La situación de la mujer en la sociedad ha merecido muchos estudios a lo largo del tiempo. En todas las culturas, desde la antigüedad, las mujeres han tenido un papel subordinado al varón y han sido objeto de humillaciones, malos tratos y violencia. En las sociedades antiguas, las mujeres estuvieron dedicadas al cuidado del hogar, al crecimiento de la familia y, eventualmente, desarrollaron algunas actividades agropecuarias. 

Fue a partir del siglo XVIII, cuando surgió la Revolución Industrial, que las fábricas comenzaron a incorporar, en calidad de obreros, a mujeres y a niños que fueron explotados en sus jornadas de trabajo.  Se les sometía a largas jornadas a cambio de salarios miserables y carecían de todo tipo de protección social. El resultado era que las trabajadoras morían a edades tempranas y padecían enfermedades derivadas de su actividad laboral. 

Esta situación prevaleció muchas décadas en las naciones que se industrializaban velozmente. 

El 8 de marzo de 1857 un grupo de obreras textiles salió a reclamar sus derechos y fueron atacadas por la policía de Nueva York. Fue otro 8 de marzo, pero de 1908 cuando 15 mil obreras textiles marcharon en la misma ciudad de Nueva York reclamando mejoras salariales, 140 de ellas murieron en una fábrica que fue intencionalmente incendiada por los propietarios. Fue en 1910, durante un congreso internacional de mujeres socialistas, que se fijó la fecha del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. 

En sus orígenes la celebración tuvo un carácter eminentemente obrero, pero con el tiempo ha ido expandiendo su significado hasta abarcar una serie de reclamaciones que tienden a la liberación femenina y a propiciar condiciones de equidad entre los sexos. Los programas feministas que buscan eliminar la discriminación o las desventajas que padecen grupos minoritarios de todas las sociedades modernas. 

En todos los países han sobresalido mujeres notables, que han aportado su concurso y sacrificado incluso su existencia en favor de gestas heroicas. En México recordemos que colaboraron de manera destacada en la lucha de Independencia Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario y Gertrudis Bocanegra; o en la Revolución de 1910 las mujeres acompañaron a los soldados de todos los grupos revolucionarios, con quienes compartieron peligros y penurias. 

La Constitución de México de 1917 fue la primera en proclamar los derechos sociales, fundamentalmente de los obreros y los campesinos, y los gobiernos que surgieron de este movimiento fueron expandiendo la vigencia de los derechos para todos los mexicanos. 

Durante los primeros 50 años del siglo pasado, las mujeres mexicanas continuaron padeciendo las privaciones tradicionales y jugando un papel subordinado y víctima del machismo. Es a partir de los años sesenta que las mujeres poco a poco van encontrando mejores condiciones para el desarrollo de su vida: La expansión de la seguridad social, los servicios de salud y los establecimientos escolares son factores que impulsan la modernización de la sociedad. 

Miles de mujeres hoy en día acceden ya a la educación superior y llegan a compartir los puestos de trabajo con los varones, de tal suerte que la sociedad se va haciendo paulatinamente más equitativa. 

La aparición de los electrodomésticos, de los alimentos procesados, aminoran la pesada carga de los trabajos del hogar y en la sociedad civil van apareciendo organizaciones cada vez mayores que impulsan la liberación femenina, al grado que en la actualidad hay organismos de las Naciones Unidas encargados del tema. 

A pesar de esos avances, investigaciones recientes nos indican que en nuestro país subsiste la inequidad entre los sexos, los varones continúan ocupando la mayor parte de los cargos directivos y obtienen mejores ingresos que las mujeres en igualdad de trabajo. 

Hace poco la Organización de las Naciones Unidas asumió el compromiso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En ella los países miembros se comprometieron a realizar esfuerzos para eliminar el hambre para el año 2030 y en este programa hay todo un capítulo relacionado con la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres. 

Nuestro país ha introducido el concepto de transversalidad de la perspectiva de género en todos los proyectos y programas de desarrollo en marcha. Un dato relevante es que el Presidente Enrique Peña Nieto impulsó una reforma política que obliga a los partidos a que el 50 por ciento de las candidaturas a legisladores sea para mujeres. Así, tenemos la realidad de que esta Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a partir de esa reforma, está integrada en un 42 por ciento por mujeres. 

Por nuestra parte, la Secretaría de Energía implementó un programa de sensibilización e incluyó ocho puntos de capacitación en los que se abordaron los temas de lenguajes incluyente, derecho a la no discriminación, violencia en el trabajo, género y energía, masculinidades y paternidades, y participó activamente en la campaña de la ONU “Únete para poner fin a la violencia contras las mujeres”.

Estimadas compañeras de la Secretaría de Energía, los gobiernos de los países que integran la ONU están haciendo su esfuerzo para mejorar la situación de las mujeres en el mundo, pero esta política pública debe ser compartida por la sociedad civil, a ella deben contribuir los establecimientos de enseñanza, los medios masivos de comunicación y particularmente todos los individuos. 

Se trata de generar cambios institucionales, pero fundamentalmente una revolución cultural que nos lleve a superar antiguos atavismos y reconocer en nuestros semejantes, hombres y mujeres, los mismos derechos y prerrogativas para todos. 

Aprovecho esta ocasión para agradecer a las trabajadoras de la Secretaría de Energía el empeño que han puesto para acompañarnos en la compleja tarea, pero muy estimulante, de implementar la reforma energética que ha impulsado el Presidente Peña Nieto. 

El trabajo de ustedes de cada día está contribuyendo al cambio social en el país y al cumplimiento de una de las políticas más importantes del actual Gobierno de la República.

Reciban mis felicitaciones y mis mejores deseos por su bienestar personal y el de sus familias.