Les agradezco mucho la invitación y felicito al director del Fondo de Cultura Económica por esta importante iniciativa.

Y es un gusto poder estar aquí con el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, con los ministros José Ramón Cossío y Fernando Franco, y con todos ustedes.

Seré muy breve antes de pasar a lo que venimos que es el conversatorio. Que también felicito al Fondo de Cultura por hacerlo.

Quisiera nada más recalcar y felicitar la esencia de este trabajo editorial.

Pepe decía hace un momento que el objetivo de este trabajo no ha sido, pues un trabajo editorial que dijéramos de bronce ¿no? Sino que justamente lo que está buscando es precisamente tener una lectura crítica desde diversos ángulos sobre la Constitución y su evolución en estos cien años, de una Constitución.

Y ayer que Pepe me hizo el favor de enviarme los primeros siete libros que se van a publicar, y tuve ya muy tarde la oportunidad de hojear algo.

En la mayoría se recalca algo fundamental que a veces se nos pasa por ser tan obvio, pero estamos frente a una de las, primero, estamos frente a la Constitución más longeva de Iberoamérica.

Y ante una de las constituciones que más ha durado en el mundo, por lo menos en Occidente, obviamente con muchos cambios etcétera, pero el puro hecho de que nuestra Constitución tenga un siglo de vida.

Y en donde los cambios que ha habido en este siglo de vida. Algunos se reflejen en la Constitución. En una compleja interacción entre la realidad que va adoptando la Constitución o viceversa, cambios en la Constitución que han dado pie a transformaciones de la sociedad y otras que han tenido continuidad.

Por ejemplo, la esencia, bueno aquí corro el peligro de hablar frente a tantos expertos, pero desde mi óptica la esencia del Artículo 3 que se aprobó en el Constituyente del 17, sigue siendo la esencia rectora del sistema educativo de nuestro país.

Con muchos otros cambios, pero la esencia y creo que ahí se puede encontrar una continuidad y en muchas otras claramente ya no. Pero al margen de esto, el hecho de que simplemente estamos frente a una Constitución que ha durado cien años.

Es la Constitución más, reitero, la más antigua de Iberoamérica y una de las más antiguas del mundo Occidental, actualmente es ya de por si algo interesante.

Y me parece todo un reto de analizar. Y ayer que estaba hojeando veía, leía la introducción del libro que coordinan el ministro José Ramón Cossío y Silva-Herzog, un libro bastante provocador en muchos aspectos en donde hacen una revisión crítica de los principales constitucionalistas del siglo XX y al final dicen que además de esta revisión crítica de los principales constitucionalistas, del siglo XX y de su visión.

Es también de alguna manera un reflejo de las ideas en un contexto   político. Las ideas de ese entonces a partir  de las relaciones o estructuras de poder que existieron y se desarrollaron durante el siglo XX.

Y me parece que eso es algo de lo que nadie de nosotros se escapa en cada momento histórico.

Y esta colección refleja nuestro momento histórico. Refleja la capacidad de un país que tiene sólidas instituciones de educación superior y de investigación que permite que desde distintos ángulos haya trabajos muy novedosos sobre la Constitución.

Está aquí la UNAM, está el CIDE, el ITAM, en fin, muchas instituciones de educación superior que hoy permite que podamos tener estos diversos ángulos.

Estos siete libros que son los primeros que se publican y tenemos desde análisis muy profundos que ayer vi rápido sobre los antecedentes  de Catherine en de Cádiz a Querétaro; el de David Pantoja sobre la Constitución del 24.

Sin lugar a dudas el que hacen Garcíadiego y Aurelio de los Reyes sobre el contexto en el que surge la Constitución del 17, el contexto político, económico, cultural, etcétera. Está por supuesto el de Leticia Bonifaz sobre, de manera muy particular, la división de poderes, un análisis entre la división de poderes en el constitucionalismo y la realidad; un  análisis muy particular que de alguna manera entra más  en la esfera de Ignacio Marván sobre el proceso mismo de cómo se hizo la Constitución del 17, etcétera.

Creo  que lo que más trae esto y que por supuesto no podría faltar pues un tesoro y una joya  que encontré aquí José Antonio Aguilar, que es el famoso documento fantasma, como se le conoció a don Emilio Rabasa, ya nos contará como lo encontró junto con Tania ¿no sé si esta Tania? Pero ya nos contará como lo encontraron. Un libro que además tiene un prólogo del ministro presidente de la Suprema Corte.

En fin, creo que simplemente lo que esto refleja es la riqueza, es la pluralidad que hoy tenemos en nuestro país. Por un lado, y viéndolo a cien años, y déjenme hablar de lo que me toca, un sistema educativo que ha evolucionado y que hoy permite que tengamos esta diversidad y esta capacidad de analizar tan solo un punto como es la Constitución  desde diversos ángulos  y con una gran pluralidad.

Y el propio proyecto editorial lo refleja, encabezado por el Fondo de Cultura Económica, pero todas son coediciones con instituciones muy importantes: la Suprema Corte, el Congreso, pero también participa el CIDE, la UNAM, el INHER, etcétera.

Y creo que eso es, cuando nos analicen, así como analizan José Ramón y Silva-Herzog a los constitucionalistas del siglo XX, nos analicen en lo que nosotros analizábamos a su vez del siglo XXI, creo que seguramente esta pluralidad será, se mostrará esta diversidad que también ha alcanzado a nuestro país y que a veces no vemos, pero que le genera una gran potencia a nuestro país.

Y que este esfuerzo el que como país tengamos  la capacidad de que con esta pluralidad analizar nuestra Constitución, una pluralidad inédita, reitero de instituciones, de disciplinas, de visiones, creo que son muy buenas noticias.

Muy buenas noticias de un país que tiene una sociedad vibrante, momentos complicados, pero que a lo largo de estos cien años, desde que se hizo la Constitución, sin duda estamos frente a un México que, me parece, presenta o puede presentar un futuro  promisorio a  partir de lo que hemos construido.

En donde esta Constitución, más allá de como la analicemos, ha sido para bien y para mal, me parece que en general  para bien, guía de esa transformación. Así es que para mí es un honor y un gusto poder estar aquí, poder escuchar este Conversatorio, felicitar a todos los participantes, a todos  los que tienen una obra en este gran proyecto editorial.

Y felicitar particularmente al Fondo de Cultura y a todas las instituciones que han participado. Muchas gracias.