Muy buenos días a todas y a todos.

En primer lugar, aquí, una disculpa por este pequeño retraso. Pero muy agradecido y muy reconocido con esta invitación.

Don Antonio, María. Muchas gracias por invitarme y poder de manera, de lo más breve posible, poderles compartir, pues por un lado, la esencia de lo que estamos haciendo en materia educativa con esta reforma y la transformación tan profunda que implica del sistema educativo y, por lo mismo, que entiendo, además es parte del interés pues cómo, de alguna manera, se puede coadyuvar este tipo de oportunidades ahora en el sector educativo antes de esta reforma; por supuesto, la propia transformación general o global que ha habido en el país, y en donde la educación y el futuro de la educación es fundamental.

Déjenme, de manera esquemática o para poder entender mejor la reforma y la transformación de la educación, yo les diría que esta reforma tiene cinco —o se sustenta en cinco— grandes puntos de transformación.

El primero, es el político; es decir, hay un rediseño político del sistema educativo, que era fundamental y muy necesario.

El sistema educativo mexicano, y yo creo que para muchos y quienes lo conozcan, no es un misterio; era un sistema altamente clientelar, corporativo, y opaco, en donde —como se decía hace un tiempo— se había perdido la rectoría del Estado en materia educativa. Así es que esta reforma parte del principio de recuperar la rectoría del Estado en materia educativa. El presidente, prácticamente desde el inicio de su gestión, inicia con este proceso.

Si ustedes recuerdan, el 1° de diciembre de 2012, toma posesión el presidente Enrique Peña Nieto; el 2 de diciembre, se firma el Pacto por México; y el 3 de diciembre, en la mesa del Pacto por México estaba la propuesta de la Reforma Educativa, del presidente de la República; y el 10 de diciembre de 2012, se estaba ya discutiendo y aprobando en el Senado de la República.

Y ahí ha tenido un proceso político de recuperación de esta rectoría del Estado en materia educativa, hasta las últimas opciones en Oaxaca, por ejemplo, en la decisión tanto del presidente como del gobernador del estado, de recuperar la autoridad educativa local de manos de la sección 22 del sindicato, que era quien realmente tomaba las decisiones de la autoridad y controlar la vida de los maestros, y eso le permitía tener una gran capacidad de movilización y de presión que no permitía un entorno adecuado para una transformación educativa de México.

Junto con esas acciones, hemos configurado por una aplicación muy estricta de la ley, para que hagan días que se descuenten como lo marca la ley, tres días continuos de no presentarse a trabajar; al cuarto, son dados de baja como lo marca también la ley. Ahora, con las evaluaciones que son obligatorias, los maestros que no asistieron a la evaluación han sido dados de baja también, y ha habido toda una transformación —en ese sentido— política, y de que en materia educativa se sostenga y se aplique la ley y el Estado de derecho.

La segunda transformación, y esto ya entra de manera directa con las políticas públicas educativas, tiene que ver con la transformación de la escuela.

La escuela en México, también como consecuencia de este sistema educativo... en materia de la política que estamos transformando, era una escuela que estaba al servicio del sistema educativo, al servicio de las burocracias gubernamentales y al servicio de la burocracia sindical, la escuela no ocupada el lugar central que le corresponde.

Es decir, las políticas públicas en materia educativa no estaban pensadas de manera central para fortalecer a la escuela, y la escuela tenía muchos problemas internos de organización. Les doy un dato: en México, en promedio, de una jornada escolar únicamente el 60 por ciento del tiempo de la jornada escolar se dedica a la enseñanza.

De acuerdo a diversos estudios internacionales, lo idóneo es que pudiéramos estar entre el 80 y 85 por ciento del tiempo de la jornada escolar exclusivamente a la enseñanza. ¿Y por qué pasa esto? Pasa por que hay una organización deficiente al interior de las escuelas que hace que no se pueda aprovechar bien el tiempo. Hay una excesiva carga burocrática sobre los directores, sobre los maestros, comprende en promedio del 70 por ciento del tiempo de un director se va en papeleo y que no tiene que ver directo con la gestión escolar.

