Muy buenas tardes, muy buenas tardes —ya— a todas y a todos.

Saludo en primer lugar, y agradezco mucho la presencia de la diputada Hortensia Aragón, presidenta de la Comisión de Educación y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados, y agradezco el que siempre la diputada ha estado muy al tanto, muy al pendiente de cómo vamos avanzando en diversos temas, incluido este tema central de la mejora de la infraestructura, y que por supuesto siempre, de manera respetuosa y cordial, hemos tenido un diálogo, atendiendo —pues— los diversos planteamientos, preocupaciones, que desde la Cámara de Diputados se tienen respecto a este y a otros programas, y por supuesto, al avance de la Reforma Educativa.

Así es que quiero reconocer ese trabajo, y por supuesto, además, reconocer que mucho de lo que se ha podido lograr, ha tenido que ver con la preocupación y la participación que han tenido con su liderazgo desde la Cámara de Diputados en diversos ámbitos, como ha sido, por ejemplo, la sensibilidad que tuvieron para poder incrementar de manera significativa, los montos para todo el desarrollo profesional docente de los maestros, que es un componente central en todo este proceso de cambio educativo.

Así es que le agradezco mucho la presencia, y que siempre haya estado y esté muy al pendiente, y revisando puntualmente que este, y otros programas, sigan avanzando.

Muchas gracias por su presencia, diputada.

También saludo y agradezco mucho la presencia de la licenciada Alejandra del Moral, directora de Bansefi.

Muchas gracias, Ale, por estar aquí ¿eh? Gracias por todo el apoyo además, particularmente, con el Fideicomiso en el tema de bebederos; pero en todo este proceso, el apoyo que hemos tenido de tu parte, y que podemos seguir, ahorita platicábamos, de poder hacer algunas innovaciones que nos permitan tener una ejecución más eficiente de los recursos.

Te agradezco mucho el apoyo. Muchas gracias, Ale.

Y por supuesto, también, saludo al licenciado Gustavo Arballo, quien es presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, a quien también agradezco; y por su conducto le pido, transmita a todos los miembros de esta importante Cámara de nuestro país, el agradecimiento por la ayuda que desde el primer momento han dado a este importante programa.

Desde el inicio firmamos un convenio, hizo hace un momento referencia el licenciado Héctor Gutiérrez de la Garza, que nos ha permitido que la ejecución de estas obras en todo el país se puedan hacer de manera mucho más eficaz, mucho más eficiente, mucho más transparente; y además, como lo firmamos en ese convenio, garantizando que este programa tenga un impacto local, y que podamos garantizar participación de diversos espacios a la mano de obra local, a la venta de materiales locales, y que este programa que tiene como fin central el poder mejorar la infraestructura de las escuelas, también pueda tener una derrama y un impacto positivo en la economía de los diversos estados, y particularmente, de las regiones del país.

Así es que muchas gracias, y transmita por favor a toda la Cámara nuestro aprecio y por el apoyo a este programa. Muchas gracias, Gustavo.

Saludo también a todos quienes nos acompañan hoy aquí, muchas gracias por estar en este informe, que además, hacemos de manera periódica, porque para nosotros es muy importante no únicamente al interior, sino hacer público, como un ejercicio de rendición de cuentas, el nivel de avance que tiene este programa, que es un programa absolutamente fundamental para la transformación educativa del país.

Cuando hablamos de la Reforma Educativa y hablamos de la transformación que hoy estamos viviendo, tenemos que hablar de un cambio integral y profundo del sistema educativo: eso es lo que genuinamente es la Reforma Educativa.

Sin duda —y ahorita hablaré de ello—, las evaluaciones son un tema central de una pieza muy importante del proceso de cambio y de Reforma Educativa, pero hay que entender que esto tan sólo es un instrumento de una reforma mucho más amplia y mucho más profunda.

La Reforma Educativa tiene, como propósitos centrales, cuatro grandes elementos.

