Apatzingán, Michoacán
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Muy querido señor gobernador del estado de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo.

Muy distinguido señor presidente municipal, César Chávez.

Muy estimadas y estimados amigos y colegas; los secretarios de Educación y de Cultura del estado de Michoacán.

Muy querido Pepe Carreño, director general del Fondo de Cultura Económica.

Una de las desventajas que se tiene de hablar al final, después de haber oído discursos tan conceptuosos, es que ya lo que la gente quiere son pocas palabras.

Y en ese sentido, quiero recordar, quiero compartirles a ustedes algo que me decía mi madre cuando yo tenía la edad de Gilberto que está aquí, pues me paraba hablar. Entonces mi mamá me decía, señor gobernador, te doy tres consejos: primero, párate bien para que te vean; segundo habla claro para que te entiendan; y tercero, cállate pronto para que te aplaudan.

Entonces voy a tratar de seguir, por lo menos, un par de consejos para decirles que es un enorme gusto estar aquí esta tarde en Apatzingán en un acto que tiene una enorme significación.

La primera de ellas, se ha dicho aquí ya de manera muy puntual, es el haber podido establecer un ejercicio, un trabajo de coordinación y de colaboración muy importante con el gobierno estatal y con el gobierno municipal para sacar adelante este proyecto.

Este proyecto tiene ciertamente en su origen, así lo concibió el presidente Peña Nieto, tiene su origen, el sentido, la misión de convertirse en efecto en un vehículo mediante el cual, la cultura sirva para la regeneración del tejido social.

Para fortalecer el sentido de comunidad, para dotar de sentido a la cultura como un elemento cotidiano de vida, de libertad, de creatividad y de desarrollo.

Así que el venir hoy a acompañarlos y atestiguar la maravilla que es este centro cultural. Realmente es un enorme gusto para mí. El director general del Fondo de Cultura Económica que fue él y su equipo, la bujía más importante para sacarlo, me lo había platicado ya, me lo ha descrito varias veces. Había visto unas fotografías, pero verlo ya en vivo, trabajando con estas maravillosas instalaciones, con un diseño tan bonito como el que lograron aquí con este auténtico rescate arquitectónico también es mucho más de lo que yo me esperaba, la verdad.

Así que es un gusto estar aquí, esta tarde por esa razón en primerísimo lugar. Estoy seguro de que la comunidad lo asumirá como propio, porque es un bien público, es un patrimonio de la comunidad de Apatzingán y alrededores.

Y en este sentido, estoy seguro que seguirá contando con todo el apoyo de la presidencia municipal como lo ha hecho con tanto entusiasmo y entrega César Chávez, del gobierno del estado, de quienes vengan por delante porque es un proyecto que realmente vale la pena cuidar, utilizar, aprovechar.

No sé cuál vaya a ser el destino que le depare la vida a Gilberto, que está aquí, o a María Fernanda, que están aquí, pero seguramente cualquiera que sea el destino que tengan a lo largo de su vida, van a recordar centralmente lo que este centro cultural les pudo haber aportado para su desarrollo intelectual, su desarrollo espiritual.

Y eso me parece que tiene un enorme valor que te tenemos que cuidar. En segundo lugar, déjenme contarles que hemos tenido con el gobernador, Aureoles a lo largo de estos años una extraordinaria colaboración.

Es un gusto trabajar con él, es un gusto trabajar con su equipo, con Silvia, con Alberto Frutis, en distintos proyectos que han ido llevando con el gobierno de la República, pero muy en particular, que es lo que a mí me corresponde, nos ha correspondido estos años, el gran proyecto de sacar adelante la Reforma Educativa mexicana.

Es una reforma que como un país tan heterogéneo como somos en México, también tiene distintas velocidades y distintos componentes.

En algunos casos, con algunas características, en otros diferentes. En el caso de Michoacán, era ciertamente para el gobierno federal, para el gobierno de Silvano Aureoles, un reto mayúsculo, un desafío mayúsculo poder empezar a implementar la Reforma Educativa en el estado.

Por una razón muy sencilla: porque y este fue un compromiso del gobernador el hecho de que como él lo recordó, Michoacán tuviera indicadores digamos de los más bajos en la lista nacional.

Era más que un problema, una enorme área de oportunidades, él lo ha sabido hacer con enorme organización, con enorme decisión junto con su equipo de la Secretaría de Educación. Y eso nos hace sentir, alimentar, una enorme confianza de que Michoacán va en la dirección correcta para tener, para ofrecerles a estos niños que son usuarios ahora de este centro cultural o que son usuarios del servicio educativo, una expectativa de vida muchísimo mejor porque se la merecen y porque es nuestra obligación como autoridades de los tres niveles de gobierno, ofrecerles a ellos las mejores herramientas para que salgan adelante, para que les vaya bien, para que tengan un buen trabajo, para que sean felices para que se sientan cada vez más seguros.

