La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) es un tratado firmado por más de 180 países, México incluido, cuyo objetivo es proteger los recursos vegetales del mundo de la propagación e introducción de plagas y enfermedades y promover un comercio seguro.

Su importancia radica en que las plantas son la principal fuente de ingreso económico de casi la mitad de la población y constituyen más del 80 por ciento de los alimentos que comemos, por lo que los trabajos fitosanitarios no pueden detenerse en ningún momento.

Durante la pandemia por COVID-19, las autoridades sanitarias han aplicado acciones preventivas en estricto apego a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, para cuidar la integridad de sus agricultores, y no afectar la producción de alimentos.

En ese sentido, la CIPF reconoció el trabajo de los países de América Latina, por responder de manera coordinada y eficiente ante la pandemia y aplicar medidas de concientización hacia su población sobre la importancia del sector primario.

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