México, D. F., a 18 de febrero de 2014.

Señor Presidente Nacional para la Cultura y las Artes, señora Directora General del Instituto de Bellas Artes, señora Senadora Blanca Alcalá, señora Diputada, querida Sonia, Don José Carreño Carlón, señor Ricardo Cayuela, Don Fausto Serón, señoras y señores.

En nocturno a San Ildefonso, uno de sus más célebres y bellos poemas, Octavio Paz describió su vocación a la luz de sus experiencias y aprendizajes: “entre el hacer y el ver, la acción o la contemplación, escogí el acto de palabras: hacerlas, habitarlas, dar ojos al lenguaje”.

La fidelidad a esta revelación marcó la vida de Paz. su entrega a la palabra fue la del artista del lenguaje y la del humanista que concibió a la poesía como una tarea permanente de encuentro, de comunión que, como Teseo en el laberinto, se guía de la voz para descubrir el misterio humano, que es el mismo del mundo.

Hoy, nos reconocemos en esta misión de Octavio Paz, que es descubrir a través de una fraternidad provocada por el arte, nuestra propia identidad en el encuentro de la diversidad.

Si el universo es un tejido vivo de afinidades y oposiciones, la labor del escritor es pedagógica, al mostrarnos que el poema es un modelo de lo que podría ser la sociedad humana, pues cada uno es una lección práctica de armonía y de concordia, como describió el centenario Octavio.

Decía el poeta que su obra debía ser vista como una profesión de fe, más que una descripción y menos que una profecía. Esa certeza por la libertad bajo palabra, nos habla a las generaciones que atesoramos su genio, sea desde aquellas primeras imágenes del abuelo Irineo o de la Higuera en Mixcoac, hasta las más lejanas visiones de la India y del Japón.

Celebramos el centenario de Octavio Paz pensando en aquella frase del chileno Hernán Lavín Cerda: “los poetas no mueren, sólo se alejan”. No puede ser de otra forma, a un escritor sólo lo poseemos el tiempo que dura cualquiera de sus poemas.

Por tal motivo, felicito la labor que han realizado el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Fondo Nacional de Cultura Económica, el canal 22, el Senado de la República, la Cámara de Diputados y el Colegio Nacional, quienes harán de esta efeméride no sólo una fiesta del pensamiento sino, sobre todo, una invitación a continuar leyendo y discutiendo al nobel mexicano.

Asimismo, agradezco muy especialmente a Marie Jo Paz por su generosidad y apertura, quien ha participado muy activamente con sus ideas, las cuales han enriquecido significativamente estos festejos, desde aquí le envío un cariñoso saludo.

El Presidente Enrique Peña Nieto planteó la Reforma Educativa desde un fundamento plenamente humano, que libera a través del conocimiento, pero responsabiliza a través de la solidaridad.

Siguiendo esta misma línea, el compromiso que hacemos con el legado de Paz debe ser el de educar para la libertad, para la igualdad y, sobre todo, para la solidaridad. Como pensaba el gran Octavio, la formación es “el nexo que comunica, las humaniza y las armoniza.”

Esta celebración no tiene un ánimo estatutario ni busca la entronización o el culto vano a la persona. Por el contrario, para hacerle justicia a Octavio Paz es fundamental respetar su espíritu crítico, alentar la discusión argumentada, y sobre todo, dar a conocer sus libros fomentando la lectura entre la población, particularmente entre los jóvenes, pues una obra la que se renueva y permanece viva al ser interpretada, disfrutada y discutida por las nuevas generaciones de lectores.

Leer a Octavio Paz es un placer, un privilegio de nuestro lenguaje, pero comprenderlo, discutirlo e interrogarlo es una responsabilidad que tenemos como mexicanos, ya que al entablar un diálogo con su obra, viva y centelleante, nos enfrentamos a una de las conciencias más preclaras de los últimos tiempos.

Este año lo recordamos con admiración y respeto y, ante todo, ánimo polémico, entendido como encuentro de inteligencias, sensibilidades y posturas. Su obra nos demuestra que esta idea le hubiese complacido.

Por eso la secretaría a mi cargo ordenó a la Comisión Nacional de Libro de Texto Gratuito la realización para todos los alumnos que egresan este año de la secundaria dé una antología de las obras de Octavio Paz.

En la hora de las grandes trasformaciones, nuestros grandes hombres nos examinan pero también se ponen de nuestro lado. Octavio escribió y con esto termino: “yo también, al hablarte, me vuelvo un murmullo, aire y palabras, un soplo, un fantasma que renace y vuelve a nacer en estas letras”, muchas gracias.