Señor presidente de la República, con su permiso.

Muy buenos días, niños y niñas.

¿Cómo están? ¿Contentos? ¿Disfrutaron sus vacaciones? ¿Mucho o poquito? ¿Están contentos de estar en la escuela? ¿Ya querían que acabaran las vacaciones? ¿Sí o no?

Déjenme decirles que hoy no es un día cualquiera. Hoy es uno de los días más importantes en nuestro país ¿Y por qué? Porque al igual que ustedes millones de niñas y de niños, en todo México, hoy iniciaron, una vez más, las clases.

Seguramente el día de ayer fue un día de nervios, en donde estuvieron pensando: ¡me voy a reencontrar con mis amigos! ¿Pero no sé quién me va a tocar en el salón? ¿Qué maestro o maestra me va a tocar en este año?

Voy a volver, voy a jugar, voy a platicar de las vacaciones, pero también vamos a estudiar. Y ayer fue un día de nervios, pero también, seguramente, de mucho entusiasmo, porque hoy están iniciando una vez más un ciclo escolar, están regresando a la escuela, a reencontrarse con sus amigos,  a platicar con ellos, van a regresar a jugar, a disfrutar esta etapa de su vida,  de ser niños, y de estar en la escuela.

Y junto con ello también hay una emoción porque están regresando a aprender. Algo que es fundamental y ustedes lo saben.

Hoy les toca ser niños, les toca disfrutar, les toca jugar, pero también les toca aprender, porque lo que hoy aprendan van a ser herramientas fundamentales para que puedan tener éxito en su vida.

Y por eso, seguramente ayer, en sus casas como en la mayoría de las casas de México, su mamá, sus papás, estuvieron también, seguramente, trabajando hasta tarde acabando de forrar los cuadernos, haciendo las mochilas, sacándole punta a los lápices, poniendo las plumas nuevas.

Y ese esfuerzo que hacen sus papás y sus mamás, y que hicieron millones de papás y de mamás en todo México, lo hacen por una razón: porque ellos saben que su futuro, el que ustedes puedan tener un buen futuro, depende de una educación de calidad.

Y por eso se esfuerzan como se esfuerzan, y por eso desde aquí les queremos hacer un reconocimiento a todas las mamás y a todos los papás de México que se esfuerzan para que sus hijos tengan una educación de calidad.

Les pido que desde aquí les demos un aplauso a sus papás y a todos los papás de todo México.

Y así como estaban  ayer ustedes estaban todos nerviosos, así como sus papás se esforzaron mucho para que tuvieran todos sus útiles el día de hoy, también nuestras maestras y maestros se esfuerzan mucho.

Ellos ya llevan una semana trabajando. Estuvieron aquí, en las escuelas, en los Consejos Técnicos Escolares, haciendo toda la planeación del año ¿Cómo van a trabajar con ustedes? ¿Cuáles van a ser los cursos? Haciendo toda la planeación para que hoy, todo desde muy temprano estuviera funcionando.

Así es que desde aquí, en primer lugar, hago un reconocimiento a las maestras y a los maestros que hoy nos acompañan en esta inauguración de cursos, pero también desde aquí, y le pido al maestro, Juan Díaz de la Torre, al presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores, que sea el conducto por el cual podamos felicitar y reconocer a todas las maestras y maestros de México, que nos han enseñado que ser maestro no es nada más tener un empleo; ser maestros es una absoluta vocación de vida. Todo mi reconocimiento a las maestras y maestros de México, por favor, maestro.

Y así como ustedes hoy están muy emocionados, sus papás y sus mamás han trabajado muy fuerte para tener este inicio de clases, y sobre todo las maestras y los maestros de México lo han hecho, también a nosotros, a quienes somos autoridades educativas, nos toca hacer nuestra parte. Su parte es venir, disfrutar, divertirse, estudiar y aprender; nuestra parte es trabajar para que funcione este sistema educativo.

Ésa es la responsabilidad que tenemos las autoridades locales, donde aquí saludo al gobernador del Estado de México, a su secretaria de Educación, que hoy nos acompañan y que así, con el trabajo que ha hecho el gobernador Eruviel Ávila, un hombre que sabe que el poder de la educación tiene un poder de transformación que nada más tiene, y por ello ha hecho de la educación una prioridad, y lo he escuchado muchas veces diciendo, y citando a Nelson Mandela, que el arma más poderosa para cambiar y transformar al mundo es la educación, y él lo predica con el ejemplo. Mi felicitación, y así como a él, a los gobernadores y a las autoridades locales de todo el país, que hoy están haciendo su trabajo para que estén los niños y las niñas en las escuelas.

Y a nosotros nos toca algo que nos ha instruido y nos ha encargado el presidente de la República, quien también sabe que el mayor poder de transformación para México es la educación, y por eso hoy estamos viviendo uno de los momentos más importantes para nuestro país; estamos teniendo la posibilidad que muy pocas generaciones la tienen a lo largo de la historia de una nación ¿Cuál es? Tener la capacidad de hacer una de las transformaciones más profundas de lo que más queremos como nación: nuestro sistema educativo donde están nuestras niñas y nuestros niños, y por eso, con ese empeño, señor presidente, vamos a seguir trabajando para lograr la transformación que nos demanda el México del siglo XXI, para que estas niñas y estos niños tengan las herramientas para poder competir de tú a tú con quien sea, donde sea y como sea; que tengan las herramientas para poder tener una vida próspera, para que sean más libres y para que juntos podamos construir la nación exitosa que debe y merece ser México en el siglo XXI, a través de una educación de calidad.

De eso se trata la Reforma Educativa que usted encabeza, señor presidente, y que estamos trabajando incansablemente para que llegue a buen puerto, teniendo mejores escuelas, mejores maestros, mejor pedagogía, mejores planes y programas.

Así pues, con este ánimo, y hoy un día fundamental porque inicia un ciclo más en la trasformación de México, a nombre de la Secretaría de Educación Pública le doy la bienvenida a todos los niños, a todas las niñas, a todos los maestros, a todas las mamás y a todos los papás, al ciclo escolar 2016-2017.

Muchas gracias.