El primero de ellos, de manera central, es la transformación de las escuelas en México; una transformación interna de las escuelas para darles mayor autonomía de gestión para quitarles carga burocrática, para permitir una mejor interacción en el aula, entre el maestro y el alumno, y que esto repercuta en incrementar los tiempos que se dedican a la enseñanza, y en la calidad de la misma en un modelo de organización mucho más funcional, y radicalmente distinto al que venía funcionando en el sistema educativo.

Y también, como parte de la transformación de las escuelas, tiene que ver con su transformación física, que es fundamental. Para tener una educación de calidad se requieren —también— escuelas de calidad y escuelas en condiciones de dignidad.

Y por ello, y esto es otra consecuencia positiva de la Reforma Educativa, que mandató a hacer un censo y que hoy nos permite tener datos que antes de la Reforma Educativa era imposible tener. Previo, era tal el nivel de atraso que se tenía en muchos aspectos, que previo a la Reforma Educativa en el país, ni siquiera —y eso hay que reconocerlo— ni siquiera conocíamos con exactitud cuántas escuelas y cuantos maestros hay en el país.

Mucho menos podíamos cuantificar y saber con exactitud cuáles eran las carencias de infraestructura que tenían los planteles educativos. Todos las conocíamos, de alguna manera las intuíamos, se veían, pero no estaban cuantificadas no se sabía con exactitud cuáles eran las carencias.

Hoy, gracias a este proceso que ha logrado la Reforma Educativa, hoy sabemos con toda precisión no únicamente cuántas escuelas hay en el país, sino también, por supuesto, cuántos maestros; pero además, hemos logrado hacer un diagnóstico mucho más preciso de las carencias que tienen los planteles.

Hoy sabemos, por ejemplo que desafortunadamente el 11 por ciento de las escuelas del país no tienen baños, también sabemos que el 10 por ciento de las escuelas no están conectadas a la red eléctrica.

Y por eso, una vez que tuvimos el conocimiento y los instrumentos, es el presidente de la República quien nos instruyó, al secretario de Hacienda, doctor Luis Videgaray Caso, y a un servidor, trabajar en un programa especial que permitiera una inversión adicional y extraordinaria para poder arreglar y dejar en buenas condiciones la infraestructura de las escuelas que más lo necesitaban.

Y así es como la Secretaría de Hacienda presento un mecanismo financiero novedoso, innovador, que hoy nos permite contar con 50 mil millones de pesos. Es decir, casi 3 mil millones de dólares, esa es la dimensión de la inversión de este programa para poder arreglar  y mejorar a un poco más de 33 mil escuelas en todo el país, beneficiando a 6 millones de alumnos.

Escuelas que son las que más lo necesitan, y alumnos que son quienes más lo necesitan, y ese es un pilar fundamental en la Reforma Educativa, esta transformación física de las escuelas que viene acompañado de la transformación de la organización de las escuelas.

Y por eso decimos que un paso fundamental en la Reforma Educativa y en la transformación de la educación  es poner a la escuela al centro e ir creando una nueva escuela pública, en nuestro país.

Un segundo gran objetivo tiene que ver con el apoyo a la profesionalización de los maestros. Sí, por supuesto, con evaluaciones, pero evaluaciones que lo que buscan centralmente es conocer qué es lo que están haciendo bien los maestros y cuáles son las áreas de oportunidades de mejoras que se tienen.

Y a partir de ello, el paso absolutamente fundamental que es el poder ofrecer una capacitación y un desarrollo profesional continúo de calidad, que le permitan al maestro mejorar y que eso tenga una traducción directa en el aula, para que los niños puedan estar recibiendo la mejor educación.

Ese es el fin de una profesionalización, por supuesto acompañada de un nuevo sistema que lo que premia son derechos y obligaciones de los maestros muy claros, transparentes y que además pongan en el centro el mérito y el esfuerzo de los maestros para poder hacer una carrera profesional.