Es decir, estamos haciendo toda la transformación de la organización interna de la escuela con una política pública que se llama la Escuela al Centro, que permite transformar y otorgar un presupuesto propio a las escuelas, es algo, previo a esta Reforma, es algo increíble, que en México no se había nunca considerado ¿qué pasa con el presupuesto a las escuelas? Se hacían las escuelas y se pagaba a los maestros y después, del presupuesto del día a día de la escuela que es fundamental, nadie se ocupada de él.

¿Qué pasa, por ejemplo, si en una escuela se rompe un vidrio? Había básicamente dos opciones: se queda así y eso ha sido parte de la explicación del deterioro la infraestructura educativa o por eso ha incrementado el famoso fenómeno de las cuotas voluntarias dentro de la escuela.

Estamos transformando esto con el plan de la Escuela al Centro y hay otro programa específico que se llama el de la Reforma Educativa, en el que estamos llevando presupuesto directo de la SEP sin que haya algún intermediario a cada una de las escuelas.

Ahorita este programa registra 25 mil escuelas y el próximo ciclo escolar serán 75 mil. Junto con esta transformación del cambio de la organización de la escuela está el cambio en la infraestructura como parte del cambio en las escuelas.

Hoy también gracias a la Reforma Educativa, porque previo a la reforma ni si quiera teníamos en el país datos confiables de cuántas escuelas existían y cuáles eran sus carencias.

Hoy lo podemos saber. Les doy nada más un dato: a partir del censo educativo que ordenó hacer la Reforma Educativa, el 11 por ciento de las escuelas del país no tienen baños, y esa condición se vuelve mucho más aguda en las zonas más pobres en estados como Guerrero, Michoacán o Oaxaca, que puede llegar a ser hasta del 30 por ciento.

Y es por eso, y una vez que tuvimos esos datos, el presidente de la República nos instruyó al secretario de Hacienda y a un servidor, poder hacer un plan específico que permitiera remontar de manera muy significativa el estado en el que estaban muchas de las escuelas.

Y así es como la Secretaría de Hacienda diseña un mecanismo, que es este mecanismo de los bonos de infraestructura. Es un mecanismo de traer recursos del futuro al presente, y que por supuesto, parte de la emisión de bonos en la Bolsa Mexicana de Valores, y que nos está permitiendo y nos va a permitir tener 50 mil millones de pesos de aquí a que termine el sexenio; es decir, cerca de 3 mil millones de dólares para poder arreglar y dejar en buenas condiciones a 33 mil escuelas.

Junto con ello, y esto ya lo pueden verificar quien quiera puede entrar, tenemos un sitio en donde la selección de las escuelas a partir del censo y de una consideración con las autoridades locales, y la lista de las escuelas que serán beneficiadas ya está definida.

Este año vamos a poder intervenir y arreglar 16 mil escuelas. Existe un portal en donde ustedes ya pueden ver cada una de las escuelas; el monto que se va a invertir en cada una de ellas; para qué se va invertir ese monto; en los casos en donde ya hay un contrato, quién es el contratista de la obra; cuándo tiene que empezar, cuándo tiene que terminar; quién es el responsable por parte de la autoridad, y quién es el responsable dentro de los comités de padres de familia.

Cada escuela que esté beneficiada con este programa hay un comité de padres de familia que son quienes se encargan de ir verificando que la obra se pueda entregar de acuerdo a lo que se planeó y a lo que se programó, y la obra no se entrega y no se da por terminada hasta que tenga la firma del comité de padres de familia de que esa obra se entregó conforme a lo programado y hasta que no exista esa firma no se da el pago final de conceptos, en fin.

Con estos dos planteamientos  son esta transformación de la escuela.

Después, la transformación de toda la planta docente del país, que es fundamental ¿Cómo? A través de las evaluaciones, que les permite saber que, con mucho mejor forma, cuáles son las fortalezas, pero también qué es lo que tienen que hacer los  maestros para mejorar y con la capacitación que a su vez tienen que recibir.

Hace tres semanas di los resultados de las primeras evaluaciones que se hacen en el país, las hicimos durante noviembre y diciembre.

