Hace más de 60 años, nació la certificación TIF, con el propósito de garantizar que los productos cárnicos que se exportaban a los Estados Unidos de América estuvieran libres de Fiebre Aftosa, enfermedad que en ese entonces aquejaba a los becerros mexicanos.
En un principio, el sello TIF se otorgó solamente a productos cárnicos, pero, al pasar de los años, debido a su prestigio y a la necesidad de ofrecer a los consumidores más alimentos sanos e inocuos, se diseñaron especificaciones para certificar plantas procesadoras de otros productos de origen animal como el huevo, la leche y la miel.
La incorporación de la industria de la miel al sistema TIF abre una nueva oportunidad para ampliar los mercados internacionales para este producto y para ofrecer a los consumidores mexicanos mayores garantías de higiene.
La empresa Hermes Honey, de Aguascalientes se convirtió en el establecimiento TIF 689, el primero de este tipo en contar con el reconocimiento.
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