Ciudad de México
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Muy buenas tardes a todas y todos ustedes; señor secretario de Hacienda; señor secretario general de la OCDE; distinguidas y distinguidos miembros del presídium, señoras, señores.

Es un verdadero gusto para mí acompañarlos en este evento. Agradezco mucho la invitación en el que no solamente recibimos las recomendaciones de la OCDE sino que, además, avanzamos decididamente en la construcción de una nueva agenda de política pública en materia de competitividad, lo que quiere decir centralmente: innovación y productividad.

Desde luego que la SEP acoge con enorme interés y entusiasmo estas 11 recomendaciones, y en particular aquellas que nos corresponden directamente para conducir ahí las acciones propuestas y contribuir desde luego con las otras dependencia en esta que es una auténtica hoja de ruta.

Quisiera hacer muy rápidamente algunas reflexiones en alguna sintonía con al menos cuatro de estas 11 recomendaciones, en las que creemos que la perspectiva educativa puede hacer una agregación sustantiva de valor en la generación de los inventarios, de los informes y de los entregables considerados en el documento que hoy se está presentando.

Como ustedes bien saben, el presidente Peña emprendió lo que es sin duda la Reforma Educativa más ambiciosa al menos desde los años sesenta del siglo pasado, en que el objetivo esencial como lo fue a lo largo del siglo XX fue crecer a tasas elevadas que permitieran dotar de escolaridad a una población que transitaba de lo rural a lo urbano; del analfabetismo digamos clásico, tradicional, a una primera fase de alfabetización digamos básica sin la (inaudible), la funcional y ahora la digital, del aprendizaje de hechos  a la memorización de datos y así sucesivamente.

En este sentido, los progresos alcanzados por México, por el Estado mexicano, son innegables en la producción de escolaridad, pero no necesariamente en la producción de formación de calidad. Es decir, de educación construimos ciertamente el quinto sistema educativo más grande del mundo, pero no necesariamente uno de los primeros cinco de mayor calidad y de mayor éxito, pero con el cambio de siglo las prioridades cambiaron sencillamente porque México y el mundo lo hacían también.

El secretario general y su directora de gabinete han sido explícitos en algunos de los datos que explican esta llamada nueva revolución industrial que experimentamos ahora, y en donde la robótica, el internet de las cosas y la tecnología de las cosas y las economías del conocimiento rigen al mundo.

En ese sentido la Reforma Educativa, esta Reforma Educativa, era no solamente importante sino digo yo una reforma inevitable y uno de sus componentes es precisamente la creación de una estrategia de formación de habilidades a lo largo de la vida que nos permitan enfrentar exitosamente los desafíos de nuestro país en este mundo vertiginoso y cambiante.

Esta estrategia tiene una altitud de miras y establece un marco común en el desarrollo de habilidades en los distintos niveles del sistema educativo, a fin de que el capital humano y estando muy conscientes de las asimetrías en el desarrollo regional, y subrayo asimetrías profundas e importantes en el desarrollo regional,  pueda incorporarse de manera exitosa al entorno productivo. Dicho de otra forma, la política educativa en nuestra perspectiva en el aspecto específica que nos ocupa esta tarde, dará resultados si y solo sí se forma parte de una estrategia de conjunto de adaptación estructural de desarrollo económico y social, en especial a nivel subnacional con miras a aumentar considerablemente nuestros niveles de productividad e innovación.

Algunos nos lo ha dado claramente Juan Pablo Castañón, pero hay muchos otros en materia de desarrollo económico y de desarrollo educativo en donde ambas variables coinciden en la medida en que el entorno escolar y el entorno extraescolar van razonablemente de la mano.

Uno puede encontrar ciertamente los estados como con mayores niveles de desarrollo digamos clásicos, tradicionales por supuesto la Ciudad de México, Nuevo León y otros más, pero uno también puede encontrar también ahora algunos de estos, cuyos sistemas educativos van avanzando más rápidamente que van en esa dirección. Los casos de Querétaro, Sonora, Guanajuato, de Yucatán, no digo de Aguascalientes para que no vayan a decir que cargo los dados ni mucho menos, pero es evidente que un grupo de variables y el otro van o tienen que ir de la mano de manera muy considerable.

Por eso, hoy en día las economías basadas en el conocimiento están reformulando sus sistemas de educación para dar más flexibilidad a la currícula, para buscar así nuevas formas de rendición de cuentas y de valoración, además de la promoción del trabajo colaborativo entre profesores e instituciones y los énfasis en educación se están dando en reformas hacia la calidad y la relevancia de que las disciplinas estén en las tecnologías desde luego digitales que se incluyen ahora en las prácticas diarias en los países desarrollados y en específico en la vinculación entre innovación, investigación y desarrollo.

Y para conseguirlo uno de los grandes avances de la Reforma Educativa que menciona explícitamente tanto el informe de diciembre de la OCDE como las recomendaciones en particular, ha sido concentrarse justamente en la ruta hacia la mejora de la calidad educativa.

Ahora, gracias a la reforma y algunos de sus componentes, nos es posible detectar aquellas áreas en donde nuestros alumnos presentan deficiencias y por tanto es posible implementar políticas educativas con mucha mayor certeza y posibilidades de éxito.

Déjenme dar rápidamente solo dos ejemplos: en la parte de cobertura es evidente que los logros han sido notables, prácticamente la tenemos plena en educación básica; las últimas cifras combinando modalidades escolarizadas y no escolarizadas en media superior son, han sido espectaculares, 82 por ciento un poco más. Estimamos incluso que la meta al final del sexenio llegará el 85 por ciento.