Que no quede sujeta a diversos asuntos como favores políticos o de otro tipo, sino que sea el mérito y el trabajo del maestro el que le permita desarrollar esta carrera, enfocada a siempre mejorar, el poder tener una mejora continua profesionalmente y que esto se refleje en lo que más nos importa que es cambiar la educación de los niños y de las niñas y cambiar la dinámica de las aulas.

Un tercer objetivo fundamental, tiene que ver con los nuevos contenidos, los nuevos planes y programas y por supuesto el modelo educativo que se deriva de esta Reforma Educativa que queremos plantearla.

Y esto, por supuesto, como lo he venido anunciando, estaremos presentando próximamente en donde estaremos con mucha claridad presentando el modelo educativo que se deriva de esta Reforma, poniéndole ya en blanco y negro y por supuesto la presentación de los nuevos planes y programas. Estará implicando los nuevos contenidos, los contenidos que se requieren para las competencias, las habilidades en el Siglo XXI y por supuesto también la pedagogía que queremos construir como parte de este cambio educativo.

Y finalmente, por supuesto, el que estos cambios y estas transformaciones lleguen a todos los mexicanos. Es decir, que este sistema educativo sea más incluyente y sea también mucho más inclusivo, que es fundamental.

Desafortunadamente las desigualdades que tiene nuestro país se han reproducido en el  sistema educativo. Y si queremos romper con esas desigualdades, una manera central  de atacar el problema es rompiendo con la desigualdad que existe en el sistema educativo.

Que nos permita llevar mejor infraestructura, mejores maestros, mejores contenidos, mejores escuelas, a todo el país, pero además y de manera particular en las zonas más desfavorecidas y que más lo requieren.

La solución y el camino para transitar  y solucionar y poder disminuir la desigualdad en el país, tiene una respuesta en la educación. Y por eso, nosotros insistimos, la Reforma Educativa no es el problema, la Reforma Educativa es la solución.

Poder llevar este cambio, esta transformación educativa a todo el país, pero de manera central a las zonas  que más lo requieren, que más lo necesitan, es un vehículo para romper con esa desigualdad.

Si logramos llevar educación de mayor calidad, con mejores escuelas, con mejores maestros, con mejores programas y planes de estudio, a las zonas más desfavorecidas, vamos a poder contribuir a romper con una desigualdad estructural que se vuelve muy complicado poderla derribar si no es a través, precisamente con una educación de mayor calidad.

Y por ello, partiendo de este enfoque integral, que es el que realmente contiene y tiene la Reforma Educativa. Es decir, reitero y repito, mejores escuelas, mejores maestros, mejores planes y programas, mejores contenidos, una pedagogía de avanzada en el siglo XXI y por supuesto mayor equidad, inclusión en el propio sistema educativo, es como vamos a lograr una transformación de fondo.

Y ese es precisamente la pregunta que nos tenemos que hacer como país. Los retos que hoy vive nuestra nación, los retos en un mundo globalizado, en un país que tiene una gran cantidad de tratados de libre comercio, uno de los países que más tratados de libre comercio tiene en el mundo, que estamos integrados a las principales zonas económicas del mundo.

Estamos integrados a América del Norte, estamos integrados en América Latina particularmente con la Alianza del Pacífico, por supuesto también con la Unión Europea, con Japón, todos países y regiones con quienes tenemos tratados de libre comercio y próximamente, si próspera, también seremos parte del TTP, es decir de la región más dinámica económica de Asia.

