Discurso del Secretario de Educación Pública, Lic. Emilio Chuayffet Chemor, en la reunión de la organización Compromiso Social por la Calidad de la Educación.

Querida Marinela, maestro Francisco López, muy entrañable Esteban, maestro José Francisco Landero.

Muy respetado maestro Juan Díaz, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Diputado Jorge Herrera, representante de la Cámara de Diputados.

Maestra Silvia Schmelkes, presidenta del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación.

Y doña Milagros Fernández, directora del Instituto de Fomento e Investigación Educativa. Distinguidos integrantes de Compromiso Social por la Educación.

Señoras y señores.

Hablar de Compromiso Social por la Educación implica, siempre, un deber que alcanza a todas las instancias. Así lo entendió Morelos cuando hace 200 años, en el Decreto de Apatzingán, escribió: que la instrucción, como elemento necesario para todos los ciudadanos, sea favorecida por toda la sociedad con todo su poder.

El hilo conductor de la política educativa mexicana ha sido el reconocimiento de una relación dialéctica entre sociedad y educación.

La sociedad orienta a la educación y dicta sus características y, a su vez, la sociedad es guiada por la educación, la cual siembra los proyectos que desarrollaran su futuro. Está en la entraña misma de nuestra evolución histórica contar con la educación como factor de transformación de la sociedad, pues no hay prácticamente ningún aspecto del desarrollo humano que no esté vinculado con la educación.

La sociedad civil desempeña roles fundamentales en la tarea: provee servicios en aquellos lugares o regiones donde las políticas públicas del Estado son débiles e insuficientes; es fuente de innovación al concebir permanentemente, como hoy lo he visto, nuevas ideas y prácticas para impulsar el cambio; genera nueva información e impulsa cambios en las políticas públicas.

El Compromiso Social por la Educación la libera de parámetros socioeconómicos y esto hay que entenderlo muy bien. De acuerdo a un estudio del académico Robert Putman, la participación de la sociedad es más importante que el capital financiero en el desempeño escolar. Él demostró que sin compromiso ciudadano, la calidad educativa siempre será menor sin importar los recursos económicos que se destinen para ese propósito.

La reciente reforma constitucional amplía la participación social en la educación. El compromiso ciudadano por la calidad de la educación ha consolidado su papel como promotor de la más amplia colaboración de la sociedad en la tarea educativa.

Y aquí, Marinela entre otros logros, reconocemos, por ejemplo, la organización de la Cumbre de Líderes en Acción por la Educación y esa esplendida encuesta realizada por el Instituto de Fomento e Investigación Educativa.

En el marco de esta primera sesión plenaria de 2013, quiero comunicarles el mensaje del Presidente Enrique Peña Nieto de que sepan que está cerca de ustedes y que es un aliado en la meta de lograr el desarrollo armónico e integral del individuo a través de un sistema educativo de calidad. Para lograr este fin su gobierno reconoce la contribución y el respaldo de la sociedad civil. Solo de su mano tendrá éxito la reforma educativa.

La educación es para todos los ciudadanos y sólo se logra con todos los ciudadanos. La participación en los foros para la construcción del Plan Nacional de Desarrollo ha sido muy importante para garantizar que el instrumento más relevante de planeación de las políticas públicas incluya todas las visiones.

Este ejercicio que recién llevamos a cabo en toda la República y al que ustedes nos acompañaron, permitió concluir la premisa de que la planeación, para ser considerada nacional y democrática, debe ser antes participativa y ciudadana.

El compromiso social es vital para mejorar los procesos de gestión de la educación, el involucramiento de nuevos actores en el diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas educativas, permite que toda la sociedad esté representada, otorgando una visión plural que contribuya al diseño de políticas legitimadas y sostenibles que promuevan una mayor calidad de la educación con igualdad de oportunidades.

Aplaudo la iniciativa de Compromiso Social por la Calidad de la Educación de realizar un ejercicio tan importante como lo fue la Encuesta Nacional de Educación Básica 2013, elaborada por el Instituto. Sus resultados nos permitirán entender mejor la realidad a la que se enfrentan día a día los alumnos y los maestros en nuestro país.

Felicito a Esteban Moctezuma y a Fernando Landeros, quienes a partir de hoy toman las riendas del Compromiso y a quienes les ofrezco mi más franca solidaridad en las tareas que juntos tendremos que entender.

Y agradezco a Francisco López y a Marinela que hoy concluye su notable gestión como presidenta, por su desempeño. Gracias a su liderazgo y a su alto sentido de responsabilidad, este Compromiso se ha convertido en un motor de la participación social y es, sin duda alguna, referente en cuanto a la manera de conjuntar a todos los actores en pro de un mismo objetivo: educar.

El compromiso social es el gran principio sobre el que se deben asentar las políticas educativas. Es el elemento clave para mejorar la sociedad, no puede hacerse de otra manera, necesitamos conjuntar gobierno y sociedad, juntos debemos trabajar por consolidar un gran movimiento nacional que impulse el proceso de transformación que el país necesita.

Los invito, como lo ha hecho desde el primer día de su gobierno el Presidente de la República, a que juntos, todos, inundemos a México con educación de calidad. Muchas Gracias.