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En 1594, siendo Arzobispo Don Alonso Fernández de Bonilla, se funda el Convento de la Encarnación bajo la Orden de los Dominicos, uno de los nueve primeros de la Nueva España.

El Convento ocupaba un terreno de 12,500 varas cuadradas (aproximadamente 10,437.50 m2), que incluía aposentos, capillas, huertas, y su gran claustro principal. Las ocupaciones fundamentales del Convento eran la oración (se trataba de una orden contemplativa) y la enseñanza a niñas españolas y criollas. El ingreso de las niñas aspirantes se hacía previa investigación de sus cualidades y calidades, y, por supuesto, del respectivo pago de una dote 4,000.00 pesos.

Medio siglo después de su fundación, se construyó el templo de la Encarnación, gracias a una dote de 20,000.00 pesos aportada por Don Sancho Sánchez Muñón, "maestre-escuela" (maestro de obras) de la Santa Iglesia Catedral, quien murió antes de entregar totalmente dicha cantidad. Tal contrariedad obligó a detener los trabajos hasta que Don Álvaro de Lorenzana se ofreció a continuar con la obra mediante la aportación de 100,000.00 ducados. Muchos de los conventos pertenecientes a la orden las Concepcionistas fueron construidos por Cristóbal de Medina, maestro mayor de la Catedral, por lo que puede suponerse que él continuó con los trabajos de Don Sancho Sánchez

El diseño del templo estuvo a cargo del Jesuita Luis Benítez, y su primera piedra fue colocada el 1º de Diciembre de 1639. A esta ceremonia asistió el Virrey Marqués de Cadereyta "…quien por la misma mano echó las monedas que hay por costumbre en tales casos poner en los cimientos junto con papeles impresos de la época…" ( Artemio de Valle Arizpe). Asimismo, estuvieron presentes miembros de la nobleza, comunidades de religiosos y los cabildos eclesiásticos y seglar.

La construcción fue consagrada a su conclusión el 7 de marzo de 1648. Se estima que el costo total de la obra fue mayor a los 100,000.00 pesos.

En las postrimerías del siglo XVIII, debido en parte al mal estado que presentaban muchas de las áreas del convento, se construyó, bajo la dirección de Miguel Constanzó (figura de primer orden por sus conocimientos y asiduo crítico del Barroco) el claustro principal. Actualmente, es el segundo patio del edificio de la Secretaría de Educación Pública, en estilo Neoclásico. Esta fue la principal edificación en arquitectura civil de Constanzó. Las obras de remodelación terminaron en 1812.

El convento de la Encarnación estaba considerado uno de los mejores y más importantes de la ciudad por su bello y rico monasterio. El número de criadas que trabajaban a su servicio, según algunos autores de la época, excedía a las trescientas. Poseía un importante capital en bienes, de aproximadamente 85 propiedades entre grandes casas de vecindad, fincas, mesones, casas particulares y solares localizados en la misma ciudad y fuera de ella, además de varios litigios por dinero a su favor. Todo ello ascendía aproximadamente a 1' 077,191.00 pesos.

Ante la crisis generada por la guerra de Independencia, los ingresos de la iglesia se fueron debilitando y su riqueza amenazada por los intentos de Desamortización y Nacionalización que se venían dando desde 1830. Por esta razón en 1847 las monjas del Convento de la Encarnación comenzaron a vender sus casas y a retirar el dinero de sus censos, intentando con ello salvar algo de sus riquezas.

En 1856, en plena guerra de Reforma, se dictaron nuevas leyes, entre las que destaca la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, que estipulaban su expropiación sin pago alguno. Estas leyes marcaron el inicio de la desaparición de las comunidades religiosas. Con el Artículo 76 del decreto del 5 de febrero de 1861, referente a las aclaraciones a las Leyes de Desamortización, se redujo drásticamente el número de conventos de religiosas al tener que cumplirse el principio de agrupar a las monjas de una misma orden.

Ante la Invasión Francesa, el Presidente Benito Juárez, mediante su decreto del 26 de febrero de 1863, declaró la extinción en toda la República de las comunidades religiosas. Esto obligó a éstas a desocupar los edificios sin sustraer ningún objeto que no fuera de uso particular.La única excepción fue para la Orden de las Hermanas de la Caridad, por no hacer vida común y por estar consagradas al servicio de la humanidad doliente.