Y una semana después, presenté el nuevo programa, la nueva estrategia nacional de capacitación de maestros. En esto, les doy más un dato, lo importante de la capacitación, pasamos de un presupuesto de 200 millones de pesos en el año pasado, que era lo que se invertía en la capacitación y formación continua de los maestros, a un poco más de mil 800 millones para este año.

Con lo cual se va a permitir presentar un programa con una amplitud y una universidad, me parece, nunca antes se había podido ofrecer a los maestros y ahora sí poder hacer una especie de traje a la medida de las necesidades de los maestros, porque además de quienes ya se evaluaron, tenemos la información de qué es lo que necesitan y cuál es la ruta que deben de seguir para poder mejorar y continuar en su vida profesional.

Y finalmente, la última gran transformación y es en la que estamos en proceso, tiene que ver con lo que se enseña y los contenidos.

En abril vamos a estar presentando los nuevos planes y programas de estudio para Educación Básica y Educación Media Superior. La idea, por supuesto, es que sean planes que tengan tres componentes centrales.

Por un lado, los conocimientos y las habilidades que los niños y los jóvenes necesitan tener en el entorno del siglo XXI, de un país globalizado, de un país que quiere pasar o que va en la ruta de irse transformando de un país de nivel medio al de un país de nivel alto y que permita a este sistema educativo esa formación.

Junto con ello, por supuesto, los métodos pedagógicos de enseñanza, que permitan ser métodos que más allá de memorizar, más allá de simplemente pasar un tiempo en la escuela y pensar que estamos avanzando, permitan aprender a aprender.

Y por último, también, el contenido de algo fundamental que son los propios valores que requieren o que son parte de la educación de un país que requiere valores para poder vivir plenamente en libertad y pluralidad, en respeto y en la construcción de un Estado de derecho.

Estos planes y programas que estaremos presentando, como decía en abril, seguirán una ruta, porque van a ser documentos terminados más no definitivos. ¿Qué vamos a hacer con esos documentos? Convocar a un conjunto de foros con especialistas, con todos aquellos que tengan que opinar, estaremos invitando al sector privado también, para que comenten, tengamos foros, debates y a partir de este enriquecimiento que se pueda tener sobre lo que presentemos en abril, hacer cambios y correcciones para que hacia el verano, en agosto, estemos presentando ya las versiones definitivas de los nuevos planes y programas.

A partir de ello, estaré convocando a las comisiones que, tomando en cuenta los nuevos planes y programas, puedan conformar los nuevos libros de texto y las nuevas guías de los materiales educativos; iniciar la socialización y la capacitación de los maestros para estos nuevos planes y programas, y que estos puedan entrar en vigor en el ciclo escolar 2017-2018 o, a más tardar, si este proceso requiere de más tiempo, en el ciclo escolar 2018-2019, que es el último ciclo escolar que inaugurará el presidente Enrique Peña Nieto y que estaría bajo nuestra responsabilidad.

Así, y un poco intentando, una reforma muy amplia porque cada uno de estos temas que he hablado contiene un conjunto de políticas muy específicas, y es una reforma muy grande, pero de manera esquemática ésa es la reforma. Es una reforma que transforma la organización política del sistema educativo, que transforma a la escuela, generando una nueva escuela mexicana, incluyendo este programa tan ambicioso en infraestructura escolar; transforma la formación del maestro para poderlo profesionalizar y tener mejores, y transforma, estamos en ruta de transformar también lo que se enseña; es decir, los contenidos.

De esta manera, tener un cambio integral en el sistema educativo, que si bien ya los frutos tardarán, porque todo cambio educativo es de mediano y largo plazos, son procesos que tardan; pero sin embargo, estamos con esta reforma haciendo la transformación profunda, estructural y, si tenemos éxito en seguir esta implementación, en el año 2018 el presidente de la República estará entregando un sistema educativo radicalmente distinto al que él recibió  en el año 2012, y que además será un sistema que le permitirá a México conformar el capital humano que requiere en un proceso que nos permita subir la productividad y, por supuesto, mantener importantes niveles de crecimiento económico y particularmente de bienestar a través de este sistema.

Ahí lo dejaría. No sé si haya tiempo o alguien, yo estoy a la orden de comentarios, preguntas, si ven que estamos en tiempo, con mucho gusto.

Audio. Conferencia del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.