En México existen plagas cuyos alimentos hospederos son reducidos, por lo que las acciones de control y erradicación se llevan a cabo en entidades focalizadas. Uno de estos insectos es la mosca del vinagre de alas manchadas (Drosophila suzukii), la cual se alimenta principalmente de frutas blandas como fresas, cerezas, arándanos, frambuesas, moras y melocotones, entre otras.

Para proteger la producción de estos frutos, el Senasica opera la Campaña Fitosanitaria en Baja California, Coahuila, Colima, Jalisco, Guanajuato y Michoacán, con lo cual protege la producción de frutillas en más de 33 mil hectáreas, por medio de la instalación y revisión de trampas, muestreo de frutos, así como cursos y talleres a técnicos y productores y acciones de control biológico.

Este último recurso ha sido potenciado en los últimos años, con lo cual además de reducir la población de la plaga, la técnica contribuye a disminuir el uso de productos químicos en la producción agrícola.

Con el objetivo de que los productores hortofrutícolas cuenten con conocimiento y herramientas tecnológicas para combatir a la mosca del vinagre de alas manchadas, el organismo de Agricultura los apoya para que instalen laboratorios reproductores del parasitoide Trichopria drosophilae, enemigo natural de la Drosophila suzukii.

A través del Centro Nacional de Referencia de Control Biológico del Senasica, desde 2017 a la fecha se han desarrollado cinco talleres teórico-prácticos de transferencia tecnológica en los que se han capacitado alrededor de 100 técnicos y productores de frutillas, procedentes de diversos estados.

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