseñanza de mayor calidad.

No obstante, a estos y otros resultados, en la búsqueda de rentabilidad electoral, todavía se escuchan voces que impunemente insisten en que esta no es una reforma, sino meros ajustes administrativos; que no es aprobada por la sociedad; que le han faltado otros componentes; que ha sido mal instrumentada; o que no da resultados.

Los datos duros, sin embargo, desmienten categóricamente estas ocurrencias. Para empezar la Reforma Educativa es la mejor valorada en todas las encuestas nacionales levantadas entre población abierta y en vivienda en tres momentos del año pasado.

Algunas, por ejemplo, señalan que el 64 por ciento de los encuestados está de acuerdo con la reforma; 79 por ciento aprueban las evaluaciones a los docentes.

Pero gracias a esta reforma pasamos de un sistema opaco y discrecional en la profesión docente, a otro basado en el mérito, la transparencia y el esfuerzo.

Gracias a esta reforma las Escuelas de Tiempo Completo crecieron de seis mil 708 en 2012, a 25 mil 134 en la actualidad.

No es una coincidencia que justo ahora hayan reaparecido varios de los causantes del fracaso educativo del pasado, buscando recuperar un territorio que fue suyo hasta hace poco.

Estoy convencido de que una Reforma Educativa es demasiado importante como para sacrificarla por los intereses de coyuntura. Si obras son amores y en la Reforma Educativa las hay en abundancia, entonces, estoy seguro que, de todo ello dará cuenta el mundo de la educación.

Secretaría de Educación Pública Gobierno de la República.


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