Licenciado Rafael Moreno Valle, Gobernador Constitucional del estado de Puebla.

Maestra Alba Martínez Olivé, subsecretaria de Educación Básica del Gobierno de la República.

Querido Luis Maldonado Venegas, secretario de Educación Pública del estado de Puebla.

Compañeros servidores públicos de la Secretaría de Educación; señores diputados Aréchiga y doña Josefina García.

Maestro Javier López Sánchez, director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas.

Señoras y señores.

De acuerdo con nuestra Constitución, el Estado es responsable de organizar un sistema de planeación democrática que imprima permanencia y equidad al crecimiento económico. El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 tiene como finalidad establecer los objetivos nacionales, las estrategias y las prioridades que durante la presente administración, deberán regir la acción del gobierno.

Como marca la Constitución, para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo, el Ejecutivo Federal debe promover y garantizar la participación democrática de los diversos grupos sociales.

Uno de los cinco ejes del Plan Nacional de Desarrollo es contar con educación de calidad para todos. Para lograr ese propósito es necesario repasar temas antiguos y modernos que concentren en la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación.

Este eje no puede ser ajeno a los indígenas, quienes constituyen uno de los grupos especialmente referidos por la norma constitucional respecto al Plan Nacional de Desarrollo. Como nación plural y diversa México debe contar con sus indígenas más que nunca y debe trabajar por sus indígenas. Nunca más políticas educativas sin la participación de los pueblos indígenas, habitantes milenarios que componen de manera esencial nuestra nación.

 

Porque Rafael Moreno Valle gobierna educando y porque sus autoridades educativas han establecido un vanguardismo en el país en la toma de decisiones que atañen a la educación. La Secretaría quiso llevar a cabo este primer evento en la ciudad de Puebla, de los once que tendremos para elaborar el Programa Educativo del Plan Nacional de Desarrollo.

La educación indígena es la más antigua en estas tierras. Ha levantado, sin embargo, a lo largo de nuestra historia serios debates. Cabe recordar uno, por ejemplo, entre el liberal José María Luis Mora y el conservador Lucas Alamán. Mientras Mora concebía que la educación debería ser el medio que permitiera a los indígenas liberalizarse del pasado, Alamán, horrorizado por el atraso de los indígenas y con muy buenas razones, proponía la utilización de los modelos educativos previos a la Conquista a la vez del aprovechamiento de lo presente.

Tras la Revolución, renació el debate. La cultura hispana e indígena son igual de valiosas, tuvieron un gran impulso en el pensamiento y acción de Manuel Gamio, quien influyó rotundamente en la política indigenista mexicana. Don Manuel, que fundó el instituto indigenista latinoamericano con el patrocinio de ese extraordinario Presidente que fue Lázaro Cárdenas, luego de la realización del Congreso Indígena de Pátzcuaro, logró que el Instituto funcionara como área especializada en elaborar proyectos, programas, metodologías, técnicas y capacitación profesional para ofrecer a los niños y las niñas indígenas un programa específico.

Después de cinco siglos de temer, condenar e incluso tratar de aniquilar la diferencia cultural, finalmente México se reconoce hoy como un país plural sustentado originalmente en sus pueblos indígenas.

No obstante estos avances, la realidad educativa de los pueblos indígenas sigue sin mejorar de manera significativa. A trece años del Foro Mundial sobre la Educación que se realizó en Senegal, la UNESCO preparó un informe para evaluar la situación educativa existente en los países de América Latina y El Caribe. En él se identifican todavía desafíos que todavía debemos enfrentar los gobiernos latinoamericanos en la materia.

En particular, uno de más críticos que debemos resolver se refiere a la exclusión e inequidad que afectan a los niños indígenas en los diferentes ciclos escolares, tanto en el acceso, como en la progresión y logros de aprendizaje. Desafortunadamente, hoy muchos no se sorprenden que los alumnos indígenas sean los más desaventajados en el campo educacional. La pobreza en la que viven, así como su ubicación en zonas de difícil acceso, representan retos cuya solución no podemos aplazar más.

Según información de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, casi el 18 por ciento de los niños entre 6 y 14 años no van a la escuela; de ellos, el 13 por ciento habla alguna lengua indígena y el restante 5 por ciento no habla ninguna lengua indígena. Es decir, por cada niño no indígena que falta a la escuela, hay dos niños indígenas que dejan de asistir.

A ello se suma el alto índice de deserción escolar que se registra en las comunidades indígenas a causa de diversos factores. En primer lugar, porque muchos niños y niñas se ven en la necesidad de comenzar a trabajar a muy temprana edad. Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, el 36 por ciento de los niños entre 6 y 14 años se encuentran trabajando, lo que representa el doble que el promedio nacional.

En segundo lugar, porque salen de sus comunidades en busca de mejores oportunidades de vida. Los pueblos indígenas tienen un particularmente alto índice de migración interna hacia las zonas agrícolas en el norte de México. Se estima por ejemplo que hace 10 años, casi el 50 por ciento de los niños indígenas que trabajaban como jornaleros agrícolas hablaban alguna lengua materna original y que el 43 por ciento no asistía a la escuela.

