Bienvenido, Rick.

Al poco tiempo de que el Senado norteamericano confirmó a Rick Perry como Secretario de Energía, tuvimos una amplia conversación telefónica y nuestros respectivos equipos se han mantenido en contacto desde entonces.

Tuvimos el gusto de sostener un diálogo franco en materia de energía. Dialogamos sobre los temas prioritarios de la robusta agenda de cooperación binacional, que son clave para fortalecer la seguridad energética e impulsar la competitividad, el dinamismo y la prosperidad económica de ambas naciones.

Para ello nos hemos planteado trabajar de manera conjunta en tres puntos principales. El primero, incluye el comercio, la ampliación de la infraestructura energética transfronteriza y la promoción de inversiones.

México es el segundo socio comercial en energía de los Estados Unidos. Nuestro comercio energético transfronterizo alcanzó los 39 mil millones de dólares el año pasado.

México es, además, el cuarto exportador de crudo a los Estados Unidos, principalmente petróleo pesado, que es el adecuado para las refinerías norteamericanas ubicadas en Texas y Luisiana.

El 58 por ciento de las exportaciones de gas y el 40 por ciento de las de petrolíferos de los Estados Unidos tienen como destino México.

Ambos países hemos desarrollado una importante infraestructura energética transfronteriza que aún tiene potencial para ampliarse y fortalecer la interconexión de nuestros mercados energéticos, aumentar el flujo comercial y fomentar la estabilidad y continuidad en el suministro de energéticos.

En hidrocarburos actualmente existen 17 gasoductos de internación de gas natural y se está promoviendo la construcción de dos más.

En electricidad, el año pasado tuvimos un intercambio de energía eléctrica de tres mil 781 gigawatts/hora entre importaciones y exportaciones, a través de las 11 líneas de transmisión eléctrica que cruza la frontera.

Sin embargo, este comercio es todavía muy incipiente, en particular si se le compara con el que existe en hidrocarburos entre los dos países.

Para incentivar las compras de electricidad a largo plazo entre las dos naciones, tenemos que trabajar para modificar las reglas de nuestros mercados e incrementar las interconexiones eléctricas entre ambas naciones.

Tenemos identificadas importantes oportunidades de inversión para compañías de los dos países, mismas que impulsamos desde el Consejo Nacional de Negocios de Energía México-Estados Unidos, mediante el intercambio de información entre el sector público y el privado, y una serie de recomendaciones para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos de energía.

Como resultado de las primeras cinco licitaciones petroleras mexicanas y las dos subastas eléctricas de largo plazo hechas en el marco de la Reforma Energética, las inversiones de las compañías estadounidenses ganadoras en estos procesos ascienden a siete mil 500 millones de dólares y esperamos que este monto siga creciendo en concursos subsecuentes.

El segundo punto que hemos conversado es el de la confiabilidad en el suministro eléctrico y la seguridad energética, me refiero a ampliar y reforzar las interconexiones eléctricas entre ambos países y a cumplir los principios de confiabilidad en la operación de nuestros sistemas eléctricos.

Las interconexiones eléctricas entre ambos países, además de favorecer el comercio y la inversión, nos dan estabilidad y seguridad energética a la región.

Por ejemplo, el pasado mes de mayo el operador independiente del Sistema Eléctrico de Texas, ERCOT, apoyó en el abasto de electricidad en la franja fronteriza a Tamaulipas, al presentarse un fenómeno meteorológico que provocó un corte en el suministro de energía.

De igual forma, México auxilió en 2015, ante un evento de emergencia, al operador independiente de Texas.

Estos mecanismos de respuesta ante emergencias también han sido muy efectivos entre Baja California y California.

Asimismo, el operador eléctrico mexicano, el CENACE, está trabajando de manera conjunta con la Corporación Norteamericana de Confiabilidad Eléctrica, NERC, para implementar estándares de ciberseguridad en las redes eléctricas.

Seguiremos intensificando esta colaboración con el propósito común de garantizar su correcto funcionamiento y prevenir contingencias, incluidos ataques cibernéticos en los sistemas operativos que pudieran presentarse y afectar el servicio eléctrico.

En materia nuclear, hemos comentado con el Secretario Perry, de continuar avanzando para suscribir en el futuro inmediato un acuerdo para la cooperación en los usos pacíficos de la energía nuclear, a fin de fortalecer nuestra regulación, transferencia tecnológica y protección al transporte de materiales y equipos radioactivos.

Y el tercer punto de nuestra agenda bilateral es incrementar la cooperación para estimular la innovación, el desarrollo tecnológico y la formación de capital humano para todos los tipos de energía, desde las convencionales, hasta las limpias.

En conclusión, la Secretaría de Energía de México y el Departamento de Energía de los Estados Unidos hemos acordado llevar a un nuevo nivel la relación energética bilateral para generar beneficios mutuos y nuevas oportunidades en favor de nuestra seguridad energética, interconexión e integración de los mercados energéticos, así como para mejorar el desarrollo económico y el nivel de vida de nuestros países.

México, con su reforma al sector de Energía, forma parte de la revolución energética que se está llevando a cabo en la región norte de nuestro continente.

Muchas gracias, Secretario Perry.

/cms/uploads/image/file/301896/20107248_1481821308523387_34375142_o.jpg