Ciudad de México
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Muy respetado señor secretario, muy querido Aurelio; muy estimados colegas y compañeros de la SEP, muy queridas amigas y amigos todos.

El 3 de octubre de 2015 por la tarde, el secretario Nuño dio posesión al equipo que le acompañaría a lo largo de estos poco más de dos años en el mismo lugar de cuyas paredes cuelgan los retratos de algunos de los mejores mexicanos que ha dado este país.

De diversas formas, esa galería simboliza no solo el peso de la historia, sino sobre todo la enorme responsabilidad que supone trabajar para que los niños y los jóvenes de México gocen de una educación de calidad y de una formación integral, lo que equivale a una vida mejor, un desarrollo digno, un horizonte más promisorio y más feliz.

Tan solo por estas razones, es que recibir hoy el encargo de dirigir esta generosa institución esencialmente por la confianza que han depositado en mí el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y el secretario Nuño, es una extraordinaria distinción y el más alto honor por el cual me siento sinceramente agradecido.

Pero hay más. Recibir la estafeta de quien en este tiempo ha dedicado toda su energía, su visión y su liderazgo político a instrumentar la Reforma Educativa más importante de México, que México ha emprendido en décadas, es también un formidable desafío al que sabré responder al menos con las mismas cualidades de quien hoy concluye su gestión. Sé que cuento con el apoyo, con un equipo de servidores públicos de la más elevada calidad.

Sé que nos seguiremos ganando el respaldo de los maestros mexicanos y de su organización, porque esta reforma es de ellos y con ellos, y porque como dijo Narciso Bassols, otro ilustre secretario de Educación, mucho puede esperarse de la laboriosidad, de la honradez y de la adhesión de los maestros al programa educativo de México.

Sé que contaremos con la ayuda de los padres de familia porque esta reforma es única y exclusivamente para el bienestar de sus hijos, y sé que tendremos el acompañamiento de muchos millones de ciudadanos que han puesto sus esperanzas y su fe en esta hazaña por la educación. Todos ellos son nuestro apoyo, pero mañana también serán nuestros jueces.

Por eso tenemos que contribuir, en este último tramo de gobierno, a profundizar y consolidar la reforma. Esa es mi convicción en lo personal y ese es nuestro compromiso político, institucional y moral como equipo. Les pido a todos que lo asuman y que lo contagien con el mismo o con mayor entusiasmo y dedicación del que han demostrado hasta ahora.

Empecé evocando a quienes han pasado por esta secretaría y entregando lo mejor de su talento, de su capacidad y de su integridad en favor de la causa de la educación. Hoy se une a esta noble estirpe un mexicano decente y un hombre de bien, Aurelio Nuño, y les pido para él un aplauso cariñoso con nuestro más sincero reconocimiento.

Mil gracias a todas y todos ustedes y le deseamos a Aurelio la mayor y la mejor de las suertes. Si a él le va bien, le irá bien a México

Muchas gracias. 

Audio
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Mensaje del ex secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.