Palabras de Otto Granados – Ceremonia por el inicio del ciclo escolar 2018-2019

Fecha de publicación:
20 de agosto de 2018

Sinopsis


Secretaría de Educación Pública Gobierno de la República.

Presentador: El secretario de Educación Pública hará entrega de Libros de Texto Gratuito a dos alumnos del primer grado, dos alumnos del segundo grado y dos alumnos del tercer grado de educación primaria.

Reciben Luna Valeria López Colín, alumna del primer grado.

Mateo Alesandro Villafuerte Vázquez, alumno del primer grado.

Daphne Medina Hernández, alumna del segundo grado.

Emiliano Domínguez González, alumno del segundo grado.

Fatima Donají Hernández Fernández, alumna del tercer grado.

Finalmente, Abdiel Didier Ramos Abad, alumno del tercer grado.

Brindamos a estos alumnos un fuerte aplauso, al igual que a todos los alumnos del país que hoy inician el ciclo escolar, deseándoles a todos el mayor de los éxitos.

Otto Granados Roldán, secretario de Educación Pública: Ha caído una feliz coincidencia que, a unos cuantos días de haber tenido yo la oportunidad de visitar esta escuela, hace un par de semanas tal vez, el presidente Enrique Peña Nieto la haya elegido para inaugurar el ciclo escolar 2018-2019 y que, en ese sentido, me haya encomendado el alto honor de representarlo esta tarde.

Coincidencia sí, pero no casualidad, porque estamos no sólo en una de las mejores escuelas del país, sino también en una institución emblemática del esfuerzo histórico que México ha realizado en el campo educativo.

Hoy, casi 26 millones alumnos de educación básica inician clases en toda la geografía nacional; hoy inicia la primera fase de aplicación de los planes y programas de estudio del Nuevo Modelo Educativo, uno de los pilares fundamentales de la Reforma Educativa; hoy, se realiza la última ceremonia de esta naturaleza en el gobierno del presidente Peña Nieto.

Por lo tanto, se impone hacer un contraste entre los objetivos que se propuso la Reforma, mejores maestros, mejores escuelas, mejores contenidos y mejores logros de aprendizaje, y las metas alcanzadas seis años después.

Suele decirse que todo el mundo tiene derecho a su propia opinión, pero la realidad es, los datos y los hechos suelen ser únicos. Vamos a ellos: antes, teníamos un sistema opaco, corporativo de ingreso, promoción y permanencia en la docencia. Hoy, tenemos un sistema claro, transparente, verificable y basado en el mérito y en el esfuerzo que lo han construido un millón 520 mil maestros participantes en los distintos procesos del Servicio Profesional Docente.

Antes, había que transitar por prácticas llamémosle atípicas para acceder a una plaza o una promoción. Hoy, 206 mil maestros ya obtuvieron su plaza o su ascenso exclusivamente por ellos mismos, por sus méritos y por su participación exitosa en los concursos correspondientes.

Antes, al inicio de la Reforma, en el promedio de los cinco estados con más alto desempeño, incluida la Ciudad de México, apenas el 52 por ciento de los participantes en los cursos de oposición lograban el resultado llamado Idóneo. Hoy, lo alcanza el 70 por ciento.

Antes, no había un sistema profesional, moderno para evaluar la calidad y la capacidad de los maestros. Hoy, el 60 por ciento de los maestros en la educación básica obtienen los resultados de Bueno y Destacado, que son los más altos por nivel de desempeño, y 72 mil maestros reciben por ese resultado algún tipo de incentivo adicional.

Antes, teníamos un mapa curricular que los vertiginosos cambios en el mundo del conocimiento y de la pedagogía volvieron obsoleto. Hoy, tenemos un Nuevo Modelo Educativo y un nuevo currículo que buscan hacer crecer integralmente a los alumnos tanto en su desarrollo intelectual como físico, artístico y emocional, sobre la base de la formación académica, del desarrollo personal, de la educación socioemocional y de la autonomía curricular, una de las mayores innovaciones que encontrarán los alumnos y los padres de familia en este nuevo ciclo escolar.

Antes teníamos 6 mil 700 Escuelas de Tiempo Completo. Hoy, tenemos más de 25 mil, y son las que están mostrando el desempeño más alto en todos los indicadores.

Antes, había un conjunto de acciones dispersas para mejorar el estado físico de las escuelas en el que se invirtieron poco más de 22 mil millones de pesos en los dos sexenios anteriores.  Hoy, hay un programa debidamente organizado en el que se habrán invertido 139 mil millones de pesos en todo el sexenio; la cifra más alta en 50 años, según reporta el informe anual del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Antes, la cobertura en la media superior alcanzaba 65.9 por ciento. Hoy, llegamos casi al 86 por ciento incluyendo las diversas modalidades.

Antes, la tasa de analfabetismo era de 6.5 por ciento. Hoy, se redujo al 4.2 por ciento. Antes, en las pruebas utilizadas para evaluar los logros de aprendizaje, los resultados prácticamente no se movían. Hoy, los alumnos empiezan a mostrar mejores logros de aprendizaje en la prueba PLANEA, por ejemplo, donde 11 estados incrementaron su puntaje promedio en Lenguaje y comunicación y 18 en Matemáticas.

Reitero, todo el mundo tiene derecho a su propia opinión, pero no a sus propios hechos, a sus propios números o sus propias realidades, y estos son tan solo algunos de los que se han alcanzado gracias precisamente a la Reforma Educativa.

Hace unos cuantos días, cuando visité esta escuela les pregunté a los maestros que estaban en la sesión del Consejo Técnico Escolar qué mensaje querían que me llevara.   Una de ellas me contestó, me dijo: “Llévese secretario un mensaje central para nosotras: la importancia de apreciar y revalorar aún más la profesión docente”. Tenía toda la razón.

En los logros de la Reforma que acabo de mencionar, que acabo de enunciar, los grandes protagonistas han sido los maestros, los niños y los padres de familia, nadie más.

Queridas maestras, queridos maestros, padres de familia y alumnos.

Como en toda política pública y más en educación, hay muchas metas y más objetivos por lograr, pero nadie puede negar que, al menos en los últimos 60 años, a juicio de propios y extraños, esta ha sido la Reforma Educativa más importante que se ha realizado en México. Estas son las realidades de una Reforma cuyo peso moral, político, pedagógico y ético, no se pueden negar y porque en ellas está depositada la esperanza de que millones de niños y jóvenes alcancen su máximo potencial y tengan una vida buena.

Celebremos, pues, con el mayor entusiasmo, dedicación y compromiso el inicio de este nuevo ciclo escolar, muy seguros de que hicimos lo que teníamos que hacer y que lo hicimos muy bien.

Termino agradeciendo muchísimo, como creo interpretar el agradecimiento de mis dos antecesores, de los dos secretarios que me antecedieron en este cargo, la enorme oportunidad que nos dio el presidente Peña a los tres de servirle a la educación y de servirle al país con convicción, con entrega y con honestidad.

Muchas gracias.

Secretaría de Educación Pública Gobierno de la República.


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