En tercer lugar, los niños indígenas asumen una temprana vida familiar. Mientras que el número de mujeres no indígenas que se casan antes de los 15 años representan un 2 por ciento, el de las mujeres indígenas llega a ser más del doble (casi 5 por ciento). Pero esta diferencia es aún mayor conforme la edad de las mujeres aumenta. Cerca del 24 por ciento de las mujeres indígenas se casa antes de los 18 años de edad, contra el 15 por ciento de las mujeres no indígenas.

Estos datos nos muestran la dimensión del problema que enfrentamos, pero también son un aliciente para reafirmar nuestro compromiso por la igualdad de oportunidades educativas de los indígenas. y aquí, quiero enfatizar que cumpliremos con esta obligación ética, primero y constitucional, y que realizaremos acciones tendientes a la igualdad de oportunidades con pleno respeto a la identidad cultural de nuestros pueblos indígenas como una forma de justicia social. Estamos conscientes de que cuando un sistema es socialmente justo cuando todas las personas tienen básicamente la misma oportunidad.

Por ello y siguiendo parámetros en el ámbito internacional, el Gobierno del Presidente Peña ha puesto en marcha acciones como las siguientes:

En primer lugar, acciones como la Cruzada Nacional contra el Hambre para atacar los factores más evidentes de la exclusión escolar. Con esta estrategia se erradicará el hambre en aquellas zonas del país que representan un número importante de personas que se encuentran en situación de pobreza extrema y, de esa manera, abatiremos el trabajo infantil, que es una de las causas, como dije, más importantes de la deserción escolar.

Ahora bien, los niños en lugar de colaborar en el sustento de sus hogares, se van a preocupar por algo más que debe ser su único trabajo: lograr los mayores alcances académicos en sus escuelas.

La política de educación del régimen de Enrique Peña será inclusiva y se focalizará en un 58% en el total de las escuelas indígenas del país, para que los niños puedan participar con todos los recursos disponibles en los 400 municipios del programa de la Cruzada contra el Hambre.

Quiero anunciar también que por instrucciones del Señor Presidente, que destaca el valor de nuestras culturas indígenas, las primeras Escuelas de Tiempo Completo en México serán en comunidades indígenas para apoyar de esta manera el crecimiento de nuestros niños.

En segundo lugar, el gobierno combatirá patrones discriminatorios tanto en términos culturales, como pedagógicos e institucionales. En particular, se promoverá la educación intercultural a lo largo y ancho del país mediante el rediseño curricular correspondiente y la formación de docentes en el bilingüismo, docentes que tengan la capacidad y sensibilidad de trabajar con este sector vulnerable de la población.

En contraste con lo que ha sucedido durante mucho tiempo, la visión del gobierno actual es atraer buenos maestros al ámbito rural. Estructuraremos la Carrera Magisterial de tal manera que los buenos maestros vean como un reto, pero sobre todo como un privilegio y reciban los mejores estímulos cuando vengan a las poblaciones indígenas a ayudarlas a salir de su vulnerabilidad.

A este respecto vale la pena reconocer el valor del profesorado indígena, quien ejerce un alto nivel de autogestión y lleva a cabo una movilización académica con identidad. Los maestros de escuelas indígenas, desde una postura crítica y participativa, asumen su profesionalización rompiendo con el estigma de que la educación indígena no es profesional y basta un dato para comprobarlo: hoy el 68 por ciento de los maestros de poblaciones indígenas tienen un grado de licenciatura pertinente para su servicio docente.

En tercer lugar, impulsaremos el otorgamiento de becas que se otorgarán exclusivamente a la población indígena para que puedan acceder al sistema educativo y puedan terminar, por lo menos, su enseñanza primaria.

Finalmente, recordando a López Mateos, como Luis lo hizo al terminar su discurso, es necesario que los pobladores de las comunidades indígenas no sigan abandonados en el rezago y la analfabetización.

En agosto, cumple 70 años la gran campaña nacional que Jaime Torres Bodet, quien al lado del Presidente Ávila Camacho, llevó a cabo. Pero también están por cumplirse 50 años de la fecha en que Jaime Torres Bodet, secretario de Adolfo López Mateos, fundó Centros para la Formación de Docentes en Ciudad Guzmán y en Iguala, pero al mismo tiempo en esos centros incluyó una derivación para formar profesores indígenas.

Buscamos, con todas estas acciones, hacer realidad la visión contemporánea del derecho a la educación, misma que no basta con decir que todo el que quiere escuela tiene derecho a ella, sino que comprende el derecho al aprendizaje de calidad, según las capacidades de las personas el trato digno a su medio cultural y lograr para todos una igualdad de oportunidades.

Estas son algunas de las ideas que inspiran al Gobierno de la República en materia de educación indígena. Lo que sigue ahora es, a través de estos foros de consulta, darles mayor contenido y profundidad y los ejes son los maestros, a ellos les pido con respeto y con el afecto que todo mexicano tiene por ellos, que al participar en estas consultas nos den su experiencia para fortalecer las rutas de acción del gobierno; corregir los errores que se hayan cometido y aportar nuevas ideas que ciertamente van a contribuir a que el México con educación de calidad sea un México justo, pluricultural y de avanzada.

Muchas gracias.