La Paz, Baja California Sur, a 6 de junio de 2014

Saludo con respeto al señor gobernador del estado de Baja California Sur y le reconozco todas y cada una de las acciones que se ha servido dispensarnos con solidaridad para la realización de este foro.

De igual manera agradezco la presencia del maestro Juan Díaz de la Torre Presidente del Consejo Nacional Sindical del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Muy especialmente mi gratitud dirigida a los señores integrantes del Consejo Asesor no sólo por el trabajo que han desempeñado a lo largo de estos meses sino por su brillante y muy importante intervención el día de hoy que será orientadora en el cambio del Modelo Educativo de la Educación Normal.

 Saludo al señor Presidente de la Comisión de la honorable LXII legislatura federal, a la señora Consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, al señor senador y a la señora presidente municipal de la paz y también a todos mis compañeros secretarios de educación de las entidades federativas.

Extiendo la más cordial bienvenida y nuestra gratitud al licenciado Pedro Montt Leiva Ex Subsecretario de Educación de la República de Chile y al doctor Samuel Lichtensztejn, Ex Ministro de Educación de Uruguay, quien también fuera embajador de su país en México.

Su asistencia distingue a este evento y confirma la importancia que lo educativo guarda en países hermanos como los nuestros.

Estimados maestros, señoras y señores:

La historia de nuestro país no puede entenderse sin la figura central del maestro, que ha sido factor de unión entre la tradición y el cambio, convirtiéndose así en el protagonista de las transformaciones sociales que hemos vivido.

Los liberales del siglo XIX propusieron difundir la instrucción pública, convencidos de que era indispensable para alcanzar su meta la igualdad entre todos. Los positivistas que les sucedieron aspiraron a fundamentar el progreso en los principios de la ciencia y el orden, mientras que los pedagogos de la Revolución Mexicana, establecieron una educación democrática, elevándola al rango de garantía constitucional.

A partir de ese momento, el normalismo se consolidó durante el siglo pasado y hasta la fecha, como la fuerza destinada a impulsar los grandes cambios del país.

Quiero recordar que aquí en Baja California Sur ha sido participe de esa larga tradición pedagógica mexicana y que bastan los nombres de los maestros Rosaura Zapata Cano y Domingo Carballo Félix, para acreditar esta presencia.

La historia y labor de centros educativos entre los que se encuentran la benemérita Escuela Normal Urbana, ha estado marcada por los rasgos de lo amplio y lo diverso. La riqueza del normalismo no sólo es una característica, sino una fortaleza de la educación en México.

En una época dinámica como la nuestra, resulta indispensable continuar con este legado mediante el ejercicio de diálogo y apertura, que nos ha permitido escuchar muchas voces vertidas a lo largo de los foros regionales, y que hoy damos cuenta de ellas en este foro nacional.

Entre las más de 6 mil propuestas recibidas, que ya fueron recibidas por los miembros del Consejo Asesor, yo encuentro 3 coincidencias muy importantes:

  1. elevar la calidad y mejorar los programas académicos de las escuelas normales.
  2. estrechar los vínculo entre estas y los planteles de educación básica.
  3. impulsar la investigación, el intercambio estudiantil y el acceso a las tecnologías de la información, la ciencia y la comunicación y el apoyo a través de becas para que nuestros jóvenes normalistas sigan estudiando.

Pocas son las profesiones como decía el maestro Juan Díaz de la Torre que impactan de manera tan decisiva al futuro de una nación como la del maestro. Es necesario sumar voluntades para que todos ellos cuenten, como lo indica la Reforma propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto, con la preparación y herramientas necesarias para brindar una educación de calidad en todos los rincones de nuestro país.

Diversos especialistas, así como la experiencia internacional, nos dicen que los sistemas educativos con mejor desempeño en el mundo, tienen la particularidad de saber atraer a las personas más aptas para ejercer la docencia y de prepararlas continuamente para ser verdaderos agentes de cambio en su entorno social.

No hay duda, como decía también el maestro Juan Díaz, ser profesor requiere una alta dosis de vocación, pero todavía más, los investigadores más destacados reconocen la importancia del docente, su compromiso y motivación, como uno de los factores que tiene mayor impacto en el desempeño de los estudiantes. De ahí la importancia, que se ha señalado en estos foros, de reflexionar en torno al perfil de ingreso de los futuros maestros.

Deseamos profesores comprometidos con su misión, que a lo largo de su vida mantengan el impulso por descubrir y perfeccionar sus potencialidades y las de sus alumnos, profesores con derechos íntegros, que les corresponden por su propio trabajo y la importancia de este en la sociedad, maestros que formen personas y en los que la educación sea instrumento de la redención de la necesidad y del extravío en el que muchas veces nos encontramos como seres humanos.

La Reforma Educativa tiene entre sus principales objetivos la dignificación de la labor magisterial, al garantizar que los maestros sean quienes cumplan la honorable tarea de educar a las nuevas generaciones.

Una educación de calidad para todos los normalistas, debe incluir como aquí se ha dicho nuevos y variados enfoques pedagógicos y sociológicos. El neurocientífico Kurt W. Fisher, señala la necesidad de relacionar de manera más explícita la educación con los procesos cognitivos de aprendizaje. Si queremos enseñar mejor, debemos entender mejor los métodos por los cuales nuestros estudiantes aprenden.

Consideramos necesario fortalecer la relación entre las Escuelas Normales y la realidad. Los maestros deben sustentar su labor en la vinculación como aquí se ha repetido varias veces de la teoría con la práctica. Sólo así podrán enfrentar la complejidad de su tarea y enriquecer su aprendizaje por medio de la observación.

Las Escuelas Normales deben seguir asumiendo un rol activo para impulsar el cambio desde el interior. Queremos favorecer que los estudiantes y docentes reflexionen y generen investigaciones sobre formas novedosas de abordar contenidos y facilitar la adquisición de conocimientos.

De este modo, la misión de las escuelas normales no debe terminar cuando el alumno se gradúa; deben ser instituciones de puertas abiertas, que fomenten la continua actualización del magisterio

Buscamos la modernización de las aulas y la consolidación de una generación de profesores y estudiantes que dominen las herramientas digitales, el conocimiento de la tecnología sino también que desarrollen un espíritu humanista propio de la instrucción normal.

Hoy celebro que concluyamos una fase cuyos ingredientes esenciales fueron el diálogo y la apertura. Ese es el punto de partida de un nuevo capítulo en la historia del normalismo mexicano.

A los maestros les refrendo mi reconocimiento, ningún proyecto en la enseñanza puede emprenderse a espaldas de ellos, ni mucho menos contrariando sus derechos, sus conquistas en lo individual y en lo sindical, pero quisiera terminar diciendo que no puede haber una innovación académica si no existe un esfuerzo social organizado para cambiar las prácticas poco efectivas de la enseñanza, nos compete a todos no sólo a los maestros para entrar en la conciencia y propiciar el agregado de la experiencia de maestros y alumnos no basta con proponer nuevos modelos, no bastan los foros, no basta simplemente teorizar sobre el maestro ideal al que aspiramos en el futuro, es necesario a diario vencer inercias y abatir resistencias. No olvidemos que el maestro sin el pedagogo corre el riesgo de caer en la oquedad, el investigador sin el maestro está expuesto al cultivo intelectual estéril y la autoridad sin saber escuchar las voces de todos condena su política educativa al fracaso.

Es momento de construir desde la educación un México más justo y equitativo, es momento de aprender las distintas vocaciones del magisterio para que no se limiten únicamente a enseñar sino a emancipar a la sociedad de la necesidad creando seres humanos libres capaces de desplegar a diario el respeto y la solidaridad con los demás y sobre todo a fin de cuentas por sobre todo que les enseñe a aprender a vivir y a convivir.

Muchísimas gracias.