El edificio de la Secretaría de Educación Pública presentaba en los muros de los corredores muy pocas posibilidades para el desarrollo de un decorado pictórico, dadas su distribución y proporciones pues siendo el ancho de los corredores insuficiente para ofrecer punto de vista para una pintura de escala medianamente monumental, había que trabajar teniendo en cuenta el punto de vista de conjunto (único que por lo demás es sostenible en la gran decoración), y en tales condiciones, las superficies pintables, no tenían visibilidad desde los ejes del patio, así es que el pintor hubo de componer su decoración con las diagonales; además el estilo neorromano bastardo mezclado de una especie de renacimiento francés, por momentos, y otras veces tan sólo a la total carencia de proporción y estilo, impidieron poder desarrollar en la pintura, las búsquedas de expresión genuina, no sólo en los temas sino en lo más intrínseco de la obra, como el autor hubiera querido poder hacer; sin embargo, desde los anteriores límites se planearon las decoraciones del primer patio y la escalera, en forma de traducir por plástica los motivos y el tema algo que fuera del pueblo a quien la obra estaba destinada; en tales condiciones compuso el pintor la decoración de este edifico procurando ahondar en sí mismo, eliminando día por día algo de aquello que no le era realmente propio, ya que si lograba una expresión más o menos completa, pero totalmente verdadera de él esto llenaría el objeto a que aspiraba, puesto que él es una unidad idéntica a las miles que forman la masa trabajadora mexicana: el artista no tuvo que ponerse en una postura espiritual o filosófica, menos aún colocarse en un plano político, sino simplemente escuchar su más hondo sentir idéntico al de todos sus compañeros.
 
Si el autor habla de los anteriores, es porque considera, dentro de la entidad mexicana, su trabajo, como una obra revolucionaria, y le es preciso puntualizar en qué forma la considera así: los temas y el plan general de la decoración de la Secretaría de Educación y de la Escuela Nacional de Agricultura, corresponden naturalmente a una mentalidad revolucionaria, pero la labor plástica es revolucionaria no gracias a esos temas, sino que los temas sirven a su sentido profundo; hay que precisar algo más: si el pintor es revolucionario, es decir, identificado a la parte de humanidad que representa el polo positivo en ese gran fenómeno biológico que todos llamamos revolución, o más bien dicho, si es un trabajador en el más amplio sentido de clase y de acción, cualquier cosa que él haga como buen artesano, es decir, sinceramente, será forzosamente una expresión revolucionaria, no importa el tema; si un pintor, en las anteriores condiciones pinta un retrato o un ramo de flores, las dos pinturas serán pinturas revolucionarias, y si un pintor burgués pinta un cuadro o ejecuta una decoración que represente la apoteosis de la revolución social, a pesar de todo no habrá hecho una pintura revolucionaria, a pesar de comentar milagros.
 
Siendo la Secretaría de Educación Pública, más que ningún otro edificio público, el edificio del Pueblo, el tema de su decoración no podía ser otro más que la vida de ese mismo pueblo; trató el pintor de condensar ese tema y ordenarlo de acuerdo con la arquitectura que decora. Lo dividió así: Patio del trabajo, patio de las fiestas, y en la escalera expresó la evolución del paisaje desde el nivel del mar - tropical - , hasta la mesa central - nieves perpetuas - . El tema central de la decoración de la escalera es el agua, el mar, la evaporación, las nubes que empuja contra las vertientes el viento cálido, la lluvia fecundante, la tempestad, la nieve, el deshielo, y el agua que corre, refrescando las tierras calientes, hasta volver al mar, su origen, paralelamente al movimiento del paisaje, expresó el pintor la evolución del pueblo, comunicando así los tres planos en que el piso bajo entresuelo y piso superior dividían la decoración de los patios. En el piso bajo del primero de ellos están representadas, en los ángulos, las industrias básicas de la región mexicana - lado sur, cultivo de la caña y elaboración del azúcar, tintorería y tejidos; lado del centro, minería de la plata y el oro, cultivo del trigo y el maíz, alfarería; lado norte, minería y elaboración del hierro y pastoreo -. En los ejes del patio - puerta de acceso al escenario, puerta de acceso a la escalera y centro del lado correspondiente a la fachada - se colocaron tres alegorías: las mujeres y los frutos, el abrazo del campesino y el obrero y la liberación del peón y la reconstrucción - la maestra rural -. En el entresuelo, por su dimensión achaparrada y lo raquítico de las mochetas de sus innumerables puertas, no era posible el empleo del color, que hubiera debilitado la idea de resistencia y viabilidad del edificio, así es que se empleó la grisalla en falso bajorrelieve, acordándose al tono gris y la posición intermedia del entresuelo, se tomó como tema las actividades intelectuales; y en el piso superior se exaltó el color de las composiciones centrales: laso sur, imágenes de los representativos transfigurados por la muerte en la Revolución; lado norte, la trinidad revolucionaria, el Mantenedor , el Proclamador y el Distribuidor; en el centro la unión del campesino y el obrero bajo Apolo y los dones de la Agricultura y la Industria. En las composiciones coloridas trató el pintor de hacer algo que sugiriera como la luz o la llama de la actividad, el esfuerzo y la aspiración de los trabajadores. En los ángulo, para no debilitar la idea arquitectónica de resistencia, representó en grandes bajorrelieves las artes, actividades que unen en ellas el trabajo y la fiesta.

El patio de las fiestas habíase decidido en un principio que fuera pintado por los compañeros del que ha escrito esto: empezaron a emplearse en tal labor, Jean Charlot, Amado de la Cueva y Xavier Guerrero; desgraciadamente la unidad ya de suyo terriblemente difícil de conseguir en una obra vasta, no se vio ayudada por la multiplicidad de artistas que formados bajo directivas individualistas, a pesar de toda su buena voluntad, talento y esfuerzo, no lograban mantenerse dentro de la homogeneidad, y sí tal vez sacrificaron buena parte del interés personal que individualmente hubiera podido tener su obra. Desde luego que no llegaron en ocho meses de laborar a ejecutar más que cinco tramos de muro y dos sobrepuertas, de los treinta y tres que contiene el patio; Verdad es que en su labor fueron constantemente molestados e interrumpidos para pintar en el entresuelo de ese patio la heráldica más o menos auténtica o fantasista de las entidades federativas del país por disposición del licenciado Vasconcelos.

Actualmente se ha encargado al que esto escribe la decoración de este patio de las fiestas, y de él van ejecutadas: la fiesta titular - la zandunga, danza galante tehuana -, la fiesta fúnebre - danza mortuoria yaqui -, la fiesta del maíz, - celebración de la cosecha - y, correspondiendo a los ejes del patio, las tres fiestas de la multitud: la feria y peregrinación, la dotación de tierras y la fiesta del trabajo - Primero de Mayo - en curso de ejecución. (En los tramos de muros intermedios se pintarán la fiesta de la cruz, de los albañiles, la danza religiosa, las abluciones rituales, el descanso durante la peregrinación, la fiesta de las flores, la tirada de las frutas en Tehuantepec y la quema de los judas.)

Diego Rivera

Publicado en El arquitecto, núm. 5, septiembre 1925