Señor licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Diputado Francisco Arroyo Vieyra, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores; Licenciado, Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; Licenciado Emilio Chuayffet Chemor,Secretario de Educación Pública.

Presidentes de los partidos de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano y del Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz.

Coordinadores de los grupos parlamentarios de las cámaras de Diputados y de Senadores.

Integrantes del Consejo Rector del Pacto por México, miembros del magisterio y de la sociedad civil que hoy nos acompañan.

Amigas y amigos todos:

La promulgación de la Reforma Constitucional al Artículo Tercero Educativa, una promulgación emblemática, tanto por su contenido como por su construcción.

Su contenido aborda uno de los temas más sensibles de todas las familias mexicanas, la educación como oportunidad de desarrollo personal y progreso material.

Y emblemático en su construcción porque refleja uno de los más delicados retos que enfrenta nuestro país: la generación de consensos de reformas de gran calado, dentro del acuerdo multipartidista para impulsar la transición denominado Pacto por México.

Si para un país, la educación es la mayor fuente de progreso sostenible, para una familia, la educación representa la mayor oportunidad de obtener un mayor ingreso económico y un mayor desarrollo social.

Es por eso que el Estado Mexicano hoy invierte cuantiosos recursos para lograr un acceso universal a la educación básica y ampliar el acceso a la educación superior.

Por eso, hemos alcanzado logros importantes en la última década, como la cobertura universal en educación primaria, el 97 por ciento de cobertura en educación secundaria o aumentar la graduación en la educación media superior en 14 por ciento del 2000 al 2010, cifra superior en seis por ciento la media de los países miembros de la OCDE.

El Estado Mexicano ha realizado estos esfuerzos de enorme importancia para atender los compromisos que le impone la constitución en materia de cobertura educativa.

No obstante, la demanda social que ha sido creciente, la demanda que ha sido objeto de múltiples exigencias que requieren ser atendidas de manera contundente, es la demanda para elevar de manera significativa la calidad educativa.

El reto consiste en conjugar de manera eficaz la demanda de cobertura y  calidad, sin detrimento de la una o de la otra, para que México pueda estar a la altura de los requerimientos que impone nuestro tiempo y que las familias mexicanas cuenten con este poderoso recurso de movilidad y progreso social.

Es un gran avance la promulgación de las modificaciones y adiciones al Artículo Tercero de nuestra Constitución porque permiten avanzar de manera importante en la demanda de una mayor calidad de la educación en México a través de la evaluación de la educación.

Para ello, la reforma incorpora el servicio profesional docente que garantice el acceso de los maestros al sistema público y que su promoción y permanencia se realicen a través de procedimientos claros y transparentes que incentiven la mejora constante y la elevación de la calidad de la enseñanza. Mediante concursos, en los que serán elegidos quienes mayores conocimientos y capacidades demuestren.

Se dota de autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el cual será el encargado de realizar una evaluación sobre la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo nacional en la educación pre-escolar, primaria, secundaria y media superior.

Esta evaluación será obligatoria para todos los maestros del país.

Esta evaluación será periódica y permitirá determinar  de manera medible los criterios para el ingreso, la promoción, el reconocimiento, y la permanencia de los maestros al reconocer y premiar de mejor manera su esfuerzo para formar a los alumnos.

El Constituyente Permanente aprobó así, una evaluación con consecuencias; una evaluación que permita apoyar a los maestros, al tener un mejor reconocimiento a su dedicación y noble esfuerzo.

Se fortalecerá la autonomía de gestión de las escuelas públicas, con lo que bajo el liderazgo de los directores y la participación de alumnos, maestros y padres de familia, podrán organizarse para mejorar la infraestructura del plantel, comprar materiales educativos y resolver problemas de operación básicos.

La Secretaría de Educación Pública, por esta reforma deberá  tomar en cuenta la opinión de los padres de familia para determinar los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal y ampliar en forma paulatina y conforme a la suficiencia presupuestal el número de escuelas de tiempo completo, con jornadas de entre 6 y 8 horas diarias.

