Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes, y sean bienvenidos a esta su casa, que es la Secretaría de Educación Pública.

Saludo, en primer lugar, al maestro Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Muchas gracias por estar el día de hoy aquí con nosotros.

Saludo también, con mucho gusto, al doctor Enrique Cabrero, director del Conacyt. Muchas gracias, Enrique, por estar aquí el día de hoy.

Al señor director del Instituto Politécnico Nacional, al doctor Enrique Fernández Fassnacht. Bienvenido también, señor director.

Y por supuesto, al maestro Alfaro, que dirige el Sinadep. Muchas gracias, maestro, por estar aquí con nosotros.

Saludo también con mucho gusto a maestras, maestros; miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El Comité Ejecutivo del Sindicato, a quienes veo, saludo. Me da mucho gusto que estén aquí una vez más en su casa.

Legisladores que nos acompañan, muchas gracias.

Empresarios, académicos y, por supuesto, a los estudiantes, a la Generación Bicentenario que el día de hoy nos acompaña.

A todos ustedes, gracias por estar aquí; gracias por creer en que pueden transformar a México a través de la educación, como lo van a hacer y lo van a lograr. Muchas gracias.

Y también, pido desde aquí un aplauso para todos ustedes, y que estén bienvenidos en este recinto.

Yo quisiera iniciar el día de hoy haciendo un reconocimiento muy importante y fundamental a las maestras y a los maestros de México, que como lo ha mencionado el maestro Juan Díaz de la Torre, que en su inmensa mayoría son maestras y maestros que tienen una vocación de vida en su compromiso con la enseñanza con las niñas, con los niños, y con los jóvenes de México.

Maestras y maestros que se despiertan muy temprano, muchas veces para tener recorridos de muchas horas, para poder llegar a tiempo a sus clases; que cumplen con la normalidad mínima que se exigen en todas las escuelas.

Maestros que acompañan a sus alumnos, que están preocupados por todos, por quienes van bien; pero particularmente, por quienes se rezagan. Maestros que vibran, gozan, pero también sufren con sus alumnos.

Maestros que dedican, le quitan tiempo de descanso y a su familia para preparar sus clases, para revisar trabajos, para hacer la planeación de sus cursos.

Maestras y maestros que en su afán de poder tener un buen desempeño, incluso ponen de su propio bolsillo, para poder tener actividades y materiales con las niñas y con los niños, y con los jóvenes con quienes están estudiando.

Desde aquí, a todas esas maestras y maestros de México, todo el reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública.

Felicidades a todos estos maestros.

Le quiero pedir, maestro Juan Díaz de la Torre, que lleve este mensaje de reconocimiento a todas las maestras y maestros de México, que se hace desde la Secretaría de Educación Pública, desde el Gobierno Federal; y estoy seguro, desde toda la sociedad mexicana.

Y por supuesto que también, como parte de este esfuerzo, quiero hacer hoy un reconocimiento muy puntual a la labor y al trabajo que ha hecho el maestro Juan Díaz de la Torre; y al compromiso que tiene con la educación y con México, desde el año de 1943, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El maestro Juan Díaz de la Torre; el Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, todos sus miembros y como decía las maestras y los  maestros de México, además de haber entendido perfectamente y como lo escuchábamos ahorita en voz del  maestro Juan Díaz, los tiempos que vive México, la necesidad de un profundo cambio educativo de entender que hoy México no se puede pensar aislado del resto de mundo, ni se puede pensar aislado de la globalización, ni de las nuevas tecnologías y de que por supuesto, el presente y el futuro del país es la creación de conocimiento y que por lo tanto, la condición para ello es la educación de calidad.

Y al entender eso, han demostrado su compromiso con el cambio, con la transformación educativa y con la Reforma Educativa, pero además han demostrado que cuando hay una verdadera voluntad, y que cuando hay un genuino sentido de diálogo se pueden derribar todas las barreras.

Cuando hay real apertura y cuando hay una visión de la transformación que debe de tener el país, que debe de tener la educación, que deben de tener los  maestros. Sin lugar a dudas, todo se puede platicar, todo se puede dialogar y ahí están los resultados.

Como lo dijo el  maestro Juan Díaz sin demagogia y con resultados. Por ello, todo mi reconocimiento a usted  maestro y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Quiero también y en este mismo contexto felicitar el trabajo que ha hecho el doctor Enrique Cabrero, un buen amigo a quien conozco desde hace mucho tiempo que ha hecho una labor extraordinaria al frente del Conacyt.

Sin duda, hoy en México tenemos la oportunidad histórica de transitar hacia una sociedad del conocimiento. A una sociedad plena del conocimiento. Y eso únicamente lo vamos a lograr a través de una educación de calidad y, por supuesto, con un proyecto científico y tecnológico para el país.

