Lic. Emilio Chuayffet Chemor: Gracias.

Señor Director de la Oficina Regional de Educación para América Latina y El Caribe de la UNESCO.

Señores Subsecretarios, señora Directora de la Oficina de la UNESCO en México, queridos maestros, honorable Presídium, señoras y señores:

México ha sido un firme impulsor de la amistad y la cooperación entre los países del mundo, porque tenemos claro que el entendimiento recíproco de los pueblos es condición necesaria para el progreso en libertad.

Por tal motivo, junto con otras naciones, tomamos la determinación de fundar la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como una instancia internacional que actúa en el plano de la inteligencia y del espíritu con el único anhelo, como dijera su segundo Director, don Jaime Torres Bodet, de servir al hombre en su calidad esencial de hombre.

Hoy seguimos en esa ruta, tenemos confianza en el relevante papel que tiene esta Organización para formar un nuevo humanismo donde se reconcilian lo global y lo local, y a través del cual aprendemos de nuevo a construir el mundo, tal como dijo recientemente la Directora Irina Bokova.

Hemos trabajado para que la UNESCO se consolide como el Organismo que llevará a los pueblos a alcanzar un desarrollo sostenible por medio de la educación, la ciencia y la cultura.

Por esta razón, es para México un privilegio haber sido distinguido como sede de uno de los eventos regionales del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2013-2014, que acompañan el lanzamiento mundial que se realizó hace unas horas en Adís Abeba, Etiopía.

En el año 2000, más de 160 países nos comprometimos en Dakar a cumplir seis objetivos con horizonte a 2015.

México ha cumplido las metas de cobertura en educación preescolar y primaria antes del plazo y alcanzará a tiempo la meta de cobertura fijada para la secundaria.

Reconocemos; sin embargo, que existen todavía serios desafíos. Es necesario impulsar la alfabetización de adultos y resulta urgente redoblar esfuerzos para que la educación que reciban los estudiantes les dote efectivamente, de las competencias y los conocimientos que necesitan para hacer realidad sus aspiraciones, además de cerrar las brechas de aprendizaje entre niños pobres y niños ricos.

Frente a ese panorama y tomando en consideración el reclamo social, además del análisis de opiniones de expertos y experiencias internacionales, el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, determinó que la educación debía ser una prioridad en la agenda pública.

Así, emprendió una profunda transformación que más allá de la cobertura, busca garantizar a los mexicanos una enseñanza de calidad con inclusión y equidad.

Con la Reforma Educativa, el Estado Mexicano ha recuperado su rectoría en la materia. Condición indispensable para dirigir y lograr todos los cambios necesarios a favor de los niños y jóvenes, pese a los intereses de todo género y las inercias de todo origen que existen.

Otro aspecto de la reforma es que parte del reconocimiento a la figura del maestro, que no debe menguar.

La Reforma Educativa constituye un eje de fortalecimiento de la identidad nacional y de la formación de ciudadanos.

Por eso, se determinó que el ingreso al servicio y la promoción dentro de la profesión docente, así como el acceso a puestos directivos y de supervisión debían corresponder a un adecuado desempeño en méritos, garantizando además un sistema de incentivos, de acompañamiento profesional, que les permita cumplir de manera más eficiente con su noble tarea.

Pero a mí, como Secretario de Educación, me congratula escuchar, como lo hicimos todos hace unos momentos, que este Informe de Seguimiento al Programa de Educación para Todos, llega a la misma conclusión: la calidad de la educación sólo mejora cuando se apoya al magisterio, y se deteriora en el caso contrario.

A los maestros les debemos mucho. Esta convicción obliga a ser justos en el reconocimiento al papel que hoy juegan como símbolo y permanentemente como pilar de nuestro país.

Por esta razón los procesos de evaluación establecidos en la Reforma pretenden mirar al futuro de los niños y, en consecuencia, llevar a los profesionales más capacitados a las aulas.

Asimismo, y en la misma línea de la Reforma, la UNESCO también ha advertido que los maestros no pueden cargar con toda la responsabilidad, ya que existen condiciones desde el hogar mismo que deben reunirse para mejorar de manera decisiva la enseñanza, como son una adecuada infraestructura, recursos necesarios para la educación y además planes de estudio y materiales didácticos bien concebidos.

Al respecto la Secretaría a mi cargo ha iniciado los trabajos para producir una nueva generación de materiales educativos, además de impulsar programas, como Escuelas Dignas y Escuelas de Excelencia.

Para determinar si nuestro modelo educativo responde a las necesidades actuales de nuestro país y al contexto mundial en el que estamos inmersos, resulta necesario emprender una Reforma en todo este universo.

El pasado 15 de enero dimos a conocer la convocatoria para la realización de foros de discusión en los que se revisarán y actualizarán los rasgos principales y los elementos específicos de los modelos de educación básica, media superior y normal, considerando las particularidades regionales, las circunstancias locales y las aspiraciones nacionales.

México, se lo he dicho a Jorge, invita a la UNESCO a que se sume con nosotros en este ejercicio, pues requerimos, como aquí se ha demostrado, un diálogo amplio, incluyente, sustentado en la pluralidad y que escuche a todos.

La visión internacional y el intercambio de experiencias que proporcione este organismo será una invaluable riqueza para el futuro de la educación de nuestro país.

Diversos pueblos hemos emprendido reformas que buscan asegurar una mejor educación para todos. En México, en Argentina, en Chile y en Brasil, entre otros, se han presentado resistencias al cambio. No hay que negarlas, pero tampoco hay que abolir de manera pesimista los logros que se van obteniendo.

Decía un especialista en educación, un gran pedagogo brasileño, Paulo Freire, “que hay que transformar las dificultades en posibilidades”, como nos lo recuerda este salón Hispanoamericano, sólo podremos enfrentar nuestras dificultades en unidad, producto de nuestras coincidencias históricas fundamentales.

Pocos lo dirían mejor que un mexicano universal al que especialmente en este año recordamos por el centenario de su nacimiento: Octavio Paz. Todas nuestras empresas y acciones --decía Paz--, todo lo que hacemos y soñamos, son puentes para romper la separación y unirnos al mundo y a nuestros semejantes.

Muchas gracias y enhorabuena.