Año con  año,  durante cuatro días  de agosto, los miembros de la "Cofradía de San  Juan   Bautista" se  reúnen para  celebrar la fiesta de  su santo patrono. El lugar  de  la celebración, conocido como Lomas de  Bracho  está   ubicado en  las afueras de la ciudad minera  de  Zacatecas. En esta  festividad conocida como "La   Morisma",  se   reviven   batallas entre  "moros" y  "cristianos" en   una secuencia   dramática   que    en laza    a    los    participantes   con    sus    raíces comunitarias.

Fue creada  en  1824 con  tan  sólo  catorce  personas. Doce años  más tarde, se redactaron  las  Constituciones  de   la  Cofradía   de  San  Juan   Bautista  en   la parroquia  mayor  de  la ciudad. Por  lo general se  tiene una  participación  de más de  12,000 cofrades y más de 40,000 espectadores durante los días  de la festividad.

Ésta  se  divide   en  tres  representaciones que   aunque pueden   contemplarse independientemente, deben  comprenderse en conjunto. La primera representación  conmemora el  martirio de  San  Juan   Bautista, el  último y el más  grande  profeta  del  Antiguo Testamento.  La   segunda  representación revive   el  Coloquio  de   los   Doce   Pares   de   Francia,  donde  el   Emperador Carlomagno derrota  a  las fuerzas sarracenas en  el  paso  de  Roncesvalles. La tercera   representación  conmemora  la  Batalla   naval   de   Lepanto,  hechos sucedidos en  el año  de  1571, donde termina la dominación  musulmana que duró ocho siglos.

Las  actividades  que   se  realizan  en  este festejo son   coloquios, desfiles y simulacros de  batallas  campales, en   las  que  se  enfrentan  ejércitos  moros contra cristianos, encabezados por  personajes históricos, cuya  participación determina las victorias alternadas, en  las que  finalmente resulta triunfante el bando cristiano.

Esta   espectacular   manifestación  ofrece  un   gran    colorido,  ya   que    sus respectivos uniformes están confeccionados con  vistosos atuendos en  tonos llamativos.

Las representaciones  simbolizan una  tradición que  fomenta la  pertenencia a una  comunidad, es decir, a la Cofradía  de San Juan  Bautista, la cual  ha  unido desde hace siglos a grupos de familias y vecinos.