Uno de los grandes compromisos que ha tenido el presidente de la República es precisamente con la educación, con la ciencia y  la tecnología.

Desde hace tres décadas que no había un cambio en términos de proporción del Producto Interno Bruto en el presupuesto de la ciencia y la tecnología del país. En las últimas tres décadas se mantuvo estable en 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto,  la inversión en ciencia y tecnología.

Hoy estamos ya en el 0.6 por ciento y caminando hacia la meta de uno por ciento del Producto Interno Bruto.

Y a partir de ese esfuerzo, el trabajo que ha realizado el Conacyt fijando objetivos estratégicos, desarrollando a través de las diversas vocaciones productivas que existen en las regiones de nuestro país proyectos de ciencia y tecnología y de innovación.

Así es que también todo mi reconocimiento y además el esfuerzo que hoy está haciendo el Conacyt de poder apoyar estos esfuerzos fundamentales de formación continua y de capacitación a todas las  maestras y  maestros de México, así es que  muchas gracias Enrique.

Al señor director del Politécnico también agradecer su presencia y su compromiso que ha quedado muy latente con la educación y, por supuesto, con el desarrollo también científico y tecnológico de México, y también con las  maestras y  los maestros  de México. Gracias Enrique por estar aquí.

Voy a ser muy breve quiero en primer lugar volver agradecer que estén aquí todos ustedes en esta que es su casa.

Quiero felicitar los esfuerzos, como lo dije hace un momento, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, del Sinadep sin lugar a dudas, que está haciendo una labor extraordinaria en apoyo a las  maestras y  maestros en este un proyecto muy bien articulado para apoyar la formación continua de los maestros, además alineado a lo que hoy nos exige a todos la Reforma Educativa, a poder formar para las evaluaciones, para los concursos, para las promociones, para el ingreso al Servicio Profesional Docente. Así es que todo mi reconocimiento.

Pero, yo les quiero agradecer el que me hayan invitado a presenciar y a ser parte de este convenio tan importante. Ya lo han dicho quienes me antecedieron en el uso de la palabra, pero el convenio de hoy me parece que más allá de los detalles y de los alcances que ya se han explicado, refleja algo fundamental del cambio educativo que queremos hacer aquí.

Refleja, por un lado, la búsqueda de poder apoyar y tener a la vez mejores maestras y maestros, mejor formados, que permita que cada vez más puedan llegar a sus aulas con esa vocación y ese compromiso que describí hace un momento y que he visto en todos los recorridos que he hecho por las escuelas del país.

Que esa vocación se vea nutrida por una mejor formación. En donde la ciencia llegue y ellos la puedan acercar a las aulas y a los jóvenes y a los alumnos. Eso es lo que queremos lograr con la Reforma Educativa.

La Reforma Educativa significa mejores escuelas, significa mejores maestros a través de una formación cada vez más pertinente, con una formación cada vez más profunda.

Significa mejores planes y programas, es decir contenidos para el Siglo XXI, una pedagogía de avanzada. Es lo que significa la Reforma Educativa.

Es una Reforma que tiene en el corazón y en el centro a los niños, a las niñas, a los jóvenes y por supuesto a las maestras y a los maestros de México.

Y eso es lo que expresa el convenio  que se ha firmado el día de hoy. Una mejor formación para los maestros, que éste al alcance de ellos, poder tener esta formación, poder estar cercano a la ciencia, al conocimiento y llevar a las aulas.  De eso se trata y por eso ha sido un gusto estar aquí.

Lo decía el maestro Cabrero, al iniciar su presentación, también lo dijo el maestro Juan Díaz, el futuro sin lugar a dudas, es el conocimiento, el éxito jóvenes y por eso celebro que estén aquí, una vez más, los jóvenes del bicentenario, el futuro ésta en el conocimiento.

La capacidad que tenga México de ser una nación próspera, de ser una nación con mayores libertades, está precisamente en que logremos articular a un país que transita a una sociedad del conocimiento. Y eso solo se puede lograr con un cambio educativo.

Y esa es la trascendencia histórica de la Reforma Educativa. Y por ello la Reforma Educativa va a continuar y se va a profundizar, porque es el proyecto central y esencial que requiere nuestro país para ser exitoso en el Siglo XXI.

Con una educación de calidad  y con un proyecto científico y tecnológico es como vamos a lograr superar la desigualdad, la pobreza y hacer que cada mexicano en su vida personal y en la de sus familias, logre su propia historia de éxito y con ello se logre la historia de éxito que requiere México.

Esa es la importancia de la transformación  educativa y por ello mi agradecimiento por este convenio, y mi reconocimiento  a las maestras y maestros de México por este compromiso con este cambio, que será el cambio fundamental de México en las próximas décadas.

Muchas gracias a todos.

Audio. Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer