Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Sean bienvenidos a ésta que es la casa de la educación de México y es, por supuesto, su casa.

Saludo con mucho gusto a la diputada Hortensia Aragón, presidenta de la Comisión de Educación y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados, agradezco mucho aquí su presencia, una distinción, muchas gracias.

Saludo, también, con mucho gusto al señor director del Instituto Politécnico Nacional, Enrique, muchas gracias por acompañarnos en este muy importante día para todos nosotros, muchas gracias.

También saludo al maestro Jaime Valls, muchas gracias por estar aquí representando a la ANUIES en este evento tan importante; Héctor, muchas gracias; ingeniero Raúl Martínez, muchas gracias por estar aquí con nosotros y, por supuesto, saludo a todas y todos ustedes que están aquí y que estamos tan contentos de estar festejando estos primeros XXV años de las universidades tecnológicas.

Hace 25 años México era un país de 80 millones de habitantes, un país de 80 millones de habitantes que estaba viviendo un momento de gran intensidad de cambio, tanto político como económico. En lo político, el país seguía y aceleraba de manera profunda su proceso de democratización, y en lo económico aceleraba, también, su proceso de apertura a un mundo cada vez más globalizado.

Parece poco pero hace 25 años México, aunque ya había abierto parte de su economía, seguía siendo una economía mayoritariamente cerrada: en lugar de una economía abierta; seguía siendo un país en donde, por ejemplo, únicamente el 8 por ciento de la fuerza laboral trabajaba en el sector industrial y en el sector de las comunicaciones, únicamente el 8 por ciento.

Ya era en ese momento un país mayoritariamente urbano que rural, pero aun así, se mostraba lo precaria que era la industria mexicana. Hace 25 años, todavía, las exportaciones petroleras tenían un peso mucho mayor sobre las exportaciones industriales, ese era el México de hace 25 años.

Hoy, a tan sólo 25 años de distancia, México es una de las economías más globalizadas e integradas al mundo; que pertenece a uno de los principales bloques comerciales del mundo, por supuesto, al bloque de América del Norte pero también al europeo ya que tenemos un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea; a América del Sur, de manera central y particular a la Alianza del Pacífico; por supuesto que a Japón y, seguramente, si se termina aprobando, estaremos siendo parte, también, de la región más dinámica de Asia con el TPP.

México cambió la estructura de sus exportaciones pasando de tener 80 por ciento de exportaciones petroleras y únicamente 20 por ciento de exportaciones industriales o de manufacturas, a tener hoy, casi el 90 por ciento de exportaciones industriales y manufactureras y únicamente 10 por ciento, un poquito más del 10 por ciento de exportaciones petroleras.

Pero no sólo eso, la diversificación de las exportaciones mexicanas es notable y el incremento en el valor agregado de esas exportaciones también ha sido notable.

Hoy México lo podemos decir con plena seguridad, hoy México es una de las principales potencias industriales del mundo y con una gran diversificación.

México se ha convertido en uno de los principales productores y exportadores de automóviles del mundo. Séptimo productor de automóviles, cuarto exportador de automóviles y creciendo.

Cada día, cada año hay inversiones nuevas en plantas automotrices cada vez de distintos lugares del mundo, y cada vez más piezas se fabrican en México engarzando industria local con los grandes conglomerados internacionales  que ponen sus industrias en México.

Se acaba de inaugurar nada más, acordándome de memoria la planta de Audi en Puebla. Acaba de llegar una expansión de Ford a San Luis Potosí. BMW acaba de llegar también a San Luis Potosí; KIA en Nuevo León, en fin. Toyota en Guanajuatom, en la frontera entre Guanajuato y Querétaro tan sólo por poner algunos ejemplos.

Pero no sólo es la industria automotriz. Es la industria aeronáutica por ejemplo, que tiene una tasa de crecimiento superior al 10 por ciento en nuestro país y así me puedo seguir con muchísimos ejemplos.

Bueno esa transformación fundamental de México no se podría explicar sin el trabajo de las Universidades Tecnológicas.

Ha sido un trabajo en muchos aspectos o tal vez para muchos pareciera silencioso, discreto, pero absolutamente fundamental.

Esa transformación estructural que ha vivido nuestro país y que le ha permitido insertarse en la globalización y que ha marcado una diferencia fundamental entre México y en gran medida muchos del resto de los países de América Latina es posible o ha sido posible gracias a las Universidades Tecnológicas.

Las Universidades Tecnológicas han permitido formar a jóvenes profesionistas e ingenieros con altísimo nivel académico, pensado además en la lógica regional que es otro de los grandes valores de este sistema.

Y esos jóvenes que han salido preparados y que siguen saliendo preparados de las Universidades Tecnológicas, en gran medida son quienes han permitido que ese crecimiento industrial cada vez más sofisticado y globalizado y de primer mundo haya podido crecer y pueda seguir creciendo y siga generando el optimismo para hacer inversiones en México.

Así es que el trabajo que han hecho en uno de los cambios más importantes del país ha sido gracias a ustedes.

Así es que muchísimas felicidades por esa extraordinaria aportación que han hecho al país.

Ya nos lo han descrito, como lo decía Héctor hace un momento, se inició con tres universidades en Ciudad Nezahualcóyotl, en Aguascalientes y en Hidalgo, en Tepeji.

Y hoy, hoy, a 25 años de distancia son 115 instituciones, 14 de ellas ya en el sistema bilingüe, con 245 mil estudiantes. Esto es un crecimiento extraordinario, con un gran éxito.

Así es que también yo me sumo a la felicitación a todos los que han hecho posible esto, desde su fundación y hoy, por supuesto, a todos los rectores que nos acompañan, los quiero felicitar por su trabajo y por su entrega, muchos de ustedes a quienes conozco y he saludado. Felicidades a todos.

Y hay cifras que se dicen fácil, pero que obviamente cuestan mucho trabajo construir, y que son un ejemplo para todo México.

Cuando yo conocí este subsistema y conocí las universidades; conocí a sus alumnos, a sus rectores, pero empecé a conocer las cifras, hay muchas. Aquí ahorita acabamos de premiar a estos jóvenes que han ganado diversos concursos de robótica, que son sin duda un ejemplo. También pido un aplauso para todos ellos y para muchos de sus compañeros que, como ustedes, cada año nos enorgullecen  ganando cada vez más concursos de diversos tipos y poniendo el nombre de México muy en alto. De verdad, muchas felicidades jóvenes.

Pero dicho esto, hay dos datos que a mí me han impresionado mucho y que son fundamentales para explicar y entender este éxito de las Universidades Tecnológicas, y la importancia que tienen para el país.

El 80 por ciento de los jóvenes que estudian en las Universidades Tecnológicas consiguen empleo a los seis meses de graduarse. Es una tasa de empleabilidad que yo creo que muchas otras instituciones de Educación Superior envidiarían. Y esto habla de la conexión que existe entre estas universidades y el mundo laboral de México. Y explica también lo aterrizados que están con las necesidades regionales y por lo mismo la gran demanda que tiene el mercado laboral por los jóvenes que estudian y se gradúan de estas universidades.

Y el segundo dato, que es muy importante y contundente, es que también el 80 por ciento de los jóvenes que estudian en las Universidades Tecnológicas son la primera generación de sus familias en estar en la Educación Superior, lo cual nos habla también de que las Universidades Tecnológicas, además de haber cumplido un rol fundamental en la –dijéramos– nueva era de industrialización del país, en que México se haya podido insertar de manera exitosa en la globalización, y que hoy permita ser el motor de una economía cada vez más sofisticada, además de eso, están cumpliendo con una labor social fundamental, que la educación sea también una fuente de progreso y de ascenso social. Que el 80  por ciento de los jóvenes sean los primeros en su familia en llegar a la Educación Superior y que estén en estas universidades marca ya el éxito que van a tener, porque –todos lo sabemos– tener estudios universitarios garantiza empleos y garantiza empleos mejor pagados.

Ese 80 por ciento de jóvenes lo más probable o con toda seguridad van a tener salarios mejores que el de sus padres y que el de sus familias, y ellos a su vez les podrán dar una mejor vida a sus hijos. Así es que eso también es un honor y un orgullo tener instituciones como éstas.

Y lo que más orgullo me da en los diversos recorridos que he tenido, en las oportunidades que he tenido de platicar y de convivir con los alumnos de las universidades tecnológicas es encontrar a jóvenes como Melisa, que hace un momento, en su participación, nos decía con una gran seguridad, como son los estudiantes de las universidades tecnológicas, jóvenes seguros de sí mismos, jóvenes que están representando una nueva generación de mexicanos, sin complejos, dispuestos a triunfar, listos para competir aquí en México pero también en cualquier lugar del mundo, que no se inhiben para aprender un segundo idioma como el inglés o un tercero, como lo he visto, como el alemán o el japonés, o incluso el mandarín, por supuesto el francés y que están listos para salir y conquistar al mundo.

Tenemos estudiantes en Estados Unidos, en Canadá, en Francia, por  supuesto, a quién también hago un reconocimiento porque desde el inicio de este proyecto Francia ha sido un gran aliado y un gran amigo, muchas gracias y mi reconocimiento a Francia.

Esos son los jóvenes de las universidades tecnológicas y esos jóvenes, ustedes jóvenes que están aquí, son el rostro de un nuevo México. De un nuevo México seguro de sí mismo, que confía en él, que sabe que puede triunfar frente a quien sea, donde sea y como sea, que tiene hambre de triunfo, hambre de contribuir con su sociedad y que están absolutamente convencidos, porque lo están viviendo que, como dijo Nelson Mandela, el arma más poderosa para transformar al mundo, es la educación.

Y que la educación tiene el poder de transformar vidas y que la transformación de México únicamente se va a poder lograr con una educación de calidad.

Que la mejor política económica y que la mejor política social que puede tener un país y que tiene y que debe de tener México es una política educativa sólida, de calidad, como lo que ustedes representan.

Por todo esto, mi más sentido reconocimiento por estos 25 años de trabajo y estoy seguro que no sólo serán 25 más, sino muchísimos años más de estar forjando al México moderno, competitivo, exitoso y que puede estar de tú a tú con quien sea y donde sea.

Muchas felicidades a todos por estos 25 años.