Frente a ese escenario, de un país abierto, globalizado, que tiene que competir con las principales economías del mundo, la pregunta que nos tenemos que hacer es ¿qué país queremos en el siglo XXI? ¿Queremos un país que pueda avanzar y caminar de ser un país de una renta media a una renta alta para sus habitantes? ¿Queremos un país que esté a la vanguardia del mundo, global, dinámico, compitiendo del tú por tú con las grandes economías del mundo? ¿Queremos además que éste sea un país con menos desigualdad; que sea un país más justo, donde los ciudadanos puedan ejercer sus libertades con mucha mayor capacidad de lo que hoy tenemos? ¿Queremos construir ese país en el siglo XXI, una democracia vibrante, exitosa, en donde todos puedan ejercer sus derechos y en donde compitamos, reitero, de tú a tú con las principales potencias del mundo?

Si la respuesta es sí; si ese es el México que queremos construir en el siglo XXI tenemos que estar claros que no es posible o no será posible construir un país con estas características sin un proyecto educativo claro y de gran potencia.

Construir el México del siglo XXI depende de que podamos construir un proyecto educativo sólido, consistente, integral y de una gran potencia. En una sociedad globalizada, en una sociedad del conocimiento, no se puede aspirar a altos niveles de igualdad, a altos niveles de desarrollo, a altos niveles de competencia a nivel libertad sin una educación de calidad. Y eso es lo que se busca y se pretende con esta Reforma; un cambio profundo, estructural, en muchos aspectos radical, que permita que el sistema educativo del siglo XXI sea el eje del proyecto de nación que queremos construir como un país exitoso del siglo XXI.

Y ésa es la pregunta que tenemos que responder: ¿Queremos eso para México, o queremos seguir atrapados en el pasado y en los parámetros de las condiciones del siglo XX? ¿Queremos dar este paso y este brinco del siglo XX al siglo XXI o no lo queremos dar?

Estamos conscientes de que para poder triunfar en el siglo XXI el centro del proyecto de nación tiene que ser un proyecto educativo, que permita que sea a través de la educación, del conocimiento, del desarrollo de la ciencia y la tecnología, que México dé finalmente el paso de ser un país en vías de desarrollo a ser un país desarrollado.

Ésas son las preguntas que nos tenemos que hacer y son, precisamente también las preguntas que nos deben llevar a concluir que más allá de coyunturas, el proyecto de nación del siglo XXI de México depende de un proyecto educativo sólido y consistente, y que precisamente eso es lo que permite la Reforma Educativa.

Y que por ello, como parte de esta transformación de fondo, lo que hoy presentamos, que puede parecer como un informe de trabajo rutinario no lo es. Lo que aquí se está presentando como un ejercicio de rendición de cuentas, y que además por eso se hace público y transparente, es el ejercicio de un programa que no podemos perder de vista, que es la inversión más grande que se ha hecho en décadas en infraestructura escolar en nuestro país.

Durante décadas no se había invertido lo que hoy se está invirtiendo, y que éste es un paso fundamental en la transformación en la que hablaba, y en llevar particularmente condiciones de justicia a las escuelas de las zonas más desfavorecidas del país.

Quiero repetir la cifra, porque a veces en las cifras nos perdemos. Éste es un programa de inversión de infraestructura por 50 mil millones de pesos; es decir, casi 3 mil millones de dólares que se van a invertir en tres años. En décadas no había ocurrido esto en el país. Poder arreglar en un periodo de tres años y dejar en condiciones de dignidad a más de 33 mil escuelas es un esfuerzo que no se hacía desde hace muchos años, muchas décadas en el país. Que este impacto vaya a ayudar y  a mejorar a 6 millones de alumnos, las condiciones en las que están, y a un gran número de maestros, es algo que no había sucedido, y por ello la implementación, los detalles y este tipo de informes son fundamentales para poner en marcha un gran cambio que requiere todo el país.

