México, D. F., a 24 de febrero de 2014.

Estimado Fernando; Señor Secretario de Relaciones Exteriores, distinguido Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, señor Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, señor Rector, señoras y señores.

Fernando Solana es un humanista convencido y actuante, que crea en el hombre como origen y término de toda su actividad política. Su filosofía ni es utopía, ni es pragmatismo, es el ideal conjugado con el sentido de lo concreto.

Por esta razón, sus pasiones han sido la educación y la diplomacia, altas expresiones del espíritu civilizador del ser humano.

Tras años de experiencia como catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que fuera Secretario General; desde la trinchera pública, planteó a la educación como un problema de supervivencia histórica para México.

Su fecundidad académica, no terminó al incorporarse al sector público, Fernando continuó publicando obras que siguen siendo consulta obligada para todos los que nos dedicamos al servicio público de la enseñanza, como su “Historia de la educación pública en México”.

En sus palabras, ésta es un relato sobre las luchas más calladas y apasionantes en las que han persistido durante siglos los mexicanos, en las que han avanzado en la construcción de una nación más independiente, justa y democrática.

El periodo que abarca dicho texto, concluye en 1976, justo un año antes de que se hiciera cargo por primera vez de la Secretaría de Educación Pública. Sin embargo, la historia ha continuado y se ha escrito gracias al alfabeto que don Fernando Solana construyó, en instituciones que aún subsisten.

Al ver que un alto número de mexicanos veían limitadas sus oportunidades para mejorar su calidad de vida, por no haber tenido acceso o no haber concluido su formación básica, fue artífice del establecimiento del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos.

A Solana le debemos también la creación del Consejo Nacional de Educación Profesional Técnica o CONALEP, como lo conocemos familiarmente, que se sumó a la Academia de San Carlos y al Seminario de Minería, en la fragua de la enseñanza técnica en México, como él mismo escribió.

Gracias a su visión, actualmente existen más de 300 mil alumnos que se forman integralmente y se preparan en y para el trabajo.

La Universidad Pedagógica Nacional es también creación del espíritu universitario de Solana, al fundarla, entendió que una educación de calidad sólo puede lograrse con los mejores maestros. Por tal motivo, un año después, impulsó el establecimiento del Consejo Nacional Consultivo de la Educación Normal.

La conclusión de que México requiere de mejores profesores para elevar la calidad de la enseñanza, es hoy compartida. La Reforma Educativa pretende transformar la instrucción en nuestro país, elevando la consideración social de los docentes, y Fernando, para la Reforma, ha sido un asesor de invaluable aprecio.

Como sembrador de instituciones y amante de la independencia, Fernando impulsó el concepto de autonomía universitaria, garantía de libertad  básica para el desarrollo intelectual del país fuese incluido en el texto constitucional, tema que sigue siendo crucial en esta era del conocimiento.

El mejor homenaje para alguien que ha pugnado toda su vida por la formación de sus semejantes, es educar. Por esta razón, el Instituto Matías Romero ha acertado al establecer una cátedra que lleva su nombre, pues construir la educación de quienes serán los encargados de representar a México fuera de sus fronteras, permitirá prolongar el legado de uno de los más fieles intérpretes del espíritu nacional.

Hoy, hemos retomado la ruta que impulsó don Fernando, estamos moviendo al país a través de la responsabilidad global, pero sin dejar de lado el único proceso de cambio social contundente: el de dotar de una educación de calidad con equidad a todos.

Fernando, como escribiste hace 32 años, en la Secretaría de Educación Pública, seguimos trabajando con la convicción que tú mismo nos dejaste como legado.

“México –dijiste- llegará tan lejos como llegue la educación.

Gracias.