De tal manera que si la educación es, que si la educación importa, entonces la cuestión relevante es a ver si está Reforma Educativa responderá a los retos que va a enfrentar Michoacán y México a lo largo del siglo XXI y, por lo tanto, esto nos hace pensar y estar convencidos de que consolidar su ejecución y defenderla frente al oportunismo, frente a la demagogia, ya sea electoral o mediática, es una alta prioridad.

La respuesta en este caso es categóricamente afirmativa, porque tenemos que tener conciencia colectiva de que para ofrecerles a estos niños y a estos jóvenes esas herramientas, tenemos que ofrecerles una educación de gran calidad, de una enorme calidad.

La reforma educativa ciertamente de estos años ha despertado un interés muy legítimo, un interés público muy legítimo, aunque podemos ya cuantificar sus avances concretos, aquí citó algunos el señor gobernador, los mayores éxitos de esta reforma, que es una reforma de todos, se irán registrando en los próximos años en la medida en que su implementación, su instrumentación sigan con mayor, con igual o con mayor energía, y eso va a depender de todos, de una constelación de actores porque al final del día la educación, como la cultura, son bienes públicos y nos corresponde a todos preservarla como tal.

Quizás en Michoacán y en otros estados, y quizás las generaciones muy jóvenes, tal vez, no lo recuerden, pero seamos sinceros, al final del día la historia de la política, de la Reforma Educativa, lo que refleja es una enorme acumulación de esfuerzos colectivos orientados por décadas a la inclusión de un mayor número de mexicanos, pero también admitamos que por muchos años vivimos en materia educativa entre la simulación, la inercia y la frustración.

Se escolarizaba, señor gobernador, pero no se educaba, los arreglos políticos desplazaron a la calidad, el clientelismo sustituyó al mérito, los intereses corporativos suplantaron al interés público, el efectismo del corto plazo impidió la eficacia de largo plazo y la simulación se volvió lo normal.

Se otorgaron grados, pero no formación, que es lo que se espera de una educación verdadera; se sabían alternativas y soluciones, pero muchos descartaron por su nivel de complejidad política, institucional o técnica

Varios gobiernos en el pasado tal vez quisieron, pero no pudieron o no supieron, impulsar una reforma a fondo, sencillamente porque no tuvieron la voluntad necesaria o porque se toparon con lógicas que rehuyeron el natural conflicto o simplemente eligieron la comodidad de la inercia.

No es una coincidencia que justo ahora, en una coyuntura como la nuestra, hayan reaparecido varios de los causantes de la crisis educativa del pasado, buscando recuperar el territorio que fue suyo hasta hace no muchos años.

Y esa es justamente la intención de quienes se han manifestado ya abiertamente: su objetivo de echar abajo la reforma, de cancelarla, de enterrarla, porque su meta es volver a los viejos privilegios y a las viejas clientelas donde todo tenía un precio, donde todo se heredaba, donde todo importaba menos el derecho de los niños, de estos niños a una educación de calidad.

Por lo tanto nos corresponde, como sociedad, exigirles que lo digan sin disimulo: lo que quieren es acabar con la Reforma Educativa porque quieren impedirle a los maestros su derecho a una carrera docente basada en su mérito y en su esfuerzo.

Porque quieren negarles el derecho a ejercer su libertad; porque quieren suspenderle los incentivos que se han ganado legítimamente con su desempeño; porque quieren condenar, así de simple, porque quieren condenar a los niños a una mala educación.

Por eso defender la Reforma Educativa es un imperativo social, es un imperativo moral, es un imperativo político y a todos nos corresponde defenderla en este sentido.

Por lo tanto señor gobernador, si, retomando sus propias palabras, si unimos la educación y la cultura yo estoy absolutamente seguro de que el futuro que le espera a las niñas y a los niños de Apatzingán, y las niñas y a los niños de Michoacán, y a las niñas y los niños de México, va a ser muchísimo más promisorio, mucho más robusto, mucho más seguro, si sabemos defender lo que hasta ahora entre todos hemos conseguido, como la Reforma Educativa o como ahora lo podemos ver aquí físicamente un maravilloso centro cultural como lo es La Estación de Apatzingán.

Nuevamente le manifiesto, señor gobernador nuestro enorme compromiso, así me lo pidió el presidente Peña Nieto, de decirle que usted y su gobierno en el estado de Michoacán seguirán contando con todo el respaldo de la federación, con todo el respaldo del gobierno de la República. Este es un testimonio fiel, fehaciente, plano, lo podemos ver, lo podemos sentir, lo podemos tocar, pero habrá muchas cosas con las que seguiremos trabajando de la mano con Michoacán y su gobierno, con su gobierno estatal.

Muchas Gracias

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Mensaje del secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldán