Sin importar la hora del día, el trabajo de los inspectores del Senasica en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México comienza con la llegada de los vuelos internacionales, pues deben estar listos para inspeccionar el equipaje, ya sea de mano o documentado, con el fin de detectar si los viajeros traen consigo productos de origen animal o vegetal.

El proceso de inspección comienza con las unidades caninas, pues los perros y sus manejadores, son el primer filtro para detectar productos agroalimentarios. Ambos comienzan a pasar entre los pasajeros para que el perro pueda detectar con su olfato cinco olores clave: carne de cerdo, res y pollo, así como mango y cítricos; aunque también pueden detectar insectos, tierra, cocos, sombreros de palma, arroz, guisados y madera.
Si el perro detecta algo, lo marca con su pata y el manejador pone una etiqueta para que el dueño del equipaje pase a revisión con alguno de los inspectores del Senasica.

Una vez pasado el primer filtro, los equipajes deben pasar por una máquina de rayos X; si se hay se detecta algún producto, también es etiquetado y debe pasar a revisión. Cabe resaltar que también se hacen revisiones físicas al azar. Dicho proceso tarda de medio minuto a tres, dependiendo de la cooperación del pasajero y del tamaño de su equipaje.

Si el personal del Senasica detecta que un pasajero trae algún producto de origen animal o vegetal, se le explica el riesgo que implica permitir su ingreso al país, se le da un recibo en el cual se indica el nombre del viajero, qué producto le fue retenido, el método de detección y el oficial que lo detectó.

Al final de la jornada, los oficiales del Senasica proceden a destruir los productos retenidos, en un horno incinerador.

Esto se realiza por una simple y sencilla razón: ingresar algún producto de origen animal o vegetal del extranjero pone en riesgo la sanidad del campo mexicano y la seguridad alimentaria de nuestro país, pues a través de estos pueden ingresar plagas y enfermedades que podrían afectar la producción agroalimentaria nacional, a los productores, a la economía y a todos los consumidores mexicanos.

Los productos que más se detectan en el equipaje de los viajeros son: quesos, embutidos, alimento para mascotas, alimentos preparados, frutas, flores, granos y semillas.

Este trabajo no es fácil, ya que implica la participación de inspectores humanos y caninos, y de personal que realiza otras funciones dentro del proceso para proteger a nuestro país de plagas y enfermedades que no existen en el territorio mexicano o que han sido erradicadas.

En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México trabajan aproximadamente 150 personas del Senasica y 20 unidades caninas que se encargan de vigilar las 24 horas del día, todo el año, la entrada de productos de origen animal y vegetal para prevenir el ingreso de plagas y enfermedades que pudieran afectar la producción agroalimentaria de nuestro país.