Tenemos ahora un desafío en la superior, aquí se mencionó, donde andamos cerca del 38 por ciento, la meta sexenal era del 40 por ciento, pero nuestra hipótesis a lo largo de los próximos 25 años es que quizá una meta de esta naturaleza que es ciertamente dos puntos debajo de la que tiene América Latina, podría a lo largo del tiempo no necesariamente ser similar a la que vivieron otros países como Corea del Sur en los años sesenta y en los años setenta, o España en los años ochenta, precisamente porque hay un modelo de educación superior que está entrando a una transición muy derivada o muy de la mano de los cambios de la sociedad del conocimiento. Diría que estamos, citando citando a  (inaudible) en un modelo que no acaba de morir y otro que no acaba de nacer.

El otro ejemplo muy importante y lo mencionó el secretario general de manera muy pertinente, es que la reforma se propuso justamente y va en camino de logros de aprendizaje como de formación docente, en que los dos mecanismos de capacitación y de evaluación de los maestros fueran cada vez más de la mano. Y en este sentido, los datos de diciembre de 2017 aún no son concluyentes,  pero ya son muy esperanzadores. A diciembre de 2017, gracias a la reforma y se ha documentado en algunos de los textos de la OCDE, vamos a estar alcanzando posiblemente más de un millón 200 mil maestros mexicanos que se han evaluado en las distintas familias de evaluación que contempla la reforma. Para ser un proceso que empezó  en agosto de 2014, hasta diciembre pasado  es sencillamente espectacular, el mejor que ha habido en las poco más de 50 reformas educativas documentadas a lo largo del tiempo por la OCDE, desde los años ochenta, pero con un añadido particularmente interesante.

El año pasado rebasamos de lejos la meta que teníamos de formación de docentes, habíamos planteado 500 mil capacitados, llegamos a 530 mil, 550 mil y lo más importante es que parece haber ya  una correlación entre los resultados de las evaluaciones de los maestros y los programas de capacitación que tomaron, aún es ligero, aún no es concluyente, pero apunta a una dirección realmente muy importante.

De tal manera que en ese contexto, el modelo de educación dual por ejemplo y el modelo de alternancia nos van a permitir encontrar el punto de equilibrio entre el conocimiento y las habilidades que los estudiantes adquieren en la escuela y lo que el mercado laboral está requiriendo de ellos.

También estamos planteando como parte del Nuevo Modelo Educativo nuevas tácticas para fortalecer la enseñanza precisamente en (inaudible) o incluso en habilidades socioemocionales que son ahora ampliamente demandas por las empresas o el trabajo en equipo, el autocontrol, el liderazgo, etcétera.

Y lo mismo estamos haciendo para concentrarnos mucho más en temas estratégicos de la formación para el trabajo, como el apostar por la formación técnica en sectores clave, fortalecer mucho más la orientación vocacional, involucrar a las empresas en la estructuración de planes y programas de estudio para carreras técnicas, como pasa en los estados donde hay un cluster automotriz importante y sobre todo permitir experiencias de aprendizaje en el lugar de trabajo para jóvenes y para profesores.

Así que atendiendo a estas recomendaciones ahora recibidas, estamos trabajando en una consolidación de esta reforma que nos permita ir de un paradigma donde las personas se formaban primero y trabajaban después, a otra en el cual la educación y el trabajo están íntimamente relacionados y ambos son reconocidos como parte de un mismo proceso.

Termino con un par de comentarios en relación con las recomendaciones cuatro y siete del documento y la número tres. La primera tiene que ver con la vinculación y la transición entre educación superior y la transición escuela-empleo donde, como ya dije, el cambio de paradigma nos va a llevar a que la agenda educativa del próximo gobierno incluya inevitablemente un gran capítulo de modernización de educación superior propio del siglo XXI.

Nos los abrumo con algunos datos, pero son algunos de ellos extremadamente importantes respecto que el modelo tiene que ser modernizado durante los   próximos años. Los imitadores de las encuestas de egresos de la licenciatura, el EGEG por ejemplo, algo de lo que mencionaba Juan Pablo son ilustrativos al respecto.

La otra tiene que ver con la recomendación tres que nos toca a todos, pero donde  especialmente quisiéramos llamar la atención es el cómo lograr, en una perspectiva educativa, una alineación mucho estrecha y más eficaz entre educación y sector productivo, y en este sentido nos parece que tenemos que ir más allá de la mera alineación de programas educativos locales con desarrollo productivo local para empezar a buscar alternativas interestatales.

Si vemos por ejemplo el cluster automotriz donde está Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, etcétera ya es prácticamente un cluster muy integrado desde el punto de vista manufacturero y de líneas de producción, por lo tanto porque no hacer lo propio en los distintos subsistemas, especialmente de media superior que trabajan en los mismos estados, nos ahorraría y nos permitiría un avance mucho más rápido en un desarrollo más sofisticado de las habilidades.

Finalmente, quisiera hacer un reconocimiento muy sincero a la dedicación y a la entrega de este  subcomité que se ha destacado por ser el que ha sesionado en más ocasiones, desde la instalación del propio comité nacional de productividad, que es el que ha emitido más recomendaciones, 32 en total en siete de los ocho sectores definidos por el propio comité como estratégicos.

Así que simplemente reiterar el compromiso de la SEP para trabajar con esta dirección. Mil gracias.