Por último, es importante reconocer que esta reforma que hoy se promulga, contempla que el Estado impulse esquemas para el suministro de alimentos nutritivos a través de microempresas, y prohíba la venta en planteles educativos de cualquier alimento que no favorezca la salud de los educandos.

Como lo mencioné al inicio, esta promulgación es emblemática por su contenido que atiende a uno de los reclamos más amplios y mas sentidos de la población.

Quiero sin embargo, hacer mención también a lo emblemático de esta reforma en cuanto a su proceso de construcción, presentación y aprobación como el primer logro visible del esfuerzo político multipartidista conocido como Pacto por México.

El Pacto ha sido una positiva señal de que los partidos políticos que competimos en las urnas podemos construir acuerdos trascendentes en una agenda de reformas identificadas por todos como necesarias para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.

Sin embargo, debemos reconocer que este instrumento ha generado logros menores a los anticipados y esto debe ser motivo de atención y pronta solución para no arriesgar  su viabilidad.

La propia reforma que hoy se promulga, nos exige aprobar en un período menor a 180 días, la legislación secundaria que la haga vigente y operativa en la práctica, y no sólo en el marco legal.

Este es un reto que debemos encarar con la misma vehemencia y compromiso con el que impulsamos esta reforma constitucional. No debemos bajar la guardia en este momento en que podemos lograr consolidar, este gran paso.

Enfrentaremos como siempre resistencias que no tienen justificación fundada sino temores alimentados con desinformación o interés malintencionado.

La reforma es noble y no tiene enemigos declarados más allá de quienes se opongan a la mejora de la calidad de la enseñanza, y al apoyo a los maestros que reclaman un reconocimiento y estímulo a su esfuerzo por mejorar su desempeño.

El Pacto por México es como una bicicleta que apenas empieza a pedalear.

La falta de impulso, la falta de pedaleo, la falta de resultados, atenta contra su propia estabilidad y desarrollo.

Por eso, hago también un respetuoso pero enfático llamado a todos los actores políticos en general, pero a los firmantes del pacto en lo particular, para que logremos sacar adelante la siguiente gran reforma, la reforma de telecomunicaciones que logrará dinamizar al sector, beneficiar ampliamente a la población e imprimirle mayor fortaleza al Pacto por México.

Es una reforma que afecta intereses poderosos pero que no pueden estar por encima del interés nacional o el interés social.

Permítanme recordar una cita del documento original del Pacto por México:

La creciente influencia de poderes fácticos, frecuentemente reta la vida institucional del país y se constituye en un obstáculo para el cumplimiento de las funciones del Estado Mexicano.

En ocasiones, esos poderes obstruyen en la práctica el desarrollo nacional como consecuencia de la concentración de riqueza y poder que está en el núcleo de nuestra desigualdad, la tarea del Estado y de sus instituciones en estas circunstancias de la vida nacional, debe ser someter con los instrumentos de la ley en un ambiente de libertad, los intereses particulares que obstruyan el interés nacional.

Es el momento de que todas las fuerzas políticas y el Gobierno Federal demos una batalla unida por el interés nacional, rechazando todo tipo de presiones y amagos ya que estas oportunidades de transformar a México, de democratizar los medios de comunicación, de garantizar la competencia en materia de telecomunicación se presentan muy pocas veces en la vida política y puede llegar a ser la mejor, puede llegar a ser la única oportunidad para hacerlo en este sexenio que comienza a partir de diciembre del año pasado.

El monopolio de la opinión pública, la concentración de la riqueza y la desigualdad social que sufrimos en México, no tiene parangón, no se encuentra en ningún otro país del mundo en los niveles de agravio que tenemos en México.

Está en nuestras manos, está en nuestra capacidad y voluntad política agregada, la posibilidad de solucionarlo, hagámoslo juntos, hagámoslo ya.

 Muchas gracias.