Ciudad de México
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Mensaje inicial.

Excelentísima señora Erna Soldberg, primera ministra del gobierno del reino Noruega; señora Jayathma Wickramanayake, enviada especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para la Juventud; muy querido amigo Antonio Molpeceres, coordinador residente de Naciones Unidas en México y además mi gurú en los laberintos del sistema multilateral. Muy queridas y queridos jóvenes que esta tarde nos acompañan.

Mi estimado Máximo, gracias también por tu presencia.

Es un privilegio darles la bienvenida a la Secretaría de Educación Pública y, sobre todo, en un salón  como este cuyo nombre alude a una vocación abierta, regional y global.

Agradezco  mucho la presencia de todos ustedes por el testimonio que esta reunión ofrece: de nuestra capacidad para dialogar entre pueblos geográficamente lejanos, pero unidos en el compromiso compartido de construir un mundo más justo.

Señora primera ministra permítame expresarle que Noruega, país de vanguardia en todos los aspectos, constituye un ejemplo permanente para nosotros. Ustedes han logrado un exitoso y envidiable equilibrio entre las garantías de libertad más rigurosas con la certeza de equidad, bienestar social  y pleno desarrollo humano para su población.

Pocos pueblos han alcanzado estas conquistas, pero todos aspiramos a ello. Destaco, en especial, sus reformas educativas de los últimos años que son una fuente de inspiración para la que nosotros estamos implementando en nuestro país.

Su modelo de planes de estudios con objetivos específicos para el alumno al final de los cursos, evidencia una educación de alta calidad, con metas concretas y medibles como la que deseamos tener en el México del siglo XXI.

Felicito también mucho al Instituto Mexicano de la Juventud por su capacidad para detectar  jóvenes tan talentosos con distintos orígenes sociales, en regiones  tan diversas de México, distintas formas de pensar y distintas actividades; muy especialmente agradezco a estos jóvenes su involucramiento e interés en la agenda 20-30.

Hoy recibirán un reconocimiento  a su dedicación, pero más importante asumir una responsabilidad pública y social, su sensibilidad y su vocación los comprometen sin duda a trabajar todos los días para hacer de este un mundo mejor del que han recibido.

El encuentro de hoy no debe ser anécdota de una tarde, sino oportunidad para establecer lazos de cooperación constante entre todos ustedes. La desigualdad regional y humana en México continúa como asignatura pendiente.

Hemos avanzado por la senda correcta para cumplir integralmente con la agenda 20-30, pero aún nos falta un largo camino por recorrer. A ustedes les corresponde vigilar que México continúe por el camino adecuado y sostenible.

Entre los desafíos que enfrentamos en la actualidad, muchos son de carácter global. Las contribuciones que ustedes hacen se agradecen ciertamente por el cariño que demuestran a México, pero deben incluir siempre  la mirada al exterior, el aprecio por la diversidad, el respeto a la diferencia y la voluntad de inclusión.

Señora primera ministra, hoy está conociendo usted a algunas de las grandes promesas de mi país, le agradezco mucho su disposición a conversar con ellos.

La tecnología nos permitirá continuar con estos diálogos por otras vías, de tal suerte que constituyamos una verdadera comunidad global.

Decía el premio Nobel de Literatura noruego, Knut Hamsun, que lo importante no es lo que queremos, sino la convicción con lo que lo defendemos. Renovemos pues cada día el compromiso de cuidar la casa común de la humanidad que este planeta llamado tierra, no tenemos otro.

Nuevamente bienvenidos y bienvenidas, y que este sea un diálogo muy enriquecedor para todos.

Muchas gracias.

Mensaje Final

Finalmente, mil gracias a todas y todos ustedes. Señora primer ministro, ha sido un diálogo muy enriquecedor con estos jóvenes mexicanos; muy estimada enviada especial del secretario general.

Decirles simplemente: nos parece claro que trabajar en torno a los objetivos de desarrollo, de la agenda de 20-30 marca una hoja de ruta muy clara para nuestros países en la medida en que tengamos siempre claras al menos tres cosas: Quizá la primera es cómo trabajar al mismo tiempo en objetivos que, a veces, en las decisiones de política pública pueden colisionar, pueden chocar unos contra otras y este es un desafío no solamente intelectual, es un desafío especialmente político y de toma de decisiones de política pública.

Un segundo de ellos, es cómo identificar aquellas políticas, acciones, tareas específicas que pueden funcionar en un país, pero no necesariamente en otro.  O cómo adaptar y adoptar prácticas que son exitosas en un lado, pero que no necesariamente en  otro, en la medida que vivimos no solamente en un mundo, sino en países que son internamente asimétricos, distintos, heterogéneos.

Pensar por ejemplo el caso de Noruega, un país de 5.5 millones de habitantes, versus el caso  mexicano con 125 millones de personas, en muchos Méxicos, como a veces se le conoce, nos presenta otro desafío adicional.

Pero el tercero, con lo que quisiera concluir, es que al final del día la agenda 20-30 nos crea un sistema de incentivos para las tres “C”, que me parecen fundamentales: cooperación, colaboración y coaliciones.

En la medida en que todos trabajemos en esa dirección, con las particularidades de cada caso, nos parece que estaremos avanzando de manera sostenida y firme en alcanzar estos objetivos centrales para nuestros países y para la humanidad.

Les agradezco mucho señora primera ministra; señora enviada especial; mi  querido Antonio, y a todas y todos ustedes, el que hayan elegido a la SEP para hacer la sede de este encuentro y esperamos que sea uno de muchos más en el futuro.

Mil gracias y buenas tardes.