Ciudad de México
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Muy buenos días a todas y todos ustedes.

Quisiera darles la más afectuosa bienvenida a la Secretaría de Educación Pública. A este histórico edificio, tan bello desde muchos puntos de vista, especialmente para quienes tenemos la fortuna de trabajar aquí.

Y lo vamos a disfrutar más porque ya nos vamos el 30 noviembre; así que, por ahora, lo disfrutamos y venimos todos los días a horarios nocturnos; en fin, no importa. Estamos más allá de los horarios laborales.

Muy estimado amigo Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

Muy querida diputada Hortensia Aragón Castillo, presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.

Muy querido embajador y amigo Agustín García- López Loaeza, director general de AMEXCID.

Muy estimado embajador de Austria en México, señor Franz Josef Kuglitsch.

Muy distinguidos representantes de las embajadas de la República Federal de Alemania y de Suiza.

Muy distinguidos miembros del presídium.

Querido Rodolfo Tuirán.

Amigas y amigos que nos acompañan hoy.

Queridos jóvenes que son los representantes de este Modelo Mexicano de Formación Dual.

Señoras y señores.

Este es un evento que simboliza una de las innovaciones en la política pública en materia educativa, que de lejos ha dado los mejores resultados en la actual administración federal.

Y digo innovaciones, porque de varias maneras está permitiendo efectivamente abordar con éxito creciente la superación, o al menos un mejor alineamiento de dos fenómenos que han corrido a la par en el mundo de educación superior y en el mundo de la economía y del empleo de nuestro país.

Y déjenme tomar algunos minutos para tratar de identificar este fenómeno en apariencia paradójico, contradictorio, pero que precisamente el Modelo Mexicano de Formación Dual nos está ayudando a compensarlo mucho mejor.

Por otra parte, la matrícula de educación superior, por ejemplo, incluyendo todas las modalidades y todos los tipos de sostenimiento ha crecido a una enorme velocidad en las últimas décadas. En 1960, por ejemplo, tenía 30 mil estudiantes. En el año 2017 comprende ya tres millones 800 mil estudiantes.

En 1960 teníamos 157 instituciones de educación superior de todo tipo, públicas y privadas. Y en el año 2017 son ya cuatro mil 285 con programas de licenciatura.

Hay varias fuentes de información, tomo nada más algunas de ellas que es la base de datos que recopila la Asociación Internacional de Universidades en colaboración con la UNESCO, y agradezco mucho a Nuria. Nuestra querida Nuria Sanz su presencia también aquí. Hay en el mundo según la base de la asociación y la colaboración con la UNESCO, aproximadamente unas 20 mil instituciones de educación superior en el mundo. Algunas otras fuentes hablan de más 25, 26, 28 y hasta 30 mil aproximadamente en el mundo.

De todas formas, cualquiera de las distintas fuentes que nosotros consideremos, si la comparamos con el número de instituciones de educación superior en México que tienen al menos un programa de licenciatura es un número, sin duda alguna, muy significativo.

Eso, por un lado, pero por otro lado México también tiene ya una de las economías más diversificadas, con sectores altamente dinámicos algunos de los cuales ya muestran un alto valor agregado y un enorme componente de innovación y de conocimiento.

Si tomáramos algunos de los indicadores que hay, que es el Atlas de la complejidad económica que elaboró la Universidad de Harvard y el AMP hace unos cuantos años. Y que aquí está alojado en el sitio web del Conacyt, específicamente de una medición que hizo este índice que lo que mide evaluar cómo está la complejidad, la sofisticación de los productos de un país que exporta e incluyó a 89 países.

México ocupa el lugar número 25 a nivel global en materia de complejidad económica, lo que supone enormes desafíos, muchos de ellos inéditos para todas las instituciones educativas en un país y en un mundo cada vez más competido, más abierto y más globalizado.

Es decir, tenemos por una parte un crecimiento veloz o muy veloz de la oferta de la matrícula de educación superior y, al mismo tiempo, una transición muy relevante de lo que somos como una economía nacional.

Basta ver a nivel ya más específico algunas de las áreas de los sectores, de las ramas en los que México se ha ido especializando de una manera cada vez más sofisticada.

Menciono nada más a título de ejemplo, el sector automotriz, aeroespacial, el sector energético, el sector agroalimentario. Es decir, todos aquellos que son los que más contribuyen a una canasta exportadora de México, que al día de hoy supone aproximadamente mil 300 millones de dólares diarios que es la composición de lo que el país exporta cada año.

Ambos fenómenos pueden parecer en una primera aproximación muy positivos y sin duda lo son; y, sin embargo, entre los pliegues de uno y de otro, el porcentaje, hay fenómenos preocupantes o por lo menos inquietantes por ahora, uno de ellos es que el porcentaje de personas desocupadas de acuerdo con las encuestas que hace rutinariamente el INEGI, que tienen algún grado de estudios en educación media superior y superior, parece ser creciente y por lo tanto preocupante.

En segundo lugar, los retornos entre quienes tienen más años de escolaridad, respecto de quienes tienen menos, parecen haber disminuido en la última década. Y el tercero, es que las brechas entre el perfil de los egresados y las necesidades específicas de los empleadores como aquí bien mencionaban, tanto Rodolfo como Juan Pablo, podrían aumentar en los próximos años y tan pronto como dentro de tres, dentro de cinco o máximo diez años, en al menos ocho de los 16 principales sectores económicos en estos siguientes años, principalmente por razones de pertinencia formativa, de calidad y de capacidad base de los egresados.

Piensen nada más en un sólo ejemplo: derivado del nuevo modelo energético producido, creado o abierto por la reforma energética realizada en la administración del presidente Peña Nieto, en los próximos 15 años, 20 años máximo, el país requerirá  alrededor de 135 mil nuevos profesionistas o técnicos; es decir, recursos humanos calificados o altamente calificados para atender una demanda de las inversiones ya comprometidas de aquí a 15, a 18 años o a 20 años,  y es un área de enorme oportunidad en la que aún no somos totalmente suficientes como sí lo empezamos a ser en otras, como algunas de las que ya mencioné.

Es decir, esta especie de paradoja, lo que está haciendo es introducir en la educación exigencias crecientes, primero sobre la oferta y la demanda o bien cómo alinearlos mejor. Segundo, sobre la inserción laboral; tercero sobre la satisfacción de las expectativas de los egresados, de los jóvenes y cuarto de su contribución real al país.

Y es en ese contexto, de ambos fenómenos y de ambos pliegues, en los cuales la formación dual está jugando un papel crecientemente relevante, y está llamado a ser el camino probablemente más exitoso en la formación de recursos humanos para el país en los próximos años.

Como es bien sabido, el concepto de educación dual nace en Alemania como respuesta a un largo y complejo proceso histórico, que viene prácticamente del medioevo, en el que los artesanos formaban a sus aprendices y no es sino hasta 1969, 1970, cuando se constituye legalmente la formación dual en Alemania. 

Hay muchísimos ejemplos de éxito tanto en Alemania, como en Suiza, como en Austria, que nosotros hemos observado y de los que nos hemos beneficiado a través de construir alianzas muy importantes que nos arrojan información, prácticas, evidencia, para construir de manera mucho más robusta y mucho más eficiente, nuestro modelo mexicano de formación dual.

¿Por qué? Por una parte, porque las empresas participantes pueden potenciar su capital humano garantizando la formación de jóvenes profesionales, como los que aquí nos acompañan, que comparten la visión y los valores de la empresa con un sentido además de identidad y de pertenencia por la misma.

Los alumnos reciben una formación sólida y pertinente para las exigencias de ese o de esos mercados laborales específicamente, lo cual les facilita obtener trabajos con mejores salarios ya que egresan con experiencia laboral, además de una remuneración a lo largo de su formación. Ejemplos sobran: Alemania y Suiza tienen un sistema de formación dual ya muy consolidado y en alta demanda. 

La tasa, por ejemplo, la tasa de paro juvenil en ambos países ha permanecido menor al 10 por ciento, en comparación con otros países de la Unión Europea donde aún superan el 20 ciento.

Y ejemplos como yo dije sobran, en los cuales se ha introducido en el caso específico de Alemania, elementos nuevos en los sistemas de calificación, de evaluación o de acreditación de las propias instituciones que participan en un modelo de esta naturaleza.

Voy a dar un solo caso, como bien lo sabe el representante de la embajada de la República Federal de Alemania, la gran empresa multimedios que es Bertelsmann tiene su centro principal de operaciones muy cerquita de una población pequeña al norte de Alemania que se llama Waterlock.

Ahí creo, hace un buen número de años, una universidad y un centro de estudios especializados justamente en la formación dual. En donde ofrece distintos programas de técnicos en la operación de los sistemas de imprenta y en la parte administrativa, pero una de las características, además del acomodo de la currícula, a lo largo de la semana, es para que un chico egrese de esta modalidad de educación, tiene que presentar no solo los exámenes normales de cualquier institución académica, sino otro examen, pero éste aplicado por la cámara empresarial o por las empresas que contribuyeron a construir la currícula que querían de esa universidad en particular, como ya dije de esa empresa especializada en temas multimedios.

¿Esto que permite? Un alineamiento muchísimo mejor de los recursos humanos que se están formando en instituciones de éste tipo, con las necesidades y la pertinencia de quienes van a ser sus futuros empleadores.

Esa es la razón por la cual una de nuestras instituciones, el Tecnológico Nacional de México, que como ustedes saben, nació en esta administración, pero al mismo tiempo nació a partir de 240 u 280 instituciones, que pudiera parecer un archipiélago, como hacer un sistema de estas características un continente, que entre muchas otras cosas pueda alinear mucho mejor cual es el acento de los estudios que está ofreciendo en, por ejemplo, cuatro áreas donde está explorando su mejor su especialización: agroalimentaria, energía, automotriz y aeroespacial.

En la medida en que estos esfuerzos académicos se vayan alineando muchísimo mejor con el mundo de la economía y del empleo, entonces las posibilidades de ofrecer una educación, una formación de mayor calidad bajo el modelo mexicano de Formación de Educación Dual, incrementan evidentemente sus posibilidades de éxito a la hora que entren a la sociedad adulta en el mundo del empleo y de la economía.

Por lo tanto, el modelo mexicano que, como aquí se recordó, se creó en 2013 con la cooperación de instituciones educativas muy diversas del gobierno alemán, de otros gobiernos, amigos y de algunas de las principales cámaras empresariales en el país, nos permite ahora llegar a la suscripción de este convenio con el Consejo Coordinador Empresarial, que seguramente detonará, aún más, la participación activa de otros organismos empresariales, de las universidades, a fin de lograr el escalamiento y, en su momento, la consolidación del modelo.

Nuestro modelo retoma las características esenciales del sistema alemán y otros, pero responde a la realidad y a las necesidades de nuestro país. Los jóvenes que hoy nos acompañan son un ejemplo del éxito de este programa y esperamos que el número de alumnos crezca en los próximos años.

Con ese objetivo de beneficiar la empleabilidad de los jóvenes, apoyar y robustecer la productividad de las empresas, la secretaría ha definido la prioridad de impulsar esta formación dual del tipo superior, con la finalidad de propiciar la aplicabilidad a una mucho mayor escala con calidad, con pertinencia, impulsar además los niveles de productividad de nuestro país en donde tenemos aún todavía un desafío importante en el corto y en el mediano plazo, y promover el primer empleo de los jóvenes, pero ahora con nuevas y robustas herramientas para su propio éxito y su propia trayectoria laboral y profesional.

Este convenio viene, pues, a fortalecer un esquema de esta naturaleza y por ello nos sentimos extraordinariamente entusiasmados de haberlo suscrito, y agradezco mucho de verdad a Juan Pablo Castañón, al Consejo Coordinador Empresarial, a otras cámaras y organismos empresariales, que han colaborado de manera mucho más comprometida y decidida en esta política pública de la mayor importancia.

Termino simplemente diciendo que en la medida en que un país, como México y otros más, trabajen en favor de un capital humano, de un talento y un desarrollo y formación de un talento de la más alta calidad, será sin duda la mejor garantía de que podamos legar a las generaciones presentes y futuras un México muchísimo mejor, más competitivo, más creciente y más productivo.

Gracias, nuevamente, a todas y todos ustedes, y estoy seguro de que, en pocos años, sin duda alguna, la historia sabrá reconocer la valía de un instrumento de esta naturaleza. Muchas gracias.