Las religiosas de la Encarnación pudieron regresar a su convento original el 5 de junio de 1863. Lo encontraron disminuido en su espacio por la enajenación de algunos de sus lotes. Fueron exclaustradas definitivamente en 1867.

Diversas ocupaciones del Convento de la Encarnación

En 1861 el edificio fue ocupado por el batallón de Guarda Nacional de Luevos, al que se le asignó el patio pequeño. En ese mismo año se propuso que otra parte del inmueble sirviera para alojar a la Escuela de Artes y Oficios, que ocuparía el patio central para su Galería de Pinturas y Exposiciones Agrícolas, Mineras e Industriales. Este proyecto se consumó en 1865.

En este mismo año, se aprueba el proyecto para la construcción de una cúpula o cubierta de cristal para el patio principal, con un costo total de 100,000.00 pesos. Al respecto, Ramírez Aparicio comenta en su libro Los Conventos Suprimidos en México (1861) "…está bien pensado destinarlo a las exposiciones de industria más no así el cubrirle, este patio no debe tener más cúpula que el firmamento…". Ante éste y otros comentarios similares se optó por no colocarla.

Como consecuencia de la enajenación de bienes originada por los decretos emitidos por el Presidente Juárez, varios particulares adquirieron parte del edificio, quedando distribuidos de la siguiente manera:

1861. En la esquina formada por las calles de la Encarnación y Santa Catalina de Sena (hoy Luis González Obregón y República de Argentina, respectivamente) construyó su casa Don Cosme Gómez. Posteriormente, aquí se trasladó la Lotería Nacional.  

1865. El 15 de abril el ex-convento se destina a las Exposiciones Anuales de Productos Agrícolas, Mineros e Industriales. En el resto del edificio y casas contiguas a él se estableció la Escuela de Artes y Oficios. Después se recibieron dos solicitudes para la compra de las casas adyacentes. La primera de ellas por el señor Antonio Gutiérrez, por dos casas que dan a la calle de la Perpetua. No le fueron adjudicadas. La segunda solicitud, del señor Manuel María, quien adquirió el lote comprendido entre la calle de la Encarnación, el edificio de la Lotería Nacional, y la escalera del ex-convento, en 7,237.00 pesos.

1868. En el patio principal, cuyo acceso era por la calle de la Encarnación (que antes había sido destinado a la Galería de Pinturas y Exposiciones), se instaló la Escuela de Jurisprudencia y la Escuela de Párvulos. En este mismo año, en el patio cuyo acceso era por la calle de Santa Catalina de Sena, se instaló la primera Escuela para Señoritas bajo el nombre de Escuela Secundaria de Niñas. Esta escuela se convirtió después en la Normal para Señoritas.

1881 a 1889. La casa marcada con el número 10 de la calle de la Encarnación es ocupada por Don José Felipe Calderón, quien la compró al gobierno en 1882. La vendió a Don José de Villar y Marticorena en 1887. A su vez, la Señora Dolores Prado de Heredia la compra y, posteriormente, la vende a Doña Georgina Formanto de Torres en 1889.

1890. La Escuela Normal para Señoritas se constituye como Escuela Normal de Profesoras de Instrucción Pública, dividida en la Escuela Normal propiamente dicha, la Escuela Primaria y la Escuela de Párvulos.

1894. La casa propiedad de Doña Georgina Formanto es vendida a Doña Matilde Wilson de Martín.

1900. Por decreto del entonces presidente Porfirio Díaz, el Gobierno de la República adquirió la casa marcada de Doña Matilde Wilson, con la finalidad de ampliar el edificio que ocupaba la Escuela Normal de Profesoras.

1905. La casa ocupada por la Lotería Nacional es adquirida por Doña Luz Vera Viuda de Aguilar. Posteriormente la revende al Gobierno en 72,000.00 pesos, para ampliar más la Escuela Normal de Profesoras. Con esto la Escuela llegó a ocupar la totalidad del edificio.

1918. La Escuela Normal de Profesoras de Instrucción Pública cedió su espacio a la Escuela Normal de Profesores misma que ocupó hasta 1921.

1921. El 15 de junio se iniciaron los trabajos formales de reconstrucción demoliéndose gran parte del ex-convento y las casas adyacentes para levantar el nuevo edificio que alberga hoy a la Secretaría de Educación Pública.