Lic. Emilio Chuayffet Chemor: Honorable Presídium, distinguidos galardonados, señoras y señores.

El día de hoy celebramos el Centésimo Tercer Aniversario del Inicio de la Primera Gran Gesta Social del Siglo XX, que en palabras de Carlos Fuentes, a quien recordábamos hace unas semanas en la conmemoración de su natalicio, fue también el primer movimiento que genialmente supo unir los derechos individuales a los sociales.

La Revolución Mexicana es hazaña popular y referencia indeleble de nuestra historia, fue la confluencia de muchos levantamientos, el de quienes querían un gobierno de leyes, el de aquellos que peleaban por sufragio efectivo, los que anhelaban un federalismo real y los que reclamaban justicia social.

La Revolución quiérase o no marcó al México del siglo XX, pero sobre todo en dos renglones, en nuestra concepción sobre el papel del Estado frente a la sociedad y en la cultura política que hoy define a los mexicanos.

La lucha contra la dictadura se conserva en la memoria colectiva como una rebelión contra la tiranía, contra el poder personalizado y patrimonialista y en general contra todo tipo de exclusión.

Las revoluciones son, entonces, huellas definitorias del alma nacional, son ese camino, ese manantial y esa fragua, sólo es posible entender lo que somos a partir de los deseos de libertad y justicia que inspiraron a nuestros revolucionarios. Por tal motivo resulta imprescindible estudiar a quienes supieron articular con inteligencia y visión de futuro, fórmulas de legalidad que conservaron la soberanía nacional con el reconocimiento de derechos sociales que buscaron la igualdad.

El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México cumple 60 años realizando la tarea de interrogar al pasado, su empeño permite conocer y entender los grandes movimientos sociales que han impulsado las transformaciones del país, como la lucha por la Independencia, la Reforma Liberal y la propia Revolución.

Desde su origen, y gracias a la conducción de destacados historiadores, el Instituto ha realizado una gran tarea en el rescate de fuentes y documentos históricos, en la adquisición de archivos y bibliotecas, así como en la elaboración y publicación de colecciones que hoy son relación obligada para estudiosos e investigadores.

Como Secretario de Educación es un alto honor para mí entregar los premios a la trayectoria y a la investigación histórica 2013, instituidos desde 1989 y que han estimulado la indagación y el análisis del acontecer nacional.

Para el doctor José Luis Orozco Alcántar el Premio es merecido como precursor en México del estudio y la reflexión sobre los Estados Unidos, por sus aportaciones al acontecimiento del pensamiento político de nuestro país vecino y porque su trabajo nos da nuevos paradigmas para entender la propia historia patria.

Además de su labor en la protección y difusión de la documentación que contiene la memoria del estado de Nuevo León --y ya le decía yo lo difícil que es historiar la patria chica--, el maestro Héctor Jaime Treviño Villarreal es fundador del archivo de la palabra la carteloteca y la mapoteca de dicha entidad.

Enhorabuena por el Premio Manuel González Ramírez a la trayectoria en el rescate de fuentes y documentos, ya que como ha recordado siempre el investigador Julián Casanova: "Sin archivos no hay historia".

Sin duda uno de los intelectuales más prominentes en el desarrollo de la investigación y las Ciencias Sociales en México es el doctor Rodolfo Stavenhagen.

En la Secretaría de Educación Pública lo recordamos por ser el artífice para la creación en 1997 de la Dirección General de Culturas Populares.

Felicidades maestro por el Premio José Valadés a la trayectoria en el rescate de memorias y testimonios, pero más aún, porque su trabajo nos sigue recordando que los indígenas no sólo son protagonistas del presente, sino acreedores de una gran deuda nacional.

La doctora Margarita Glantz Shapiro, Margo Glantz, como le decimos todos, recibe el Premio Clementina Díaz y de Ovando a la trayectoria en Historia Social, Cultural y de Género.

Un galardón justo a quien asume la escritura como la búsqueda de una comprensión más compleja de las circunstancias concretas.

Sus trabajos sobre la Malinche y Sor Juana Inés de la Cruz, son emblemáticos y siendo las tres mujeres son también únicas en su aportación a la Historia de México.

Asimismo, felicito a los académicos Juvenal Jaramillo Magaña, Carlos de Jesús Becerril Hernández, David Adán Vázquez Valenzuela y Diego Pulido Esteva por sus tesis de maestría y doctorado en las que documentan episodios inéditos de los periodos de la Independencia de la Reforma y la Revolución.

Son reconocimientos muy merecidos a una labor que enriquece la historiografía y la cultura nacional, pero de la que esperamos muchos más frutos en el futuro.

Quiero terminar esta intervención recordando a un maestro normalista, aquí entre los galardonados hay varios, quizá porque el maestro normalista es un cronista, es un historiador del diario acontecer de su comunidad.

Voy a recordar la frase del gran educador, el profesor Ramón G. Bonfil, que decía que nuestro país ha tenido el acierto de dar a fechas a hechos y a personajes destacados una significación que los convierte en símbolos, que dibujan los perfiles de la identidad nacional dentro de la diversidad de paisajes --dice Bonfil-- de etnias y de culturas, esos símbolos nos mantienen unidos y nos empujan a la noble y honrosa tarea de contribuir a una patria independiente, soberana y justa.

Muchas gracias y enhorabuena.