Por ello, y yo ya no repetiré las cifras que ha dado el titular del Inifed, sobre los avances que tenemos, solamente diré que para este año -porque para que las cosas sucedan tenemos que hacerlas así, paso a paso, ir informando, acelerar donde lo tengamos que hacer; corregir donde tengamos que corregir-, y simplemente quiero recordar que de la meta global de inversión de estos 50 mil millones de pesos para arreglar un poco más de 33 mil escuelas, el compromiso es que este año; es decir, ente finales de 2015 y este año, pero para que cuando concluya el 2016, estemos invirtiendo 25 mil millones de pesos; es decir, la mitad del programa y que estén arreglados y en condición de dignidad 16 mil 500 planteles.

Hoy están ya en curso, en obras, casi 3 mil planteles. Tenemos que acelerar el paso.

El segundo semestre de este año tiene que ser un segundo semestre en donde de manera conjunta, la Federación con los gobierno estatales, aceleremos el paso para cumplir esta meta y que no nos vayamos quedar atrás. No nos podemos quedar atrás porque no podemos quedarnos atrás en la implementación de esta transformación educativa que es absolutamente fundamental.

Y no nos podemos quedar atrás porque como lo decía esto que estamos haciendo será parte de una transformación que va más allá de una coyuntura o de una circunstancia en particular. Ésta es una transformación que puede cambiar la ruta en nuestro país, y que el esfuerzo y que el trabajo que hagamos en cada detalle, en cada esfuerzo que se haga en estos planteamientos, tenemos que entenderlo que tiene un impacto más allá del día a día, sino que tiene un impacto que trasciende en muchos aspectos lo que queremos lograr como país.

Con ello, finalmente, me quiero congratular, quiero felicitar al licenciado Héctor Gutiérrez de la Garza y a todos los que trabajan en el Inifed por este esfuerzo, pero también les quiero pedir, y volver a dar aquí,  de manera pública, la instrucción de que redoblemos esfuerzos. 

Que este programa sea exitoso es absolutamente fundamental para el éxito de esta transformación educativa. Vamos bien; vamos caminando a buen ritmo; es un nuevo programa; además, aquí quiero comprometer como lo hemos venido haciendo en todos los pasos y procesos de este programa, la absoluta transparencia, para que estos informes se hagan de manera periódica, de cara a la sociedad; que todo mundo conozca cómo vamos, y que sepan cuál es el ritmo de ejecución y de la transformación real que tenemos de los planteles.

Y lo que les quiero pedir, Héctor, es que no solamente sigamos como estamos trabajando ahorita, que es de manera adecuada, sino que redoblemos esfuerzos. Que tengan en mente que lo que están haciendo no es simplemente cumplir con un programa más o cumplir con su trabajo, sino que lo que están haciendo es un trabajo que tiene un potencial y la capacidad de transformar a México, y que con esa pasión, con esa concentración y con ese esfuerzo, sigamos trabajando para que este año podamos cumplir al 100 por ciento la meta de una inversión de 25 mil millones de pesos, y 16 mil 500 planteles que ya puedan estar en plena dignidad, y operando.

Ésa es la instrucción: a todos los funcionarios, que además hoy me acompañan, les pido que en la diversas áreas y desde su competencia, podamos seguir coadyuvando, para que este esfuerzo se vuelva una realidad, y por supuesto reiterarles, el Congreso de la Unión, a través de la presidenta de la Comisión de Educación, que estaremos siempre a las órdenes: siempre a las órdenes para rendir cuentas, para informar sobre la marcha y la ruta de este programa fundamental; pero también, de todos los que tienen que ver con el cambio y con la transformación educativa.

Siempre estaremos a las órdenes y dispuestos, pues, a que cuando sea requerido, estemos a las órdenes presentando toda la información, platicando y discutiendo todo lo que sea necesario discutir, ya que además somos unos convencidos de que una transformación tan importante como ésta, es un trabajo de todos, es un trabajo de todos los mexicanos y es un esfuerzo de absolutamente todos, y que para lograrlo y que lleve a buen puerto el diálogo y la convicción son fundamentales para que esto se traduzca en el cambio que todos queremos para México.

Muchas gracias a todos.

Audio. Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.