En América Latina y el Caribe se ha venido trabajando de manera fehaciente en la incorporación de la perspectiva de género en la información estadística de los países de la región, con el propósito de alcanzar la igualdad sustantiva1 entre mujeres y hombres, así como garantizar el pleno ejercicio de sus derechos humanos.

Estas acciones responden a los compromisos internacionales establecidos en la Convención sobre todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, 1989), en la Plataforma de Acción de Beijing, especialmente en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará, 1994).

México forma parte de los países que han adoptado estos tratados y se han tenido avances relevantes. En materia jurídica, se aprobó la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006) y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007). En materia de planeación y presupuesto durante el 2012, se incorporó la perspectiva de género a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y a la Ley General de Planeación.

En el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND) y el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres 2013-2018 (PROIGUALDAD), se plantea contar con políticas, programas y presupuestos diseñados con perspectiva de género, los cuales a su vez deben estar alineados y articulados entre sí.

En el ámbito estadístico, se ha logrado avanzar en la incorporación de la perspectiva de género en distintas áreas como, la desagregación por sexo de la estadística de interés nacional, la medición del trabajo no remunerado, la medición del uso del tiempo y la medición de la violencia contra las mujeres. Estas acciones contribuyen a visibilizar. Es el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales (Artículo -5V, LGIMH, 2006). Véase anexo l, Glosario de términos. las brechas de género entre mujeres y hombres en la asignación de roles, la reproducción de estereotipos de género, asignación de tareas y responsabilidades según el sexo de la persona, entre otros fenómenos.

Aunado a estos compromisos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) a mediados de la década de los noventa, incorpora a sus registros administrativos (Formato 911) la variable sexo, con el propósito de poder medir la brecha de género entre las mujeres y los hombres en el ámbito educativo.

En la actualidad, el Programa Sectorial de Educación 2013-2018 (PSE), establece dos estrategias para alcanzar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en el sector educativo, las cuales favorecen el respeto a los derechos humanos, la igualdad de género, la tolerancia, la no discriminación y el cumplimiento absoluto del principio de interés superior de la niñez y la adolescencia. Para cumplir con este propósito, se hace indispensable contar con información estadística educativa con perspectiva de género, la cual permita a su vez enfocar el diseño de políticas, planificar y evaluar el Sistema Educativo Nacional (SEN). Es por ello que desde la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, a través de la Dirección General de Planeación y Estadística Educativa y la Dirección General Adjunta de Igualdad de Género, se ha venido trabajando en la incorporación de esta perspectiva en la estadística oficial, mediante acciones como la presentación de la información desagregada por sexo y con mayor desglose geográfico. Cabe resaltar que México, como parte de los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas, aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual contiene un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en todos ellos y las metas que los componen, se prioriza la Igualdad de Género y los Derechos Humanos, situación que presenta un reto a todos los productores de información estadística.

 Para continuar con el impulso de este trabajo y contribuir al logro de los desafíos que se enfrentarán en la materia, la Dirección General Adjunta de Igualdad de Género, durante 2014 y lo que va de 2015, analizó la estadística educativa con una perspectiva de género, revisando desde el proceso de generación de información, hasta su publicación.
 
El resultado de dicha labor, deriva en el presente documento La incorporación de la perspectiva de género en la estadística educativa. Documento orientador, a través del cual se espera fortalecer las capacidades de las y los servidores públicos del sector educativo, que en el marco de sus atribuciones, tienen la tarea de participar en el diseño de los instrumentos de captación, en el levantamiento o recolección de los datos, en la fase de procesamiento, en el análisis y elaboración de diagnósticos, así como en la difusión y publicación de resultados, para que cuenten con elementos de conocimiento que les permita incorporar la perspectiva de género al trabajo que realizan. 

Así mismo, está dirigido a usuarios(as), evaluadores(as) y analistas de información educativa, con la intención de coadyuvar en el diseño de políticas educativas que garanticen la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en el acceso, permanencia y terminación oportuna de sus estudios. 

Lic. Otto Granados Roldán. Subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas

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